martes, 25 de julio de 2017

El hilo

Mickey asegura que no le importa si lleno el cuaderno que me regaló exclusivamente con las palabras escuchadas en un dictado de frases absurdas; pero que le gustaría que inventara un cuento para él. Le digo que no es fácil. Necesito un hilo del que tirar, algo que sea el principio de la historia. Tardó un par de horas en decidirse. Un osito de peluche ensangrentado, dice. Supongo que en su cabeza la historia ya tiene principio, desarrollo y fin. ¿Un osito de peluche en el escenario de un crimen? ¿Entre los hierros de un accidente de tráfico? ¿Sangre reseca y marrón en un osito de peluche manido en el altar de una niña difunta? 

¿O un osito de peluche gigantesco, tamaño persona? Una casa de veraneo, llena de gente conocida, toda una familia numerosa. Con el calor que hace, a alguien se le ocurre disfrazarse de osito de peluche porque la dueña confesó que eran su fantasía sexual. La aparición repentina del osito en la cocina, hace que la dueña lo apuñale en el estómago. No se atreve a quitarle el disfraz por miedo a encontrar bajo la cabeza de peluche a alguien querido. Temiendo las consecuencias, cárcel por homicidio involuntario, lo arroja a un pozo seco de la finca. Al día siguiente nadie echa en falta a nadie. ¿Quién era el disfrazado? Pasan los días, todo sigue igual y no parece faltar ninguno de los invitados. La dueña piensa en volver al pozo para ver el rostro del extraño, pero está muy hondo. Se marchan y el conocido a quien nadie echa en falta porque existe gente invisible, sigue pudriéndose en las profundidades del pozo. 

¿Quién se atreve a darle forma al cuento?

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hay que tener paciencia para escribir cuentos, y yo no la tengo.

      Puede ser un buen cuento veraniego. Saben que son diez. Han comprado helado, y sobra uno después del incidente. En las comidas siempre queda un cubierto sin servir. ¿Quién falta? Se preguntan todos y nadie sabe responder.

      En la realidad también ocurre esto. En el colegio, todos los años, nos sacaban una fotografía de grupo. Mi madre las guarda todas. Nuestra clase siempre fue de 20 alumnas. En una de las fotos falta una alumna. Se lo he preguntado a algunas compañeras con las que aún tengo contacto, pero nadie es capaz de identificar a la que falta. Resulta muy frustrante. Seguro que cuando se deshaga el misterio, diré: ¡Pues claro! ¡Cómo pude olvidarme de fulanita de tal?

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