domingo, 3 de diciembre de 2017

La cadena

¿Cómo desengancharse de algo a lo que llevas atada desde hace más de dos meses? Todo ha sido como una cadena infinita. Un compañero italiano restauraba una casita dañada por uno de los terremotos que ha desolado el centro de Italia en los últimos tiempos. La vivienda debería haber sido demolida, pero siempre ocurre lo mismo: el valor de la vida de quienes menos tienen es prácticamente nulo. Pidió ayudas estatales que ninguna llegaron. Reforzó pilares y vigas con perfiles metálicos. Y cuando recubría la fea estructura con paneles de cartón-yeso, se le ocurrió una idea. ¿Y si el armazón que soporta los paneles fuera la estructura portante? 

Una persona, una idea. La idea permaneció, pero las personas al final éramos 25. El trabajo de la mayoría concluyó. Ahora les toca a los químicos y mecánicos. Pero es complicado desengancharse de algo a lo que he estado ligada casi exclusivamente durante tanto tiempo. Incluso volví a la costumbre de dormir sólo noches alternas. Si cierro los ojos, veo una y otra vez la primera maqueta lanzando trozos de cartón-yeso como si fueran proyectiles al deformarse y romperse las varillas que formaban los tetraedros. 

No importa si al final todo se queda en agua de borrajas. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz haciendo un trabajo.