martes, 8 de enero de 2013

Mirando estampitas

Durante mi infancia, en mi casa había un enorme libro de Circulo de Lectores titulado Maravillas del Mundo. Desapareció antes de que aprendiera a leer, y durante mucho tiempo tuve ideas erróneas de las fotografías que salían en él, la mayoría influenciadas por mis hermanos. Así, hasta que no estuve en Sevilla, creí que la Torre inclinada de Pisa era la Torre del Oro, que los cabezones de piedra de la isla de Pascua habían sido arrojados desde el cielo sin que nadie supiera quién los había hecho, que le fresco Lilith de la Capilla Sixtina representaba a un hombre al que Dios había castigado con arrastrar un pene enorme... 

Los Reyes se adelantaron este año. Ropa y libros, principalmente (la crisis ha hecho del regalo el sustituto de cubrir una necesidad). Uno de los libros que me han traído es Rehabilitación de casas rústicas, de Juan Domínguez. Es una recopilación de proyecto de otros arquitectos sin apenas comentarios, pero con muchas fotos. En la arquitectura el sentido de la vista, principalmente, es el que da fama al técnico; pero son todos los demás sentidos los que lo convierten en un arquitecto real (o al menos así debería ser, aunque demasiado a menudo ocurre lo contrario: prevalece la belleza a la habitabilidad de los edificios, convirtiéndolos en meros objetos decorativos imposibles de ser utilizados).

Cogí el libro el día 4 por la tarde. Guille confundió mi noche en vela con un madrugón. Al mediodía del día siguiente lo había acabado de escudriñar: buscaba ideas originales, algo que no supiera; pero llegué a la conclusión de que todos diseñamos más o menos igual, nos copiamos las ideas que han sido previamente copiadas y es muy difícil aportar algo nuevo.    

Uno de los primeros proyectos que muestra el libro es aprovechamiento de la estructura de hormigón armado de una torre que servía de sustento a un enorme depósito de agua que alimentaba a una sería de edificios en una granja en Bélgica. La estructura es aprovechada para construir una vivienda unifamiliar.


Estructura original


Modificación de la estructura de hormigón armado en una vivienda unifamiliar


La idea es original, pero creo que la forma de llevarla a cabo tiene algunos errores. ¿Las viviendas deben requerir a sus habitantes una edad determinada? Se deben construir viviendas para chavales de 20, matrimonios de 40, ancianos que han sobrepasado los 70? Sería razonable, con lo caras que son, exigir esto? La vivienda de la imagen está diseñada para una persona sana, joven y dinámica  (no para mi cuñada que ha prescindido de utilizar el sótano sólo por no gustarle bajar escaleras). En la planta baja han proyectado un sala de reuniones, una especie de salón amplio; en la primera, comedor - cocina; en la segunda, baño-vestidor y una pequeña sala; en la tercera planta, la última, el dormitorio. La escalera vertical que estaba en uno de los laterales, ha sido sustituida por una escalera de gran pendiente (tipo barco) de acero galvanizado. ¿Podría vivir en esa vivienda una persona de unos 50 años con algunos achaques de salud? - a esa edad mi madre empezó a tener dolores articulares-. 

Otro de los errores, creo, es utilizar el revestimiento de policarbonato en dos de sus paramentos. En los otros dos, enfrentados entre sí, ha utilizado el hormigón (o una pared de ladrillo enfoscado) y el vidrio. El policarbonato, incluso el protegido, tiene una vida bastante corta. A los 20 años comienza a deteriorarse, más si le da de lleno el sol (es uno de los materiales que estuvimos barajando para el edificio que estamos haciendo en El Campus de la Salud, pero lo desestimamos por lo pronto que comienza a perder sus cualidades). Sin otro elemento que separe la intemperie del interior del edificio, la temperatura dentro será desapacible: frío en invierno y calor, efecto invernadero, en verano. 

Me hubiera gustado que el libro hubiera tenido más comentarios del propio arquitecto. ¿Cómo justificaría semejante diseño?

