miércoles, 29 de enero de 2014

La noche más larga

Cuando era pequeña pensaba que los adultos eran omnipotentes y no sentían ningún temor ni debilidad. Estaba deseando crecer para ser como ellos. A veces pienso que mi personalidad está dentro de una infancia enquistada porque los miedos no sólo han disminuido: se han hecho mayores, más reales, más posibles, resistentes a la luz que ilumina la oscuridad de la noche. 

Apenas conocí la infancia de mis hermanos. El más pequeño ya tenía diez años cuando nací. Las motos los hacían parecer inmortales. Se daban unas leches tremendas yendo a tope, siempre en circuitos, de velocidad o de motocross (en las vías públicas nadie hay más prudentes que ellos). Se destrozaban sus ropas, las motos, las protecciones... pero ellos solían salir indemnes, o con algunas magulladuras que lucían con orgullo. 

Los pasaportes de mis hermanos mayor y menor parecen una colección de cromos. Han estado en los lugares más inimaginables. Trinidad, Tonga, Samoa, Bangladés... El mediano se parece más a mí: tan sedentario, atado a un lugar, que es como si sus pies estuvieran incrustados en el suelo de la ciudad donde vive y fuera incapaz de sobrevivir si atraviesa sus fronteras. Pero esta madrugada vuela a Japón. Con ninguno de los otros dos me preocuparía. Me martirizo imaginando qué puede salir mal: desde que pierda alguno de los trasbordos que debe hacer, a que el controlador de algún aeropuerto no esté en su puesto y todos los sistemas de seguridad que pueden fallar, lo hagan.  

Nunca estamos contentos con lo que tenemos. Cuando era una niña, deseaba crecer para madurar; ahora, desearía volver a la felicidad de la ignorancia.

martes, 28 de enero de 2014

Money, money, money...

Por favor, no me paguéis, que me sale muy caro. Ojiplática me quedé cuando esta mañana me encontré con esta petición de uno de los ingenieros que habían asesorado en las instalaciones especiales de los laboratorios. Se le había pagado casi todo, a medida que iba realizando el trabajo. Por la recepción y puesta en obra de las máquinas de aire comprimido, se le iba a pagar 300 euros. El hombre, sin más trabajo a la vista en un futuro inmediato, se ha dado de baja en su colegio profesional y su seguro (el equivalente a la seguridad social). Aceptar este último pago para él le implicaría: darse de alta de nuevo en el colegio, pagar una mensualidad más de su seguro profesional y pagar el 20% al fisco (el IVA va a parte). Gastar 500 euros para recibir 300.... 

Por fortuna el contable puede resolverlo cambiando las fechas de las facturas. 

Cuando el ingeniero salía de la caseta de obras, susurró: Qué asco ser autónomos (y tiene toda la razón). 

lunes, 27 de enero de 2014

El ciclo del pollo

El inusitado viento frío de esta noche arrastra las pocas hojas que aún quedaban en los árboles  del parque que hay bajo mi azotea. Lo inusitado no es el frío, aunque estamos teniendo un invierno muy benigno; lo raro es que corra el aire a la altura del suelo. Es muy normal ver los toldos de algunas ventanas de las últimas plantas ser sacudidos por el viento como si estuvieran sufriendo un colapso, pero no suele ocurrir a ras del pavimento. Los edificios muy altos y las calles estrechas y laberínticas, son una protección que aísla el estrato más bajo de la atmósfera; permitiendo que permanezca inalterado durante días. 

Puede que no haga tanto frío como yo siento. El termómetro de la farmacia marcaba cinco grados hará sólo media hora, cuando volvía de correr. Estar encerrada durante casi todo el fin de semana en la casa de mi cuñada, me ha alterado la percepción de la temperatura. Es friolera. Entrar en sus dominios se parece bastante a la bofetada de calor que reciben los viajeros invernales al aterrizar en un país tropical. El cambio de temperatura resulta agradable durante unos minutos, los que tarda el cuerpo en absorber los grados que necesita para sentir confort. Pero inmediatamente se satura y al sudor le sigue la modorra a cualquier hora del día. Cuando era pequeña cuidábamos a los pollitos recién nacidos colocándolos en una caja y haciéndoles soportar el calor de una bombilla. Los bichos permanecían apelotonados y quietos bajo el foco, adormilados casi las 24 horas.

El tamaño del armatoste del que salía tanto calor era proporcional a los chorros de sudor que producían: una gigantesca estufa que funciona con gas butano y, en su parte delantera, tiene unas rejillas semejantes a las de los asadores de pollos. 


He pasado el fin de semana con mi cuñada porque, además de no gustarle quedarse sola (mi hermano está de viaje y mi sobrina, en casa de una amiga), el jueves por la noche sacó una fotografía a un sujeto que le estaba rayando el coche. Saltó el flash. Es comprensible que sienta miedo, aunque en la fotografía sólo se ve a medio individuo mal enfocado, vestido con una sudadera naranja y la capucha echada. 

domingo, 26 de enero de 2014

Inventario de la circulación neuronal en 2014

¿Qué datos han circulado por mis neuronas en un periodo de tiempo en concreto? Es muy fácil olvidar lo leído e incluso las series de televisión vista. Tengo libros en las estanterías que sé que he leído (suelo diferenciarlos porque en la primera página les pongo la fecha de comienzo y de final de su lectura) y de los que prácticamente no recuerdo nada; algunos, merecidamente (no todo lo publicado es bueno) y otros porque en el momento que los disfruté o sufrí tenía la mente ocupada por mayores preocupaciones. 

Este año, para refrescar mi memoria cuando llegue el 31 de diciembre, me he propuesto hacer un seguimiento de todo lo leído y todo lo visto.

LISTADO DE LIBROS LEÍDOS (© Mr. Sap)

1º.- Título José y sus hermanos
       Autor: Thomas Mann
       Resumen: Historia biblia de José. Es una trilogía. En esta primera parte, trata principalmente de Jacob, el padre de José. De cómo consiguió la bendición paterna con engaños, lo que lo obligó a escapar de la casa paterna para evitar que su hermano Esaú lo matara. Fue hasta la casa de su tío materno. Por el camino le roban y llega como un mendigo. Inmediatamente se enamora de Raquel, su prima. Su tío acepta que se case con ella, pero a cambio debe trabajar para él siete años (como dote). La bendición hace de Jacob un hombre muy afortunado, el ganado se reproduce con mayor facilidad bajo su cuidado y encuentra agua en las tierras de su tío. La noche de bodas consiguen, mediante engaños, hacer que sea Lia, la hermana mayor de Raquel, quien entre en la alcoba nupcial. Termina casado con ambas hermanas. Lia engendra pronto, Raquel tarda muchos años en hacerlo. Cuando los hijos del tío de Jacob crecen, se dan cuenta que su primo tiene más riquezas que su propio padre y planean matarlo. Jacob debe huir con su prole y sus esposas. Por el camino, Raquel, que está embarazada, da a luz a su segundo hijo y muere. José, el primer hijo de Raquel, se convierte en el predilecto del padre.
        Observaciones: Hacía tiempo que no me quedaba leyendo toda una noche. Me ha gustado el libro, aunque sé que la falta de conocimientos bíblicos y judíos ha hecho que no lo disfrute en su totalidad. Sospecho, aunque puede que sólo sea pedantería, que la traducción no es muy buena.
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2º.- Título: Asesinatos, S.L.
       Autor: Jack London
       Resumen: Asesinatos Sociedad Limitada, como su nombre indica,es una empresa que se dedica a matar a la gente. Las personas pagan para que quiten de en medio a quienes les molestan. Pero no todos los encargos son aceptados. La sociedad está compuesta por personas de ética muy estricta. Sólo asesinan a las personas que perjudican de alguna forma a la humanidad. Hall, un millonario que está prometido con Grunya, la hija del jefe de Asesinatos S.L., consigue descubrir quién es el jefe de la empresa, sin relacionarlo con su prometida. Hall contrata a la empresa para que asesinen a su propio jefe, Dragomiloff. Hall lo convence de que es dañino para la sociedad y el mismo día que Dragomiloff le hacer ver que es el padre de su prometida, acepta el encargo. Hall es nombrado administrador de la empresa mientras Dragomiloff intenta escapar de sus propios empleados. El contrato tiene una limitación, si durante un año no consiguen asesinarlo, el dinero se le devuelve a la persona que los contrató y la víctima no será perseguida más. Durante ese año Dragomiloff huye y va asesinando a sus propios empleados. En los que van quedando no hay rabia contra su jefe. No tienen miedo a la muerte y la ética y el razonamiento están por encima de la propia venganza u odio. Todos los empleados de Asesinatos S.L. mueren. Como Dragomiloff se siente orgulloso de su propia empresa y hasta la fecha nunca han fracasado, decide suicidarse.
Es un cuento largo, o una novela muy corta, divertida y muy fácil de leer. Divertida y extraña.

