domingo, 5 de abril de 2015

¿Esto es todo?

Más de una hora al teléfono. Un compañero me ha llamado para hacerme unas consultas sobre el Cype. Hablamos de lo divino y lo humano. Tenemos tiempo. A él le aburre estos días la tele (mucha misa y mucha película de santos), yo prefiero no salir por no tener que esquivar procesiones mientras hago equilibrios para evitar caerme (aunque este año la cera ha sido menos molesta que otros).  

¿Esto es todo? Pregunta. Se refiere a nuestra profesión, al trabajo. Hablamos como si fuéramos muy viejos y resultara imposible cambiar. Tal vez tenga razón. Ya nos hemos definido como arquitectos. Dice que yo he decepcionado a muchos (hiere). Pensaban que llegaría lejos, que a estas alturas sería la mano derecha de algún arquitecto famoso, o incluso que me habría convertido en una lamprea que se zampa sin escrúpulos al tiburón que la protege. Me recordaba ambiciosa, siempre persiguiendo a algún profesor para hacerle preguntas. Un recuerdo erróneo. Perseguía a los profesores que me podían proporcionar trabajo, pero no me delato porque la pobreza, aunque se haya superado, avergüenza. Su relación con los compañeros ha sido más estrecha que la mía. Sabe de quienes nunca han ejercido aunque tienen la carrera terminada, de quienes, de nuestra clase, nunca terminaron, de quienes han intentado hacer Las Américas en Arabia Saudí y volvieron con el rabo entre las piernas... Colgamos después de prometer que nos llamaremos más a menudo, aunque sabiendo de antemano que sólo la necesidad nos volverá a reunir. 

2 comentarios:

  1. La vida está llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado deprisa. (Annie Hall. 1978).
    pam

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    1. Muy buena la frase, muy realista. Menos mal que tenemos el instinto de vivir, a veces lo más fácil, e incluso sensato, sería acabar con todo.

      (Me encanta Woody Allen como director de cine -no tanto como instrumentista de jazz-).

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