5 comentarios:

  1. .
    BeKá, el libro "Maravillas del Mundo" es uno de los míticos, el que no faltó en los hogares de los socios de Círculo de Lectores. Tuve también la oportunidad de gozarlo gracias a mi tío (el del blog).

    El depósito belga reconvertido, pues es una vacilada, no? No sirve para vivir pero queda cuqui para enseñar a las visitas del arquitecto (en fotos).

    :-)

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    1. Tu tío (el del blog) es cojonudo, las historias que cuenta son muy entretenidas.

      No estaba muy segura del título del libro. Hace tiempo quise comprarlo, pero don Paco, mi agente del Círculo, no tenía ni idea de qué libro se trataba.

      Después de leer tu comentario, sospecho que el arquitecto de esta vivienda la quiere como casa de invitados (muy apropiada para que se quede la suegra)

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  2. ¿El dormitorio tiene un baño adosado? Es que si no lo tiene, menuda gracia tener que bajar a la segunda planta cuando te entran las ganas de mear en mitad de la noche. No apto para señores con problemas de próstata.
    Sí, muy original como idea, pero poco práctico. Ya puestos, ¿por qué no instalar un ascensor exterior? O una microvivienda en cada piso. O..., en fin, por ideas que no sea.
    Estoy preocupada por que no tengas ya cuaderno.

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    1. No, no tiene baño adosado. Me imagino a mi Guille viviendo ahí. Tiene la costumbre de, cuando ya está en la cama y comienza a coger calor las sábanas, dudar si ha apagado la vitrocerámica después de hacerse un té o si ha dejado la calefacción encendida. Por mucho que le confirme que estoy segura que está todo apagado, hasta que no se levanta y lo ve con sus propios ojos, no se queda tranquilo. Y también es propenso a tener esguinces en el tobillo o la rodilla... Se tiraría media noche saltando de abajo para arriba.

      La idea de las viviendas independientes (pequeños estudios) es muy buena. En cada planta hay espacio suficiente para que viva holgadamente una pareja. Tampoco sería muy incómodo utilizar dos plantas por vivienda, pero cuatro... uf, qué burrada más incómoda.

      Sí, ya tengo cuaderno (lo trajeron los Reyes Magos disfrazados de chinos).

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    2. Muchas gracias señorita Beká por tal contundente piropo. Escribo de forma sencilla porque carezco de otros recursos literarios, que más quisiera yo. Pero eso si, como decía Paco de Gandía, todos los casos son verídicos.
      Cuando ayer leí este interesante relato lo primero que me "saltó" a la vista fue el libro Las Maravillas del Mundo, pero ya está bien comentado.
      De arquitectura que va a opinar un inexperto como yo. Si creo que lo básico sea la habitabilidad y fincionalidad, pero pieso que con demasiada frecuencia se olvida que es una delas BELLAS ARTES, y que puede combinar algo de belleza o al menos estética a la vista, sin mayor coste, porque hay por ahí cada edificio... Bueno yo tengo, un bloque de viviendas aquí juntito, recién construido, que se llama Arco Iris, yo le digo Villa Colorines. Todas las ventanas exteriores son estrechas y las fachadas llenas de una especie de "cajoncitos" pintados con toda la gama de colores, que parece que son para albergar los antiestéticos aparatos de aire acondicionado. La idea no no parece mala, pero podían darle un aire menos ofensivo a la vista, pues parece la Sede de Tintes Iberia.
      Pues yo no viviría en un edificio vertical con ese enorme depósito de agua encima, mejor debajo de un puente en desuso bien acondicionado, no como donde vivía Protasio, el amigo de Carpanta.
      De rectas escalas de barco si sé, nada menos que estuve dos años subiendolas corriendo incluso de noche en alta mar, pero tenía 20 solo 20 añitos.
      Perdón por mi extensión, que va a resultar mas larga que el cuerpo del artículo.

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