miércoles, 10 de agosto de 2011

La sombra de la ignominia

Ayer fue un día aciago, con un bombardeo constante de malas noticias y a pesar de ello, fui consciente de que soy afortunada. Por la noche, cuando volvió Guille, bajó al videoclub a alquilar una película (le pedí que sirviera para levantarme el ánimo). Volvió con un documental de la BBC, con la colaboración de TVE, sobre Hiroshima (bromeé con él: Pretendes hacer que me deprima y me suicide para cobrar el seguro). En el documental supervivientes de aquella masacre relatan -sin rencor- sus experiencias. Un doctor que volvía a la ciudad después de haber estado tratando durante toda la noche a una niña con insolación y se topó con el primer herido  al que no supo cómo tratar porque estaba todo quemado. Una chica que se salvó junto a su amiga por estar resguardadas en el banco donde trabajaban (la amiga tenía la columna vertebral rota y murió una semana más tarde, a los 18 años de edad). La madre que oye los lamentos de sus dos hijas sin poder acercarse a ayudarlas porque todo estaba ardiendo...

Recurriendo a la hemeroteca de la Vanguardia, leyendo lo que los periódicos decían los días 7, 8, 9, 10... de agosto de 1945, una pone en duda lo que siempre había leído y escuchado: la bomba atómica acortó la guerra y salvó más de un millón de vidas. Pero, sobre todo, me convence de que la segunda bomba atómica, Fat Man, arrojada sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945, fue un simple asesinato en masa.

La bolsa en Wall Street bajó cuando tiraron la primera bomba atómica por temor a que la guerra terminara de forma inminente. De no estar el moderado y sesudo Obama en la Casa Blanca, ¿habrían inventado un conflicto para salir de esta crisis económica?

A pesar de la crueldad del documental, me gustó mucho. Y comprendí que mis pequeñas miserias -el robo en el estudio de Málaga, el que una tita de Guille no deje de incordiarme con la frase "se te va a pasar el arroz", clientes pesados que no comprenden que cualquier documentación necesita una serie de pasos que es imposible acelerar...- no significan nada si las comparo con lo que sufrieron personas cuyo único delito fue nacer en un país con un conflicto armado.

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