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3º.- Título: Córdoba de los Omeyas
       Autor: Antonio Muñoz Molina
       Resumen: Conquista de Córdoba por los Omeyas. Es como una tesis, pero muy bien escrita. Habla de la vida en la ciudad. De las viviendas. De los tejemanejes existentes en Palacio, donde los califas, en ocasiones, sólo eran títeres. Asombra las libertades que tenían las mujeres para conseguir conocimientos en esa época cuando hoy sus descendientes tienen tantos problemas para tener una educación normal. 

Algunas frases que subrayé: "Con frecuencia, al caminar por las ciudades, he observado que el turista se parece a un adicto a la caza menor." "¿No es la Historia una rama de la novela, una ficción de sombras nacida de las ruinas y los libros, un rumor de escrituras y de voces del pasado, de indicios dudosos, de mentiras que los siglos han vuelto verdad y de verdades tan inaccesibles como las estatuas ocultas a muchos metros bajo tierra?" "La Historia se permite excesos que no toleraría la Literatura." "Cuando miramos hoy, sobre el perfil de los tejados de Córdoba, la copa de una palmera con sus racimos amarillos, estamos viendo un paisaje inventado hace mil doscientos años por la voluntad y la nostalgia de un hombre." "En las vidas de las ciudades, como en las de los hombres, hay unas horas de plenitud enterradas luego bajo la ceniza."

Gracias a este libro me he enterado que no soy nada original al poner la fecha en la que finalizo de leer un libro en su primera página. Ya lo hacía al-Hakam II, cuya biblioteca era digna de ser comparada con la de Alejandría, y que fue mermada y destruida por la ignorancia y el miedo al conocimiento.

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4º.- Título: La defensa
       Autor: Vladimir Nabokov
       Resumen: Biografía de Luzhin, un genio del ajedrez. La infancia de niño aislado y solitario, hasta que su tía, la amante de su padre, por culpa de la que su madre tiene una depresión, le enseña a jugar al ajedrez y, cuando descubre que es un buen jugador, le proporciona un compañero adecuado. Se centra más en la decadencia del jugador. De adulto, con problemas de sobrepeso, sufre una crisis nerviosa por culpa del sobre esfuerzo mental. Su prometida lo ayuda. Se casan, viven a expensas del suegro, planean un viaje. Intenta buscarle otras ocupaciones que lo mantengan apartado del ajedrez. Al final, Luzhin descubre que, a veces, la única salvación es la huida.  

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5º.- Título: Laura y Julio
       Autor: Juan José Millás
      Resumen: Se podría destruir toda la originalidad de este libro afirmando que va de un triángulo amoroso: Julio, Laura y Manuel; aunque Manuel es sólo un fantasma durante toda la historia, afincado en el pasado. Comienza con el aviso de un accidente sufrido por Manuel. Está en el hospital en coma. Sin Manuel, que es el vecino y amante de Laura, el matrimonio entre ésta y Julio se deteriora hasta el extremo de pedirle Laura a su marido que abandone la vivienda. Julio, que tiene las llaves del piso de Manuel, se va apoderando de la personalidad y de las cosas de su vecino, sin que Laura se percate de que la vivienda de su amante está siendo utilizada. Al leer los e-mails de su vecino, Julio se entera de que Manuel y su mujer son amantes, que ambos lo menospreciaban, de que Manuel no quería nada serio con Laura, aunque ella parece no percatarse, y de que Laura está embarazada de Manuel. 

Me ha parecido un libro muy entretenido. El único problema es la voz de Millás. A medida que leo, se mete en mi cabeza y creo que es el autor el que se esfuerza por pronunciar cada palabra de cada frase. (Es peor que leer un poema de Neruda y pensar que es él quien lo recita).


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6º.- Título: Campo abierto
       Autor: Max Aub
       Resumen: Diferentes relatos sobre la Guerra Civil española, unificado como una novela. Lenguaje algo alambicado. Interesante el punto de vista donde todos parecen ser perdedores. 

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7º.- Titulo: Amistad de Juventud
       Autora: Alice Munro
       Resumen: Diferentes cuentos. Cada uno de ellos parece como la condensación de una novela. Historias nada dramáticas en el momento que son contadas. Me gusta mucho su estilo de escribir.

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8º.- Título: Tokio Blues
       Autor: Haruki Murakami
       Resumen: Estudiante universitario que parece ser un imán para los suicidas. Está enamorado de la novia de su mejor y único amigo en el instituto, quien se suicida. Cuando va a la universidad, encuentra  a la amiga y se hacen amantes, pero es una mujer muy depresiva. 
       Parece una novela previsible, pero es una falsa impresión. Me gusta su sensualidad. 

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9º.- Título: Cincuenta Sombras de Grey
       Autor: E. L. James
       Resumen: ¡Vaya porquería de panfleto supuestamente erótico! Es repetitivo, tedioso, aburrido, mal escrito... Dejarse introducirse por las fosas nasales un supositorio para caballos sería menos doloroso que posar los ojos en cualquier página escrita por este autor.

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10º.- Título: El Dolor
         Autora.- Margarite Duras
         Resumen: Exceptuando un par de cuentos al final del libro, es un relato autobiográfico. Cuenta los días previos y posteriores a la recuperación de los campos de concentración alemanes de Robert L, el marido de Margarite Duras. También su vicisitudes para enterarse dónde estaba cuando lo detuvieron por pertenecer a la resistencia. Me ha gustado bastante.

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11º.- Título: El fin de la aventura
         Autor.- Graham Greene
         Resumen: Triángulo amoroso. Un escritor se hace amigo de un funcionario durante la Segunda Guerra Mundial para conseguir datos para uno de sus personajes. La mujer del funcionario y el escritor se hacen amantes. Se quieren. Pero un día que están juntos y cae un bomba sobre ellos, la mujer decide cortar la relación de forma tajante. Al escritor le cuesta olvidarla. Cree que lo ha sustituido por otro amante. Cuando hace que un detective le robe el diario, descubre que el día de la ruptura la mujer pensaba que la bomba lo había matado e hizo la promesa de dejarlo si Dios le devolvía la vida. Se vuelve una santurrona.... Novela grata de leer, pero no me interesa nada el tema. 


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12º.- Título: 1.984
         Autor: George Orwell
         Resumen: Cuando fue escrita, después de la Segunda Guerra Mundial, el año 1.984 era un futuro lejano e incierto. Es una novela de ciencia ficción, en la que todo el mundo es subyugado por un gran líder (El Gran Hermano) que ni siquiera parece existir. El mundo completo está en Guerra. Hay tres grandes naciones. El enemigo y los aliados varían al cabo del tiempo, pero para que no haya contradicciones, existen un departamento que modifica todos los libros de historia y los periódicos para que no existan contradicciones. Está prohibido enamorarse, tener sentimientos. El matrimonio sólo puede tener el fin de concebir hijos. El lenguaje se modifica para que resulte complicado expresar ideas que inciten a la necesidad de levantarse contra el poder. Los ciudadanos en todo momento son espiados por enormes pantallas de TV que los aleccionan dentro de las normas establecidas. Si alguno se desvía de lo establecido, son mandados a campos de concentración donde son reeducados por medio de la tortura.
Mientras lo leía, veía un asombroso paralelismo con lo que cuenta los pocos norcoreanos que han podido escapar de sus campos de concentración. Hombres que han delatado a sus propias madres por un tazón de arroz, el hambre extrema, los castigos físicos... la novela se queda corta y no incluye los castigos generacionales. Si un padre comete un delito político en Corea del Norte, sólo su bisnieto estará libre de no merecer ser detenido y castigado, sin importar el tiempo que haya pasado ni si la persona que se castiga aún no hubiera nacido cuando se cometió el supuesto delito.

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13º.- Título: La Maldición de los Dain
         Autor: Dashiell Hammett
         Resumen: Todo comienza con un robo de diamantes sin mucha importancia en una casa particular. La protagonista de la novela, la hija de la familia donde se produce el robo, al cabo de poco tiempo, por medio de una serie de actos violentos, se queda sin padre, madrastra, doctor y marido. Los hechos parecen inconexos, sólo la protagonista los relaciona. Al final de la novela se descubre que tienen una relación más profunda. Lo resuelve el detective que el seguro envió a investigar el robo de los diamantes.  

