martes, 18 de junio de 2013

La ventana indiscreta

Cinco bañadores, seis mudas, tres vestidos, seis pares de zapatos, seis braguitas... es la ropa que milagrosa cupo en la maleta de mi sobrinilla: se ha ido tres días a Cazorla como final de curso. Estaba tan ilusionada con este viaje que llevaba semanas imaginando qué harían para prever cuánto iba a necesitar. Era un nerviosismo compartido por sus compañeros: los Whatsapps ardían. 



En el hotel donde está, nos da la posibilidad de verla por cam durante un par de horas al día: mientras almuerza y mientras cena. Es extraño espiarla tan ajena a todos nosotros. Entre tantos críos y a pesar de la imagen tan mala de la cam, la distinguimos más por los gestos que por su fisonomía. Cuando ríe con ganas, echa hacia atrás la cabeza; cuando está cansada, apoya la barbilla en la mano con negligencia; cuando habla, todas la miran... Macarrones, carne con patatas y sandía. No le gusta la sandía. No le gusta casi nada dulce (será genético). Terminan de comer pronto. Menos de una hora (la urgencia de seguir divirtiéndose fuera).

Los niños salen. La cam sigue en funcionamiento. Una docena de monitores limpian las mesas. Una chica se queja de un chaval que no ha querido comer nada desde ayer. Al final hoy se tuvo que sentar junto al crío para hacerle tragar un plato de patatas fritas. Otra de las monitoras le advierte: A ver si te va a denunciar la madre por forzar a comer al niño. La otra monitora se encoge de hombros: También me puede denunciar por no hacer comer al crío. Al menos, si le pasa algo, mi conciencia está tranquila. Un monitor más mayor les advierte: Saludad a la cam, estáis en directo

4 comentarios:

  1. Recuerdo cuando me llamaron al trabajo diciendo que habían tenido que llevar a mi hijo al hospital. Salí pitando a verlo... me enteré de que llevaba dos días sin comer en el campamento. O sea, que agradezco que haya chicas como esa que se preocupa por la alimentación de los chavales.

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    1. A mí también me gustó la actitud de esa monitora; más teniendo en cuenta que a su mesa se sientan 15 niños (y ella había estado atenta a los que no comían). Es importante que se alimente bien porque están en edad de crecimiento y hacen mucho ejercicio.

      Está muy bien poder verla, aunque sólo sea un ratito, por cam. Sabemos que se lo está pasando muy bien y, aunque aún no la hemos visto probar ni un postre, todo lo demás sí le gusta.

      ¡Menuda experiencia la que tuviste con tu hijo!

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    2. Me maravilla poder disfrutar con esa edad de ese "gran charco". Y yo me tuve que conformar junto a un amiguito con darme unos revolcones en el arroyo próximo al pueblo, tras el fracaso de intentar hacer una minipiscina sacando la arena del fondo con un cubo y una pala. Lo que conseguimos fue sudoroso trabajo y agotamiento, la arena se corría y el fondo siempre tenía la misma profundidad. Mínima. Esto lo contaba en una de mis entradas dedicadas a la infancia. Su edad, básicamente. está para eso, para desbordar ilusión.

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    3. Hoy al mediodía no pudimos verla por la cam porque estaba en una excursión en canoa.

      En la actualidad los niños tienen la posibilidad de hacer casi cualquier cosa que quieran (mi sobrina, con 12 años, ha subido en globo, nada como una profesional y ha destrozado más de una moto); pero no la dejan ir sola a comprar el pan, que está a solo tres manzanas de su casa. Tal vez los niños hoy día estén excesivamente vigilados.

      Buscaré su entrada de la piscina, esa no la he leído aún.

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