martes, 24 de noviembre de 2015

¿A qué huelen las nubes?

Me gusta el olor a jabón de marsella que queda en la escalera cuando las limpiadoras se han marchado. Siempre me han gustado los olores fuertes. Nunca me han molestado. No me importaba el olor a amoniaco que utilizaba la limpiadora en el primer estudio de arquitectura en el que trabajé y que casi hacía vomitar a mis compañeros. Hasta me gustaba el olor del Zotal con el que solían desinfectar las vaquerizas en el cortijo que había sido de mi familia y que en vida de mi abuela solíamos visitar con regularidad. 

Pocos olores no me gustan. Dicen que son imaginaciones mías, pero creo que soy capaz de percibir el aroma de un hombre maduro en celo (los adolescentes y los jóvenes siempre están en celo y el olor se diluye). Debería gustarme, pero me produce repulsión. Tampoco me gusta el olor de los puros, aunque persigo a las personas que fuman en pipa por las calles (cada vez se ven menos), y escapo de los grupos que fuman maría porque ese hedor se convierte en un sabor persistente que se me queda hincado en el gaznate y es capaz de convertir en insípida cualquier comida. 

Barcelona lleva una semana apestando a estiércol. Huele tan mal y es tan generalizado que hasta ha salido la noticia en el periódico. Ahora ya no sale, pero mi suegra sigue quejándose. Cada mañana, cuando la llamamos para que nos dé los buenos días y nos informe de los pormenores del día anterior, le preguntamos por la peste, como si fuera una dolencia física y propia, como si se tratara de una enfermedad, y ella pormenoriza el mal. Cunado cuelga, Guille se ríe. Está convencido que su madre está almacenando entre las paredes de su piso, aire pestilente, al tener las ventanas y las puertas cerradas a cal y canto. Está convencido que en el resto de la ciudad el olor del aire ha vuelto a la normalidad, y que hiede a contaminación sin que nadie lo perciba porque ya estamos inmunizados. 

¿A qué huelen las nubes? Son inodoras, o huelen a ozono si están cargadas de electricidad. 


2 comentarios:

  1. Pues no se a que huelen las nubes y eso que permanezco en ellas la mayor parte de mi existencia

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    1. Supongo que las nubes olerán igual que la niebla.

      Alguien me dijo que a veces huelen a ozono (un monitor de ultraligeros). Pero la verdad es que no sé cómo huele el ozono, por fortuna, porque quienes lo han olido son quienes han sufrido el impacto de un rayo.

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