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14º.- Título: Amrita
         Autora: Banana Yoshimoto
         Resumen: Historia de Sakumi, una mujer joven a la se le ha muerto el padre y una hermana, vive con su hermano pequeño, su madre, una prima y una amiga de la madre. Se hace amante del novio de la hermana muerta después de caerse por una escalera, golpearse en la cabeza y perder parte de la memoria que tarda en recuperar. El hermano tiene poderes extrasensoriales. El libro comienza muy bien, aunque desde el principio da la sensación de que está escrito por dos personas, una muy buena escritora y otra muy mala. Antes de llegar al primer tercio, la historia se desmadra del todo y pierde bastante interés.       

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15º.- Título: La verdad de Agamenón
         Autor: Javier Cercas
         Resumen: Recopilación de artículos, escritos, principalmente, para periódicos. Es interesante, aunque algunos quedan algo desfasados.

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16º.- Título: Edipo Rey
         Autor: Sófocles 
         Resumen: Edipo está casado con su madre, sus hijos son sus hermanos y ha matado a su padre. Es teatro. 

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17º.- Título: El curioso incidente del perro a media noche
         Autor: Mark Haddon
         Resumen: El perro de la vecina del protagonista, un chico de 15 años con problemas de autismo o enfermedad similar (no se indica en la novela, pero se adivina por su comportamiento), es asesinado y el chaval decide investigar a  la vez que se tiene que enfrentar a la muerte ficticia de su madre (en realidad sólo se ha ido a vivir con su amante) y a la desconfianza que siente por el padre por haberle engañado. Es un libro entretenido, aunque apropiado para adolescentes.

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18º.- Título: Alguien dice tu nombre
         Autor: Luis García Montero
      Resumen: León Egea, el protagonista, es un estudiante de filosofía y letras y durante el verano de 1.963 encuentra un trabajo en una editorial vendiendo enciclopedias. Se lía con la secretaria de la editorial, una mujer mayor que él. Cree enfrentarse a infidelidades y engaños... pero nada es lo que parece.

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19º.- Título: Primer Amor
         Autora: Espido Freire
      Resumen: Parece una tesis de sociología o literatura. Intenta asemejar las historias amorosas a los cuentos. 

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20º.- Título: Diez Negritos
         Autora: Agatha Christie
         Resumen: Diez personas son llevadas a una isla desierta, como invitados de una familia supuetamente rica. Todos ellos son sospechosos de haber cometido uno o varios asesinatos. Uno a uno van siendo asesinados por una mano misteriosa.

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21º.- Título: El profesor
         Autora: Charlotte Brontë
         Resumen: Un hombre de buena familia ha sido educado por sus tíos. Cuando crece y quieren casarlo con una de sus primas y hacerlo sacerdote, huye con su hermano, quien tiene una fábrica. La relación familiar es completamente nula. Se hace amigo de uno de los clientes de su hermano, quien le sugiere que escape del yugo del tedioso trabajo de escribiente. Le hace caso y se marcha a Bruselas, donde encuentra trabajo de profesor y comienza a medrar, a la vez que encuentra el amor. 
Es un libro aburrido y rezuma rencor.

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22º.- Titulo: La Capilla Real, la Catedral y su entorno
         Autor: Ignacio Henares Cuéllar
     Resumen: Acumulación de datos de todo lo que guarda los lugares mencionados en el título. Es semejante al glosario de un museo, pero saturado de un lenguaje pedante. 

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23º.- Título: La máquina del tiempo
         Autor: H. G. Wells
         Resumen: El viajero en el tiempo crea una máquina y va a un futuro muy lejano. Los hombres se han dividido en dos especies. Una mansa, que vive en la superficie y que sirven de alimento a la otra, subterránea y salvaje. 
Es uno de los libros gratis que venían con el e-book. No sé si es un resumen de la novela original. En la película que se basaba en este libro, también hay un viaje al pasado que no aparece en la versión que he leído.

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24º.- Título: Pájaros a punto de volar
         Autora: Patricia Highsmith
         Resumen: Cuentos. Muy sencillos la mayoría, en los que sólo cuenta la preparación de la visita de una hermana o el ridículo enamoramiento de un estudiante de música y una mujer mayor con problemas psicológicos.

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25º.- Título: Historias de Fantasmas
         Autor: Charles Dickens
         Resumen: Cuentos sobre fantasmas o sobre lo que se confunde con fantasmas. En El Secuestro de los Duendes, parece basarse Un Cuento de Navidad. Tiene todos los estereotipos de los cuentos de fantasmas: manchas que de sangre que no desaparecen, casas encantadas, personas que parecen de carne y hueso y luego resultan ser fantasmas... Es divertido. 

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26º.- Título: La niebla y la doncella
         Autor: Lorenzo Silva
         Resumen: En La Gomera ha aparecido el cuerpo de un joven de cuya muerte ha sido acusado y puesto en libertad un político. Varios años después de los sucesos, la cabo Chamorro y el sargento Vila, son mandados desde Madrid para que aclaren el caso. Las primeras pistas indican que el culpable fue el político que salió exculpado en el juicio, pero a medida que la investigación avanza, aunque ninguna de las pistas parece llevar a una conclusión definitiva, se averigua que la víctima estaba metida en asuntos de drogas. 
           Es un libro muy divertido, apropiado para leer en verano, sin ningún esfuerzo intelectual. Si escribiera, me gustaría hacerlo como Lorenzo Silva. No es uno de los mejores escritores que he leído, pero de la lectura de esta novela, se deduce que debe pasárselo muy bien con su oficio.

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27º.- Título: El hombre de la máscara de hierro
         Autor: Alejandro Dumas (padre)
         Resumen: Luis XIV tiene un gemelo al que han mantenido aislado y posteriormente han encerrado en la Bastilla para que no haya conflicto entre los hermanos a la hora de reinar. Uno de los Tres Mosqueteros decide salvarlo y sustituirlo por el rey, pero la moral de quienes están junto al rey, al darse cuenta del cambio, deciden restituir al monarca auténtico. El hermano es llevado a una isla y cubierto su rostro con una máscara de hierro, con la orden de no quitársela nunca. 
Es una historia entretenida, curiosa, con algunas divagaciones. Se centra en el ocaso de los Tres Mosqueteros y D'Artagnan. Pero me ha dejado un poco chafada. En estos libros de aventuras, siempre se espera que ganen los buenos. En este, un rey déspota castiga a quien le muestra fidelidad y un inocente es aislado de por vida.

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28º.- Título: Magia e Inquisición en el antiguo reino de Granada
         Autor: Rafael Martín Soto
         Resumen: Habla de los procesos habidos en Granada y alrededores (también Málaga y su provincia). Es llamativo lo pocos juicios que salían adelante, al menos eso da a entender el libro. Los que eran aceptados para enjuiciar, terminaban, principalmente, con doscientos azotes dados por las calles de la ciudad y algunos años de destierro. Eran castigos muy duros (sobre todo si tenemos la capacidad de sentir empatía) pero no tanto como la historia nos ha hecho creer debido a la mala fama de la Inquisición española. Ningún reo fue ajusticiado (según el libro, aunque hubo quien hizo conjuros sacrificando a algún niño). Alguno murió mientras era torturado en la prisión. Ha sido un libro entretenido, aunque resultaba demasiado evidente que se trataba de una tesis.

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29º.- Título: El Fantasma de Canterbury
         Autor: Oscar Wilde
         Resumen: Una familia compra una casa antigua. Se le advierte que en el lote (la compra de la casa) va incluido un fantasma. Los miembros de la familia se comportan sin ningún respeto con el fantasma, ni siquiera le tienen miedo.

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30º.- Título: Las aventuras del joven Werther.
         Autor: Johann Wolfgang von Goethe
         Resumen: Novela epistolar. El joven Werther escribe a su amigo Guillermo contándole lo que ocurre a su alrededor. Werther se enamora de una joven comprometida. A su pesar, no puede evitar seguir sintiendo atracción por ella incluso cuando se casa. El final, creo que es lo más conocido de esta novela, incluso por quienes no la han leído: se suicida.

        Si esta novela hubiera sido escrita en este momento, en los mismos términos, creo que habría tenido muy poco éxito. No por el personaje, que se puede considerar como un Nini (ni estudia ni trabaja), si no por la obsesión excesiva por una mujer que no puede tener.

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31º.- Título: Jane Eyre (relectura)
         Autor.- Charlotte Brontë
         Resumen: Huérfana que es mandada por sus familiares a un colegio hospicio. Se educa, crece y convierte en institutriz de una niña acogida por un señor con un gran secreto. El señor se enamora de ella, cuando se van a casar, el gran secreto es desvelado y Jane tiene que huir de su amado, lo hace sin medios económicos y es recogida por tres hermanos cuando está punto de morir de hambre y frío.

