martes, 4 de julio de 2017

Las hijas del profesor

El móvil de Mickey esconde un puñado de fotografías que enseña con orgullo de padre. Una docena de mujeres arregladas para una celebración importante. Sólo tienen algo en común: haber querido, o necesitado, aprender a destiempo. Las fotos las tomó el día que se graduaban. A comienzo del curso eran muchas más, incluso había dos hombres, pero sólo ellas han sido las supervivientes.

Hay una mujer de 68 años. Una chica junto a un chaval que parece su hermano mayor pero que en realidad es su hijo. Una mujer con rasgos sudamericanos muy sonriente. Otra con el pelo rubio, muy corto, algo entrada en carnes y con aspecto de ser la jefa de la manada....

¿Por qué estudian? En el internado había una niña con el esqueleto deforme. Éramos crueles. Las que no pertenecían a su clase desconocían que se llamaba Micaela. Todas la llamaban Cuasimoda. Aseguraban, no sé si con algún fundamento, que antes de cumplir los 15 años moriría. Siempre quise saber, aunque nunca me atrevía a preguntarle, que si era así, por qué estudiaba. ¿Qué propósito tenía permanecer encerrada y aburrida durante días interminables si no le serviría de nada lo aprendido?

Mickey conoce la historia de sus alumnas. La mujer mayor, estudia porque es una viuda reciente y temía acabar volviéndose loca si se quedaba sola en casa pensando únicamente en su marido difunto. No es la persona de mayor edad de la que ha sido profesor. Su récord está en una señora de 77 años que consiguió terminar primaria. La chica joven se apuntó al curso porque quería dar ejemplo a su hijo, que se había propuesto dejar los estudios en cuanto cumpliera los 16 años. La señora peruana por necesidad, porque tenía trabajo en un restaurante de Marbella y le exigían un mínimo de estudios. La mujer parecía amedrentada al principio. Desconfiaba. Le repitió un par de veces que no tenía plata para pagar el curso. Tardó en creerse que era gratuito. Y la mujer rubia de pelo corto, simplemente, porque se aburría en casa y las aulas le permitían, además de aprender, disfrutar de algo que todas parecían necesitar: el compañerismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario