sábado, 28 de septiembre de 2013

Eclipse total de neuronas

La idiotez y la pereza que proporcionan la enfermedad (un resfriado, como dice mi madre, no es nada que te mate, pero qué malita -ella es muy de utilizar diminutivos- te pones) es la mejor excusa para dar vacaciones al intelecto. Intenté durante varias horas avanzar en la lectura del libro que tengo ahora entre manos: Analectas, reflexiones y enseñanzas, de Confucio; pero me quedaba completamente sopa después de leer un par de líneas (quién sabe, puede que no sea el resfriado el culpable de mi sopor). 

Hacía tiempo que no caía en la tentación (por el mero hecho de no apetecerme) de tragarme un dorama. En esta ocasión he visto algunos episodios de Master's sun (si hay alguien tan friki como yo, el enlace es totalmente legal y gratuito). Este drama surcoreano, como casi todos ellos, sólo es la historia de la Cenicienta. La Cenicienta es una mujer que ve fantasmas y el príncipe, el dueño de un centro comercial con la capacidad de evitar que la protagonista vea fantasmas si se tocan. 

Este verano leí Memorial del Convento de José Saramago. Es un libro de amor entre Baltasar, un exsoldado manco y Blimunda, una mujer que tiene la capacidad de ver a través de los objetos. Ayudan a construir una máquina voladora. 



Ambas obras de ficción tienen su justo equilibrio entre la fantasía y la realidad para no sacarnos a patadas de la historia. Tratan del amor y de las diferentes clases sociales. Pero mientras que una fue un grano de arena más para conseguir un premio Nobel, la otra está destinada al olvido (después de haber satisfecho sobradamente su cometido: permitir matar el aburrimiento durante unas horas sin exigir pensar). 

2 comentarios:

  1. Cuanta razón lleva su madre. Me he acordado ahora, porque estoy atravesando un resfriado y es verdad "que malito estoy". No hay remedios, el proceso sigue su curso y al toser duele hasta el DNI. Claro, que también influye la edad. Con treinta años iba al trabajo como si nada y hoy no voy ni a salir a comer fuera como solemos hacer los domingos.
    Anoto ese libro de Saramago. No lo he leído. Me gusta mucho el escritor portugués.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, frente a un resfriado no sirve ninguna medicina (aunque casi todo el mundo tiene su remedio casero: frotarse el pecho con trementina, tomar leche con miel y limón, beberse un whisky de un trago...).

      Espero que los siete días preceptivos del resfriado le sean leves.

      Eliminar