           No recordaba que la novela estuviera tan lleno de diálogos que se podrían considerar paja. Tal vez influenciada por las muchas versiones cinematográficas (mi preferida es la de 1.996, con William Hurt -puede que en parte por la banda sonora-), donde se debe ser concisos, no los recordara.

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32º.- Título: Como la sombra que se va
         Autor: Antonio Muñoz Molina
         Resumen: Una ciudad, Lisboa, sirve para enlazar dos vidas: la del asesino de Martin Luther King y la del propio autor. James Earl Ray pasó unos días en Lisboa. Sólo era un puente para pasar de Europa a alguna de las colonias que Portugal tenía en África. El autor relata, con remordimientos de conciencia, el viaje que hizo durante tres días a Lisboa, dejando sola a su esposa y sus dos hijos, el más pequeño con sólo un mes de vida.

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33º.- Título: El Mar
         Autor: John Banville
         Resumen: Tres historias entrelazadas. El autor que recuerda unos días felices de su niñez y un hecho trágico, el autor que recuerda los últimos días de su esposa y el autor que relata su estancia en el mismo lugar donde se desarrollan los recuerdos que relata de su infancia. Hacía mucho que no disfrutaba con un libro ni me asombraba tanto. En parte, por el entrelazado de tiempos y lugares, se parece a la última novela de Antonio Muñoz Molina.

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34º.- Título: El gen egoísta
         Autor: Richard Dawkins
         Resumen: Teoría de la evolución de las especies contada con un lenguaje bastante asequible. Los genes, los replicadores de sí mismos, luchan por todos los medios para ser inmortales. Nosotros, los animales, y las plantas sólo somos medios, vehículos, para conseguirlo.

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35º.- Título: La naranja mecánica
         Autor: Anthony Burgess
         Resumen: Grupos de adolescentes que se han vuelto violentos sin aparente ninguna razón. Son listos y tienen gustos refinados, pero se divierten maltratando a la gente. Uno de ellos, Alex, el protagonista, es atrapado cuando asesina a una anciana. Lo encierran en la cárcel y someten a un tratamiento de choque: cada vez que ve sufrimiento ajeno, se siente mal. Lo sacan de la cárcel. Su nueva situación: sin amigos, sin casa -sus padres tienen un inquilino en su cuarto- y sin poder disfrutar de lo que antes le gustaba, opta por el suicidio. Se tira por una ventana, pero fracasa en su propósito de matarse, pero se cura del tratamiento que le hicieron en la cárcel.


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LISTADO DE LAS SERIES VISTAS

1º.- Apocalipsis: Miniserie basada en el libro del mismo título de Stephen King. Al igual que el libro, el primer tercio resulta interesante, pero el resto es puro aburrimiento y paranoia. Son cuatro episodios, pero sólo conseguí ver dos.

2º.- Alfred Hitchcock Presenta: Serie muy antigua. Es en blanco y negro. Presentada por el auténtico Alfred Hitchocock. Son muchos episodios cortos, de menos de media hora de duración. No están relacionados unos con otros. Son como cuentos con un final sorprendente. Me están gustando la mayoría; aunque cuando se ven demasiados episodios seguidos, se les termina pillando el truco y aburriendo.

3º.- La Emperatriz Ki: Serie (sólo para frikis) surcoreana, muy bien cuidada en su ambientación. Biografía de la Emperatriz Ki (al parecer es un personaje histórico, aunque dudo que los hechos que se relatan lo sean). Ki nace en Goryeo, actual Seúl. En esa época estaba bajo la protección de China. De esa provincia abastecían al palacio del Emperador de concubinas y de eunucos. Ki, de niña, y su madre, son atrapadas para ser llevadas a palacio como concubinas. El principe heredero de Goryeo las libera, pero sus guardianes matan a la madre. Para sobrevivir, Ki tiene que hacerse pasar por niño (al parecer algo muy frecuente en la época -también lo tenían que hacer las niñas que querían estudiar). Vuelve a Palacio como sirvienta, se convierte en concubina, la predilecta del Emperador, que en realidad es un pelele que ni siquiera sabe leer...

4º.- Mentes Criminales:  Es la única serie que sigo con asiduidad. Típica serie de un grupo de detectives (agentes de conducta del FBI) que deben atrapar a un malhechor (por lo general, un asesino en serie).

5º.- Boys before friends: Tenía muchas ganas de ver esta serie porque está basada en el dorama Boys before flowers (tal vez el más conocido de Corea del Sur -¡a ver si se aúnan de una vez (las Coreas), ¡qué molesto diferenciarlas¡-). Conseguí ver diez minutos del primer episodio. La falta de presupuesto es demasiado evidente, los actores parecen escapados de un casting para una película porno; la historia, basada remotamente en la surcoreana, es aburrida y la falta de presupuesto la convierte en un colador. He estado investigando algunos foros, por si mi impresión estaba equivocada (a veces no me fío mucho de mi propio criterio), pero la cosa empeora aún más en los siguientes episodios porque antes del sexto, la protagonista femenina ha cambiado tres veces, y el masculino dos... en fin, si se quiere aprovechar el tiempo, siempre es preferible irse a pescar gambusinos al fondo de un pozo seco o visitar la exposición de Josep Torres Campaláns que suele haber en el museo municipal de Almanjáyar.

6º.- Los Inmortales: Creo que jamás he tardado tan poco tiempo en comprender que una serie no me gusta. Cinco minutos del inicio, lo supuse. Diez minutos desde el inicio, lo supe y no vi más. Tiene una estética muy antigua, de los ochenta, o más antigua aún.

7º.- Urgencias: Cuando la echaron en la tv no la vi porque estaba demasiado ocupada estudiando y estaba sumergida en la edad del pavo (tuve una edad del pavo tardía), y creía que lo guay era no manchar las neuronas con lo que salía por la caja tonta. Creo que todo dios sabe de qué trata: una serie de médicos y enfermeras que trabajan en las urgencias de un hospital de Chicago. Es una serie entretenida, se adquieren algunos conocimientos médicos que sin duda es mejor no utilizar. Es interesante, aunque, sobre todo los primeros episodios, tienen fallos del tipo: secundario que está tras una puerta, pero dentro del plano de la pantalla, y que sólo cuando pasan los personajes principales, se pone en acción; o conos dentro del encuadre, que cortan el tráfico para el paso de las ambulancias de la serie.

8º.- Heaven: Un pueblo en el que algunos de sus habitantes sufren una maldición que hace que ocurran cosas extrañas, como que toda la comida se pudra, una sombra mate a las personas, el tiempo se modifique a voluntad de alguien... Es entretenida, aunque están un poco manidas las series donde siempre ocurren cosas misteriosas y raras. Está basada en un libro de Stephen King.

9º.- Sangre Fresca: Es como Crepúsculo, pero con sexo (menos mal, que en esa serie de películas eran todos muy mojigatos). Vampiros y humanos mezclados con algún que otro ser extraño. Es entretenida, pero muy semejante a la mayoría de series actuales que se pueden describir como el juego del pilla pilla (humanos escapando de vampiros, de hombres lobos, de extraterrestres o de zombis).

10º.- En cuerpo y alma: Mezcla de la serie Doctor House y los mundos de Yuppy (un pastel, pero entretenida). Como en casi todas las series últimamente se empeñan en mezclar realidad con fantasía y el protagonista se tiene que enfrentar a su exesposa muerta.

11º.- Bones: típica serie de investigación. Un detective y una serie de cerebrines que trabajan en un museo y aportan sus conocimientos al FBI para descubrir a los asesinos. Es entretenida, aunque poco aconsejable para ver mientras se come. 

Continuará....

jueves, 23 de enero de 2014

Acogedora soledad

Somos animales de costumbres. Antes, cuando había más trabajo y me levantaba más temprano, en la cafetería donde suelo ir a desayunar, me encontraba siempre a las mismas personas. Ahora no es necesario madrugar tanto y voy una hora más tarde (a las 9). Pero hoy venía a la obra temprano el comercial de un sistema de luces especiales y tenía que estar para recibir el pedido (cada lámpara cuesta más de 3.000 euros, y con los tiempos que corren y la desaparición de material que ya hemos sufrido -¿para qué querrá alguien una puerta de resina, especial para laboratorio?-, mejor no correr ningún riesgo). Volví a toparme con casi la misma gente que antes. Hasta recibí la sonrisa de un par de personas que me reconocieron. 

No pude sentarme a la mesa de costumbre porque estaba ocupada por un hombre joven, parapetado tras una tableta (supongo que leería el periódico). Tenía pinta de ser uno de los nuevos habituales: el camarero le puso un café con leche y un pitufo de jamón, sin que hubiera abierto la boca. Yo tampoco tengo la necesidad de pedir, el camarero ya me conoce. 

