viernes, 18 de abril de 2014

Tregua

Nos tomamos un descanso de la realidad y del trabajo porque agobian. Es lo único bueno que tiene esta crisis: podemos tirarnos todo el día tumbados a la bartola en el sofá sin sentir remordimientos de conciencia. Bueno, también hemos paseado y comido fuera. En cuanto las procesiones han hecho acto de presencia en las calles, hemos vuelto a la casa para refugiarnos de las multitudes, el olor a incienso y los resbalones por la cera. Es una suerte tener un lugar al que regresar, aunque estos días me gusta mucho estar en la calle porque parece pleno verano, a pesar de apenas haber empezado la primavera. El aire sería sólido y compacto si los sonidos, olores y la temperatura cálida, tuvieran sustancia. 

Mientras estábamos tumbados en el sofá, sintiendo el placer de mezclar nuestros pies desnudos, aún haciendo la digestión de la paella (sin caldo) que nos habíamos comido en uno de los bares que hay en la Ribera del Genil, a Guille se le ocurrió que sería muy pedagógico un juego de catástrofes. Un personajillo que tiene un horario convencional y unas obligaciones convencionales, al que en cualquier momento se le puede presentar todo tipo de catástrofe, desde un incendio, a un atraco, a un terremoto, a un accidente de coche... ¿Cómo actuar en cada ocasión? Es evidente que la autoridad no siempre lleva la razón.

Me acosté a la misma hora que Guille. A las cinco tenía los ojos como los de una brótola. Se acabó la tregua. Mientras trabajaba puse en otra pantalla el informativo de la YTN. Llevaba casi 24 horas sin verlo. Imaginaba que me encontraría ante un resultado definitivo del naufragio, pero el contador que aparece en la pantalla prácticamente no se ha movido desde ayer, como si el tiempo se hubiera paralizado. 

2 comentarios:

  1. ¿Brótola? Me quedo "ojiplático". Nunca había escuchado esa palabra, ni consigo descubrir su significado. Por favor, cuando tenga ocasión me lo aclara, porque tengo tendencia a la insomnolencia cuando cuando alguna duda me "ronda" la cabeza.

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    1. No sabía que el dicho no era del conocimiento general. Me suele ocurrir muy a menudo. Me ocurrió con la palabra ojiplático (el gran Sap me sacó de las dudas e incluso me informó de una de las personas que originalmente solía utilizarla).

      Tener los ojos como una brótola es parecido a estar ojiplático. Brótola es un pez con los ojos saltones, de ahí el comparativo.

      http://mediateca.educa.madrid.org/imagen/ver.php?id_imagen=i65duzpi8xa7cdsg

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