domingo, 17 de enero de 2016

La fuerza obsoleta

Hoy fui una buena tita y acompañé a mi sobrina y sus amigas al cine. Les gusta que las acompañe porque saben que soy generosa con las chucherías. Querían ver Star Wars: El despertar de la fuerza (o de los bostezos, según todas ellas). De la película diré poco, para no cargarme el argumento: que está falta de imaginación y sobrada de escenas parecidas a la primera parte; también parece que hubieran utilizado los mismo efectos especiales que en la película 2012. No creo que sea una película con la que disfruten los adolescentes actuales. Sí, a juzgar por el griterío del cine, para los que tuvieron su edad cuando se estrenó la primera parte de la Guerra de las Galaxias. Cada vez que aparecía en la pantalla un personaje conocido decenas de voces adultas lo vitoreaban y pronunciaban su nombre.

Al salir del cine las niñas se hacían preguntas sobre la película: ¿por qué no mandaban drones para disparar al núcleo? ¿con una tecnología tan avanzada, por qué necesitan tanto aparato para dirigir una nave? ¿no es peligroso que una persona navegue una nave que puede alcanzar la velocidad de la luz? ¿por qué son tan tontos los malos que no protegen mejor el punto débil de su nave? 

De repente me he sentido muy vieja. El futuro de la Guerra de las Galaxias, para ellas, que desconocen el mundo sin tecnología, que sus móviles son como apéndices de sus cerebros; es muy antiguo. 




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