A esa hora tan temprana, en la que la mayoría aún no hemos despertado del todo, las conversaciones son apenas susurros y la cafetería parece la sala de espera de un hospital. Esa armonía y tranquilidad se fue al garete cuando llegaron tres chicas. No había que esforzarse para seguir su conversación (habría sido imposible no hacerlo). Celebraban el cumpleaños de una de ellas (¿quién puede tomar una coca-cola para desayunar?). Fue fácil deducir que eran compañeras de piso. Ponían verde a una ausente. Se quejaban de que no daba palo al agua, se tiraba todo el día pintándose las uñas, no sabía ni pelar una patata... Supongo que casi todas las quejas serían exageraciones.

Fue un alivio que se enfriara mi té lo suficiente para poder beberlo y salir de la cafetería, volver a la soledad de mi apartamento para recoger algunos planos. Aquellas chicas me recordaron los desagradables años en los que sufrí una vida semejante a las suyas. Qué alivio que hayan pasado ya y sólo sea un recuerdo fácil de olvidar en cuanto otros asuntos más cercanos en el tiempo ocupan mi mente.  

miércoles, 22 de enero de 2014

Paranoia de una noche de invierno

Qué sabias suelen ser las madres. Ayer pasé mala noche. La anterior no había dormido nada por culpa del trabajo y decidí cambiar mi rutina. Salí a correr cuando aún había gente por las calles, aunque ya era de noche, porque ahora anochece a media tarde. Me parece increíble que en pleno verano las tardes (la luz solar) lleguen hasta las 21:30 o las 22:45. Llegué muerta de hambre. Me zampé una pizza cuatro quesos bañada en tabasco y cubierta con aceitunas. Lo del tabasco es una obsesión: nunca he conseguido acabar un bote. Siempre nos mudamos antes de gastarlo, y es una de esas cosas que no llevas contigo. Ahora le echo tabasco hasta a las lentejas, con el único propósito de ver pasar la luz a través de la botellita (sí, ya lo sé, un propósito bastante ridículo -que conste que también tengo el de leerme este año al menos 40 libros-). 




Cuando trabajaba en un bar para estudiantes durante mis años de universitaria, me cayó en la mano un chorreón de tabasco. Me lo limpié con un paño seco. A la mañana siguiente tenía una quemadura: una mancha roja dolorosa al contacto. Me acordaba de esa quemadura cuando poco después de quedarme dormida, desperté con un molesto dolor en la parte baja del esternón, exactamente en el punto donde en las películas suelen hincar la aguja de la adrenalina al moribundo (seguro que es un error, porque no imagino ningún metal capaz de atravesar semejante hueso. No sé si me despertó el dolor o una pesadilla absurda que tuve: estaba obligada a quedarme embarazada, como no lo lograba, unas mujeres vestidas de monjas y sin pies (volaban a unos centímetros del suelo) me perseguían por todas partes. Por la mañana el dolor había desaparecido por completo. Durante la llamada matutina materna, le relaté con todo detalle la pesadilla. No el dolor de estómago, porque seguro que me hubiera echado una merecida bronca. En lugar de aconsejarme que me tomara con tranquilidad el deseo de quedarme embarazada, como temía, me dijo: Eso es que no cenaste adecuadamente antes de irte a la cama. Ahora estoy preparada para que no me vuelva a ocurrir:



martes, 21 de enero de 2014

La canica iridiscente

Ya no se llama Ana, ahora su nombre es Veintitrés. Cuando duerme, desde la punta de su nariz hasta la litera superior, hay 35 cm. Si despierta desorientada, sin saber dónde está, es inevitable el golpe en la cabeza y sólo la superficie acolchada impide los chichones o las brechas en la cabeza. Veintitrés ensaya las deformaciones de su cuerpo por la maternidad. Está convencida que cuando esté hinchada como un globo, no cabrá en un espacio tan angosto. Es una de las pocas aún yermas. No sabe cuánto le queda hasta ser considerada no útil. 

Las literas están pegadas sólo a uno de los paramentos del dormitorio. Cincuenta metros de largo por siete de alto. La falsa fuerza de la gravedad es débil y una caída desde la última hilera no implica un daño grave. En el otro paramento, frente a las literas, pequeñas escotillas, parecen la ráfaga de una metralleta. Todavía se puede ver la Tierra: minúscula, igual a una canica morada, verdosa, roja, iridiscente. 

Los ojos se le llenan de lágrimas. La rabia y la pena no pueden ser amortiguadas por la sustancia psicotrópica con la que aliñan el agua o el aire. Si no estuvieran drogados, la mayoría se habrían vuelto locos. Veintitrés ríe y llora, y se cubre la boca para no ser escuchada.

Dos años, seis meses y un día, como si fuera una sentencia judicial, tan poco tiempo sobró para hacer irrespirable la atmósfera de la Tierra para el hombre y la mayoría de los animales. Una catástrofe natural o una guerra nuclear no habrían resultado tan patéticos. Pero sólo se trató de una broma.

Jueves, 27 de febrero, víspera de un puente largo porque el viernes era fiesta. Fuera, en el patio lleno cerezos en flor, la primavera invita a escapar. Muchos han sido más listos que Ana: la clase está medio vacía, y de los que han quedado, muy pocos hacen caso a las explicaciones del profesor de anatomía.

Ana lo vio con toda nitidez. Parecía una capsula endoscópica: mismo tamaño, aunque de color negro. Voló desde las filas del final del aula hasta chocar con el zapato de don Nemesio. El profesor no se inmutó porque tenía puesta toda la atención en hacer una incisión en el tórax del cadáver que cubría la gélida camilla de acero. Otro fiasco que agregar al graciosillo de la clase, pensó Ana; pero la cápsula se partió en mil pedazos, soltando su contenido: una neblina gris y espesa que ascendió con rapidez, disolviéndose con el aire y enredándose en los objetos metálicos. Cinco minutos más tarde, el profesor blandió el bisturí para dar mayor énfasis a sus explicaciones y la cuchilla voló, dibujó una parábola perfecta y fue a parar a la mano del listillo de la clase. Todos creyeron por un instante que estaba herido, pero sólo era una mancha de óxido que desapreció con un soplido.

El fin de semana fue tan movido en las páginas de sucesos de los noticiarios, que después de cinco accidentes aéreos, dos descarrilamientos de metros, otros tantos de trenes y tres edificios colapsados, Ana prefirió desconectarse de todo lo que ocurría fuera de los claustrofóbicos límites de su apartamento de estudiante. Cuando el lunes volvió a la universidad, la cubierta de cerchas metálicas del aula de anatomía, había colapsado.

Sólo era un inofensivo artículo de broma. El oxicrack se vendía por un euro la cápsula. Tenía el propósito de dejar sin cremallera al matón del instituto o sin hebillas la falda de una chica voluptuosa. En pocos segundos, oxidaba cualquier metal hasta convertirlo en polvo, y los efectos perduraban durante meses, o tal vez años, en la zona donde habían sido arrojadas.

Qué necias fueron las autoridades. Cuánto tiempo tardaron en relacionar causa y efecto. Para cuando eso ocurrió, el oxicrack era como un virus que había infectado todo el mundo. Accidentes de cualquier vehículo, incendios al romperse depósitos o tuberías, amenaza nuclear, colapso de las estructuras... y bajo tierra, las vetas metálicas, al oxidarse y aumentar de tamaño, producía tensiones capaces de provocar terremotos, algunos tan superficiales que la aceleración sísmica demolía los edificios ya dañados en un segundo.

La mayoría de las mujeres que viajan en la nave espacial son animales reproductores. Si no cumplen su fin, terminarán entrando en la cadena alimenticia del resto. Escapar de un planeta moribundo, no significaba salvarse, sólo prolongar la agonía. Deambular por el espacio hasta que el combustible se agote o un asteroide los desmenuce. La canica iridiscente se ha reducido a la mitad de tamaño. Veintitrés siente la humedad de la menstruación en la entrepierna, y sonríe. 

lunes, 20 de enero de 2014

Cuando un amigo se va...

Mi primo Antonio es como un osito de peluche lampiño y huesudo: todo ternura. Está pasando una mala racha. Una excepción en el presente que nos ha tocado vivir: no es por la crisis. En cuanto cerró el restaurante donde trabajaba hace tres años, lo contrataron como guardia de seguridad en un polígono industrial de Albacete. El cambio le sentó bien. Al alejarse de los fogones, perdió la pancita de felicidad que le rebosaba por encima del pantalón y el ejercicio hizo que las mantecas se convirtieran en músculos. 

