lunes, 28 de septiembre de 2015

Esos entrañables payasos

A menudo parece que estamos al borde del precipicio. Que sólo necesitamos un pequeño empujón para caer y morir; o, lo que sería peor, sufrir una lenta agonía. 

Un día después de las elecciones que parecían quebrar a España, todo sigue igual. Como en el resto de elecciones, todos los partidos aseguran haber ganado, todos los cabeza de lista aparecen sonrientes en las fotografías de los periódicos. Qué lamentable y patética es la vida de los políticos. 

¿A quién habrá votado Jordi Pujol? Sería desleal si lo ha hecho a un partido independentista, teniendo en cuenta que su herencia putativa la ha sacado del estado que repudia. 

A veces da la sensación que los políticos sirven, en lugar de para resolver los problemas de los ciudadanos, para sumirlos en la intranquilidad.

De repente creo que tengo coulrofobia. 

2 comentarios:

  1. Confieso mi ignorancia, pero hasta ahora no sabía que era coulrofobia y resulta que yo también padezco aversión por los payasos, en el sentido político, claro está. Bueno, más bien lo que muchos me producen son náuseas..
    Por más vueltas que se le de, tanto da que hablen de elecciones autonómicas, de plebiscitos o de referendums, el resultado en las dos comunidades que todos conocemos en España es siempre el mismo: Sociedades rotas casi por su justa mitad. No valen eternos paños calientes que de una p... vez se de una solución, porque la mayoría de españoles estamos hasta los mismísimos c... de escuchar la misma verborrea año tras año.
    Entiendo que el problema es peliagudo. Pero por darle un poco de humor a este serio asunto: Tal vez la solución fuera trazar una raya en mitad de cada comunidad y echar a cara o cruz la elección de campo, como en el fútbol. A un lado los que se sienten también españoles y a la otra los que no. Si quieren con derecho a negociar alternancia cada 50 años, "un poné"

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  2. Demasiado tiempo sin reportarme, demasiado tiempo sin leerte, disfrutaré hacerlo. Por ahora, y al respecto, odio, pero con saña, a los payasos, tanto en sentido literal (zapatos grandes, nariz roja, sonrisa fingida, y cara maquillada, lejos de agradar, asusta y da nauseas, provoca tomar un hacha y asegurarse de que la cabeza esté separada del cuerpo) como en sentido figurado, aplicado a los políticos (el traje de campaña, cara de no haber roto un plato, la misma hipocresía y cara de sinvergüenza, lejos de creerles, sólo causan daño y más dolor, provoca lo mismo que con los payasos de verdad)

    De algo que si estoy orgulloso, modestia aparte, es del sistema electoral venezolano. Todo automatizado, cierran las urnas a las 9:00pm de la noche, y ya las 11:00pm, hay resultados irreversibles. no pregunten por la fidelidad de los resultados, confórmense con que hay un resultado, y es irreversible.

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