miércoles, 31 de agosto de 2011

Metarmorfosis

Estoy mutando, estoy percibiendo cambios demasiado rápidos (no, no soy una cucaracha gigante, de momento). Supongo que será la crisis de los treinta (los cumplo en octubre). Hace muy poco, al principio del verano, me entusiasmaban las películas de casquería fina, las de miedo, las de monstruos. Esta tarde entre cita y cita del médico tenía más de dos horas y en lugar de volver a casa, entré en el cine. Destino final 5. Creo que nunca he bostezado tanto, ni me ha parecido tan tonto un argumento ni tan sosa una historia. Y yo que pensaba ser una viejecita de 70 años compartiendo con los amigos películas gore en el asilo. Claro que cuando era pequeña también me prometí a mí misma que siempre me gustarían los dibujos animados

2 comentarios:

  1. ¡Ja, ja, ja! No te preocupes, todavía te quedan muchas mutaciones hasta que seas una viejecita de 70 años. A saber lo que te gustará entonces. O a lo mejor no te gusta nada, te vuelves una de esas viejas gruñonas que protestan por todo. En estas cuestiones, es mejor no prometerse nada a uno mismo, la vida da muchas vueltas.

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  2. Jo, espero que no (a lo de convertirme una vieja gruñona). Tengo una vecina así, y sólo disfruta de contar sus achaques a quien quiera escucharla. En todo caso, lo que espero es estar aún con Guille y ser consciente de ello (me dan mucho miedo las enfermedades que hacen perder la memoria -es como estar muerta dentro de un cuerpo que respira-). Pero tienes razón: mejor no hacerse ninguna auto-promesa.

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