Hace dos años su mujer cayó enferma. Nada grave. Piedras en la vesícula. Necesitó una operación y dos días después, estaba en casa. El problema es que no ha querido darse cuenta que está completamente curada. Sin fundamento, se ha convencido que tiene una enfermedad terminal y todos se lo ocultan para no hacerla sufrir (han pasado más de dos años, debería percatarse de la evidencia). Desde entonces se ha sometido a mil pruebas y toma media docena de medicamentos al día (placebos, la mayoría, porque no tiene nada real). 

La válvula de escape la encontró mi primo en Internet. En una página web de contactos, se topó con Milagros, mujer madrileña de 42 años -el tiene 45-, funcionaria, a la que le gustaba la lectura y los viajes, y quería amigos para conversar con ellos. Sólo se conocían de hablar por el Sype y teléfono. Hasta hace un par de semanas que mi primo quiso aprovechar un viaje que tenía que hacer a Madrid por trabajo, para conocerla. Le fue muy fácil localizarla porque conocía su nombre completo, lugar de trabajo y teléfono. El encuentro fue un desastre. La mujer tiene en realidad 62 años y la conversación fluida y agradable que tenían en las redes sociales, no se daba en la realidad: muchos silencios y titubeos. 

Ahora está arrepentido de haber ido a verla, y destruir la amistad, aunque ficticia, que tenían. (La sigue teniendo en contactos, pero apenas habla con ella porque tiende a llamarla de usted y ha perdido la confianza que tenía para comentar con ella de temas delicados, como el sexo). 

La estrategia del buñuelo

Risas, cabreo... Esta mañana empezó muy temprano, antes de lo esperado. Mi madre está convencida que todos tenemos su mismo horario, y no ve problema en llamar a quien se le antoje aún cuando no ha asomado el sol por el horizonte. Ni siquiera quiso darse cuenta del tono ronco de mi voz, de recién despertada. No era nada importante. Le había hecho gracia la carta recibida del Ministerio de Hacienda, clases pasivas, donde le informaban que este año le han subido la pensión 1.20 €. Al menos en esta ocasión no le han subido las retenciones, como el año pasado (al final terminó cobrando menos que el anterior; a su bolsillo llega menos dinero que en 2.012). Se cabrea. Dice: Te suben una miseria y te lo anuncian a bombo y platillo; te meten un impuesto nuevo, y tienes que mover cielo y tierra para saber a qué corresponde (en el cementerio de Granada pusieron un impuesto parecido al Ibi de los nichos, asegurando que es para la limpieza). 

Mientras reunía las ganas suficientes para ser vomitada por la cama, eché un vistazo a El País digital. Un cardenal español asegura que la homosexual es una deficiencia (¡manda huevos!). A Pere tal afirmación, viniendo de quien viene, le es indiferente; pero no ocurre lo mismo con mi primo Miguel Ángel. Mi tía es muy religiosa. Todos conocemos la inclinación sexual de mi primo, menos ella. Siempre ha estado muy delicada de salud, y es preferible ocultárselo. Aunque es posible que sí lo sepa, pero no quiera enterarse. 

Cuando volví de la visita a la obra y salí a la compra, al pasar ante el bazar asiático que hay en la calle Agustina de Aragón, vi sus persianas bajadas, menos la de una de las puertas. Llevaban semanas amenazando con cerrar: Liquidación por cierre. Llegué a pensar que se trataba sólo de una estrategia para vender más. La persiana que estaba levantada mostraba un espacio extrañamente amplio, lleno de estanterías vacías, monocromático, sólo blanco. Me pregunto adónde irán ahora. Una de las vendedoras hablaba tan perfectamente el castellano, con acento andaluz, que es fácil adivinar que sus raíces están en este país.  

Entre tanto los políticos aseguran que la cosa va mejor, que avanzamos hacía la recuperación (aire, en realidad). Pero si miro a mi alrededor, incluso en los derechos sociales, es como si hubiéramos viajado en el tiempo a una época remota de dictadura e imposición de una ética religiosa. 

domingo, 19 de enero de 2014

Llueve

Cuatro días y cinco noches sin ver un astro. Bueno, si miro para abajo, veo la Tierra, pero está tan cerca, que no cuenta. Es como un bosque que no deja ver los árboles. El jueves por la noche no estaba tan nublado y se podía adivinar por dónde andaba la Luna gracias al resplandor en las nubes. Ahora no, ahora el manto es compacto y tan blanquecino que cualquier brillo al otro lado queda anulado. Parece que estuvieran las nubes preñadas de nieve, pero no hace tanto frío. O puede que a esa altitud sí lo haga, y los copos se conviertan en gotas a medida que caen. Pero, de momento, no llueve; si sigue así, saldré a correr. Llevo tres días sin hacerlo. Me estoy volviendo perezosa. Antes la lluvia no me retenía en casa. No me gusta la sensación de las lluvia empapándome los muslos a través de los leggings. Tengo unos que son especiales para el agua, pero son peores que los normales. Tienen una piel exterior aislante y pelo en el interior. No transpiran. Con el esfuerzo, sudo, el pelo se empapa. Al menos los normales, se terminan secando si deja de llover. 

Ni siquiera puedo distinguir los falsos límites de la tierra. Ahora no, porque es de noche y si miro por la ventana a lo lejos, no llego a ver más que algunas luces en mitad de la oscuridad. Las hay ambiguas: no se sabe si están en tierra, en la ladera de Sierra Nevada, o son aviones que vuelan por debajo del manto de nubes. Por la mañana, las tormentas que caen a algunos kilómetros de aquí esconden el horizonte tras una neblina. 

Me gusta mucho que llueva. Me gusta cuando paseo por el campo y escucho las gotas cayendo como perdigones en el gorro del chubasquero, me gusta en las tardes de verano cuando los olores son el preludio de los enorme goterones que forman cráteres en el polvo del suelo al caer, y me gusta en noches como esta, cuando invita a enclaustrarse y cambiar la rutina.


sábado, 18 de enero de 2014

Genesis

Algunas historias, por haberlas aprendido cuando aún no tenía capacidad para comprenderlas, han permanecido como un cuento sin mucho sentido en mi memoria. Todo el Antiguo Testamento, escuchado hasta la saciedad en el internado (la dislexia me gasta malas pasadas y tiendo a escribir reformatorio) está lleno de barbarie que sólo ahora, forzada a recapacitar por culpa de José y sus hermanos, de Thomas Mann, comprendo. 

Cuando cogí el libro de Thomas Mann, impulsada por el escritor (lo cuento entre mis favoritos) y por que es uno de los muchos libros, heredados de mi padre, que a él no le dio tiempo de leer; pensé que trataba de algún acontecimiento coetáneo del autor en su Lubeca natal porque escuché en un documental que este libro le había causado algunos problemas con sus antiguos vecinos: muchos se sintieron identificados con alguno de los personajes. Lo curioso es que se tratan de personajes bíblicos. 

Si se trae a la realidad la historia del sacrificio de Isaac, al que su padre quería inmolar por haber escuchado a Dios exigírselo, tenemos a un, probablemente, esquizofrénco a punto de matar a su hijo. Por fortuna le volvió la cordura en el último momento y el hijo no fue sacrificado. ¿Cuántas veces no habrá vuelto la cordura al padre? En el libro, Mann relata el sacrificio que el padre de Raquel, prima y esposa de Jacob, hizo al construir su casa. Metió al primogénito en una jofaina y construyó sobre él el edificio, un sacrificio a Dios para conseguir buena suerte y bonanza. Pero, ¿hemos avanzado tanto cuando padres aceptan que sus hijos se inmolen en nombre de Dios?


miércoles, 15 de enero de 2014

Los protegidos

Cuando eres una arquitecta novata, recién salida de la universidad (en la que debería haber un curso intensivo de Aprendizaje a la Sumisión), piensas que los profesores te arrojan a un mundo feliz, justo y ecuánime. Sobran unos meses enfrentándote a a la realidad para conocer la verdad. Ni siquiera es una selva donde cada uno lucha con uñas y dientes por robar la comida a su compañero. Siempre están los protegidos. Un grupo de personas que sin méritos propios, pero con mucha ayuda externa, consiguen lo que se merecen otros. Ocurre con los concursos. Recuerdo las esperanzas que tenía cuando leía en la página web del ayuntamiento o en la del colegio de arquitectos el concurso de algún aparcamiento o geriátrico y se lo llevaba entusiasmada a mi jefe. Siempre aceptaba y lo hacíamos, aunque él, que era perro viejo, sabía que no ganaríamos. Supo de antemano, en los cuatro concursos a los que nos presentamos, quién iba a ganar (estudio, nombre, apellidos, equipo de arquitectos). Nunca se equivocaba. Cuando le pregunté (bastante cabreada) por qué nos presentábamos si sabía que no teníamos ni una posibilidad de ganar, me respondió que era un ejercicio para forzar a nuestra imaginación y hacer arquitectura de verdad (aunque estuviera destinada a no pasar del papel a la realidad).


Estos días estoy entusiasmada. Primero fue la sinrazón (un ridículo aparcamiento subterráneo de lujo en un barrio de clase media; un bulevar de 8 millones de euros en mitad de la crisis), luego fue la lucha (manifestaciones pacíficas, adoquines invadiendo el espacio donde deberían estar las máquinas, rabia, contenedores ardiendo, enfrentamiento con la fuerza de la autoridad) y al final, como si se tratara de una película, el alcalde recula y gana el pueblo. 

Pero la realidad no acaba cando los buenos ganan. ¿Por qué tanto empeño en hacer algo que los vecinos no querían? ¿Por qué diseñar un aparcamiento tan ridículo (200 plazas) en un lugar donde son necesarias más? ¿Por qué obcecarse y tardar tanto en salir del error? 

Si fuera una ingenua y no estuviera tan quemada como la pipa de un indio, estaría feliz al pensar que por una vez el pueblo ha ganado a una dictadura disfrazada de democracia. Pero soy gata escaldada: en adelante, miraré con regularidad el Boletín Oficial de la Provincia de Burgos, en busca de la obra que sustituya al frustrado bulevar porque no pueden decepcionar a los protegidos ni perder las comisiones que una obra inflada hasta la vergüenza estaba destinada a proporcionar.

martes, 14 de enero de 2014

La dama de los mil asesinos

En la casa de mis padres siempre hubo muchos libros y ninguna censura. De ningún tipo. Y después de la muerte de mi padre, nadie se ocupó de meterme en la cabeza ideas fantasiosas (nada de Dios, nada de Papá Noel, nada de los Reyes Magos, nada de ángeles o demonios...). ¿Por qué le mentimos tanto a los niños? ¿Por qué nos empeñamos en hacerles creer en seres y cosas que no existen? ¿Por qué son los únicos que nos creen? ¿Por que necesitan esa fantasía para desarrollarse bien psíquicamente? Imagino que no soy la persona más apropiada para juzgarme (por lo general, nosotros mismos somos quienes menos nos conocemos); pero creo que no tengo ningún problema mental.

Los libros también ayudaban a que me sumergiera en un mar de realidad. Las novelas sólo las leía mi padre. A mí me gustaban más los que tenían muchos dibujos o estampas. De esa época aún conservo un atlas con mapas de España y el mundo tan lleno de líneas a lápiz (viajes imaginarios) que los nombres de los sitios han quedado ocultos bajo una gruesa capa de grafito. También hay otro muy deteriorado: un puñado de páginas sueltas atrapadas con varias gomas elásticas que hay que renovar de vez en cuando porque envejecen con la luz solas y se rompen. Ese libro tan estropeado, lo utilizó mi padre en un curso que hizo para ser instructor de policías militares. El último tercio, trata de muertes violentas. Hay una fotografía que se ha quedado incrustada en mi memoria: el cuerpo desmenuzado del piloto de una avioneta. El intestino delgado cuelga de la rama de un árbol, deformado por unas bolas. como si fueran las cuentas gigantescas de un collar. El piloto era una mula. Uno de los bolos de cocaína se rompió mientras volaba y murió. No sintió nada cuando la fuerza de la gravedad lo convirtió en un puzle de mil piezas.

Gracias a ese libro me topé con primera vez con la historia de La Dalia Negra. En él culpaban de su tortura y asesinato, sin apenas justificación, a media docena de militares pertenecientes a una base militar en la que la aspirante a actriz había trabajado. Durante un tiempo la historia de este asesinato permaneció dormida, hasta que la serie CSI me hizo reencontrarla y encorajinarme, porque culpaban de lo ocurrido a otra persona (tendemos a creer como verdadera la primera historia que hemos conocido). Ayer quiso la casualidad que me encontrara de nuevo con Elisabeth Short en un documental, donde un agente de policía retirado cree descubrir que su propio padre fue el asesino de la mujer. 







sábado, 11 de enero de 2014

Shhhhhhh, no lo despertéis del sueño de los inocentes

Comprendo perfectamente la forma de pensar de Alberto Ruiz-Gallardón respecto al aborto porque, cuando yo tenía unos 10-12 años, pensaba igual. Luego, con más conocimiento de causa y más capacidad para no dejarme influenciar por terceros, cambié de opinión. Durante mi preadolescencia, estaba convencida que el feto era un ser débil que debía defenderse a toda costa. Hasta creía que no debía permitirse el aborto en caso de violación porque había escuchado en un programa de radio que la agitación nerviosa que sufre una mujer mientras es forzada, impide que el espermatozoide se una al óvulo (creo que fue en la Cope, única emisora que escuchaba mi madre). Cuando eres una niña no crees posible que en los medios de comunicación se mienta. 

No es fácil estar al favor del aborto. Ser considerada por parte de la sociedad como asesina. Lo más sencillo sería lucir en una camiseta y en la mentalidad una de esas imágenes de un bebé rollizo sobre el que hay escrito en letras grandes ¡Mamá, no me mates! Pero eso sólo sería hipocresía, una forma cobarde de negar la realidad que significa el sufrimiento de un embarazo no deseado. 

Ruiz-Gallardón se ha quedado anclado en una preadolescencia inocente y cobarde, influenciado por sus creencias religiosas, incapaz de comprender el miedo y sufrimiento de una adolescente que no ha sabido negarse a unos minutos de placer (en el internado, durante una semana, una compañera creyó estar embarazada de su primo) o el terror de una mujer maltratada que debe alumbrar el niño del hombre que la mandó al hospital... existen miles de historias, y todas llenas de dolor porque el aborto, en ningún caso, es un capricho.

Seguirá habiendo abortos (siempre los ha habido, incluso cuando la prohibición era absoluta). Las nuevas restricciones impuestas por el capricho de Gallardón y aceptadas por parte del gobierno, únicamente van a implicar un aborto más caro y más inseguro. 

Al igual que a nadie se le obliga a donar médula para salvar una vida, ¿por qué el paternalismo gubernamental se empeña en imponer su voluntad y ordenar a la mujer cuándo puede y cuándo no interrumpir un embarazo no deseado? La sociedad, la mayoría, no creía necesario este retroceso en las libertades. ¿Es lícito que un político imponga leyes basadas en sus creencias religiosas, ignorando el bienestar y las necesidades de la mayoría? ¿No debería existir un tamiz, un árbitro, que mantenga a todos estos personajes que no sirven para gobernar, lejos del poder? Esta democracia cada día se está pareciendo más a una dictadura.

viernes, 10 de enero de 2014

Un hijo de púa de dos pares de cajones

Con las historias que Stephen King nos cuenta en sus libros, no cabe preguntarse si en algún momento las va a fastidiar con una ida de olla excesiva, si no cuándo lo va a hacer. Historias muy bien hilvanadas, con un equilibrio perfecto entre la fantasía y la realidad que de repente se destroza  por culpa de detalles que no son creíbles y a los que, por lo general, no da explicación. En el último libro que me he leído de él, La Cúpula, la metedura de pata está en el final que le da. Convierte las mil y pico páginas del libraco, en un cuento infantil. 



La Cúpula (una de las pocas excepciones en las que el libro de Stephen King está mejor que la película o serie) es como El Señor de las Moscas, sustituyendo la isla por una carcasa, una barrera invisible, que aísla a un pueblo completo del resto del mundo. Me gusta mucho el personaje malo de la novela. Big Jim, un aparente santurrón, incapaz de decir tacos por creer que molesta a Dios, pero que no tiene ningún problema en cargarse a todo el que se interponga en sus deseos de ser quien mande en el pueblo.

Si Stephen King le hubiera dado el final que parece vaticinarse desde el principio (que los extraterrestres intentan proteger a una porción pequeña de humanos -como un arca de Noé- ante un cataclismo inminente que pasa desapercibido para los humanos) habría sido incluso poético. 

miércoles, 8 de enero de 2014

Crónica del pasado inmediato

¡En qué mundo más pacífico vivimos!

Anoche volvía de correr a las 4:30. Ya estaba muy cerca de mi casa. A sólo unas manzanas. En la calle Pintor Zuloaga, un sujeto joven, ataviado con una sudadera color naranja butano (hay que ser tonto para ir a robar con semejante vestimenta), y provisto de un mazo tipo lametón de Miley Cyrus, se lió a mamporros contra la luna de Megasur, una tienda de informática. Desde un balcón le gritaban Hijo de puta. No hice nada, sólo seguir corriendo (no llevaba el móvil). Le tengo mucho aprecio a mi cabeza, a su forma actual y a lo que esconde dentro del cráneo -de momento, no existe el trasplante de cerebro-. Cuando llegué a casa, llamé al 112, me dijeron que ya habían dado el aviso. 

A las cinco ya estaba en la cama, pero a las siete, mis ojos eran los de un búho. Sigo mezclando horarios. Tardaré un tiempo en recuperar la normalidad. A esa hora, en la que la ciudad debería estar agitada por la primera remesa de trabajadores que van a sus puestos; era un páramo, el escenario pos apocalíptico de una película. Casi nadie por las calles. El ruido de algún despertador que no cumplía su función. 

Coincidiendo con las campanadas que anunciaban el medio día en la Virgen de las Angustias, terminaba de repasar unos planos que había que modificar. Ningún otro trabajo para hacer por hoy. 

En el supermercado pillaron robando un rímel a una señora. Las excusas que daba al encargado que la pillo, le hacía reír: había sido un accidente, no sabía cómo el botecito había acabado escondido en su manga... 

Ahora me pegaría los párpados con superglue para que no se cierren, o me echaría una siesta hasta la cena, si no tuviera cita con la logopeda, la coleccionista de cajas de pañuelos.

martes, 7 de enero de 2014

Descubriendo a Ito

Los regalos que más gustan son los que no se esperan, los que ni siquiera se imagina que se pueden recibir.

Hace unos días llamé a una de mis tías de Barcelona para felicitarle las Navidades. Habíamos tenido un breve encuentro unos meses antes por un asunto de la herencia de mi abuela, y no quise perder el contacto del todo. Me invitó a ir a su casa. Una invitación de esas que resultan incómodas y que se aceptan por obligación. Pensé que sería como un castigo porque mi familia materna y paterna han sido como el agua y el aceite desde la muerte de mi padre. Imaginé reproches más o menos velados. 



Mi tía viuda vive en el piso de su difunta suegra. Cuando llegué, escuchaba Fever cantado por Peggy Lee (en vinilo). Quiso quitar el disco, pero le pedí que lo dejara, y lo hizo; sólo bajó el volumen. Ahora, por asociación, se ha convertido en la banda sonora de la infancia de mi padre, porque es de lo que hablamos. Y me enseñó montones y montones de fotografías. Mi padre, muy niño, subido en el coche de bomberos de un carrusel; mi padre, de adolescente, con el pelo largo como una chica, montado en bicicleta; mi padre y sus hermanas comiendo perritos calientes en un restaurante francés; mi padre con un brazo escayolado... 

Para mi tía, su hermano aún es Ito. No Gabriel, o Gabi, sólo Ito. Sentía la misma necesidad de hablar de mi padre como yo de saber de él, de su pasado. Pero no todos los lutos, la tristeza, son iguales, y mi madre y mi abuela preferían no mencionarlo ni que se lo mencionaran. Una especulación: mi tía está convencida que el distanciamiento entre ellas es más culpa de la necesidad de no verse (porque el único vínculo que tenían era mi padre) que la de no haberse perdonado algún acto o palabras. 

lunes, 6 de enero de 2014

Rojo sobre blanco

Me molestó tanto tener que hacer las maletas, que cuando hablé por primera vez esta mañana y mi voz sonaba normal (no ronca, ni rara, ni a punto de romperse: sin ningún indicio de enfado), me extrañé. Tengo ganas de volver a la normalidad del trabajo, pero quiero hacerlo desde aquí. Regresar, irme de nuevo lejos de Guille, se hace muy difícil. 

Obligado era echar una ojeada a los cajones, para asegurarme que no olvido nada importante que añore en cuanto aterrice. Los cajones están medio vacíos, llenos de cosas innecesarias que podríamos tirar, pero que seguimos guardando porque un día las compramos o nos las regalaron y siguen teniendo un valor sentimental. También hay alguna sorpresa, algo que he olvidado que tenía, como una vieja agenda de 2009 personalizada con mis iniciales que Guille me compró. El papel blanco y grueso, con los renglones apenas insinuados, invita a escribir. Una pena que ya no me queden historias de mi abuela (al menos, ninguna que recuerde). Lo utilizaré para los ejercicios de la dislexia. 

También he revisado las estanterías de los libros. Lástima que el peso de la maleta esté tan limitado. Asesinatos S.L., de Jack London (me gusta este título); La Defensa, de Nabokov; El Juego de los Abalorios, de Hesse; Córdoba de los Omeyas, de Antonio Muñoz Molina (la de viajes que ha dado este libro, y siempre lo voy aplazando); Campo Abierto, de Max Aub. 

En el piso de la Diagonal estamos como en un hotel, por un breve espacio de tiempo, sin penetrar en el interior de los muebles: con lo que utilizamos sobre la superficie, a la vista, sin desempaquetar del todo. Cuando no estoy en Barcelona, Guille prefiere quedarse en el piso de sus padres; por tener con quién hablar y con quién comer. Yo también lo prefiero porque me da miedo que le ocurra algo y no tenga un testigo que lo pueda socorrer. Los neceseres del baño están sobre la encimera de los lavabos. Los botes de los armarios están llenos de líquidos resecos. Cuando nos fuimos, nunca pensamos que la ida fuera tan prolongada y los regresos tan breves. 

El botiquín está oculto por la puerta del baño. Betadine, aspirinas caducadas, agua oxigenada, alcohol, Ibuprofeno, gasas, tiritas... (Somos más de golpes y cortes que de enfermedades). Me gusta que esté medio vacío. Recuerdo el botiquín de la casa de mi madre. Primero empezó siendo una caja metálica de Cola-Cao (mi madre la había pintado en blanco porque estaba oxidada, y dibujado una cruz roja en la tapa); luego, pasó a ser un cajón (al principio de la enfermedad de mi padre) y al final todo un armario (botellas de oxígeno, pañales, toda clase de morfina -en parches, en pirulís, en suero...-). 

Me sobra mirar nuestro botiquín  tan lleno de huecos, tan vacío como el cerebro de un político; para que se me pase el enfurruñamiento por tener que irme. 

jueves, 2 de enero de 2014

Los Idiotas

Se parecen bastante el circo que se monta alrededor de una novia la mañana del día de su boda y los preparativos para una noche de fiesta elegante (sobre todo si coincide que la promotora de ambas, es mi suegra). Exfoliar la piel, masajes, cremas, limpieza de cutis, más cremas, maquillaje de pinceladas minúsculas y minuciosas, dejarse peinar, manicura... el agradable deslizar de la ropa nueva por la piel tan mimada (es una caricia casi erótica)... El espejo siempre devuelve la imagen de una extraña bastante incómoda en la que no me reconozco. Ni a Guille ni a mí nos gustan las fiestas que parecen un gallinero lleno de pavos reales. Pero tenemos el defecto de hacernos más felices complacer a los demás que a nosotros mismos. Al menos tendremos una bonita fotografía para el álbum de fotos de mi suegra (Año Nuevo 2013-2014 -tiene una caligrafía muy bonita, muy adornada, de esas que ya no se ven-).

Mis suegros nos invitaron a una fiesta privada para abogados en uno de los hoteles más famosos y hortera de Barcelona, para celebrar la entrada del año. Tuvimos la fortuna de libramos de la cena (nos hubiera costado más de 300 euros por cabeza -o por estómago-). Tampoco estamos hechos Guille y yo para la alta cocina, donde la longitud de los nombre de los platos son inversamente proporcional a la cantidad de comida que ponen (hacemos mucho deporte, más de tres horas diarias, no nos quedamos satisfechos con esas delicatessen donde tienes que adivinar si lo que hay en el fondo del plato es un adorno o lo que te tienes que llevar a la boca). La alta cocina siempre la he creído muy parecida a El Traje Nuevo del Emperador.

Habría disfrutado mucho de la fiesta de ser socióloga. Me lo pasé medianamente bien. Al menos, mejor que Guille y mi suegro, ya cansados antes de que empezara, porque están acostumbrados a irse a la cama a las once.

Muchas conversaciones sobre la crisis, sobre los ineptos que son los políticos, muchas críticas y halagos a Mas... muchas bebidas alcohólicas, muchas narices rojas, muchas voces empalagosas... A las cinco, cuando la música en vivo ceso, hubo una desbandada, nosotros, ante el cansancio de Guille y su padre, aprovechamos para irnos también. Personas que se habían metido en seis horas una docena y media de whiskys en el cuerpo, y con el título de abogado en vigor, no sintieron ningún temor de subirse en sus coches y conducirlos. Se creen demasiado importantes para saberse mortales. Y si no les importa sus vidas, ¿les va a importar las de los demás?