sábado, 10 de mayo de 2014

Olores

¡Por fin he conocido a Mambrú!

Ha sido una mañana movida. En el supermercado habían tirado bombas fétidas y el hedor era insoportable, pero no apestaba a pedo o vómito, como suele ser el caso de esas supuestas bromas, si no a gas. Inevitable hacerse montones de preguntas: ¿mentían los empleados del supermercado y escondían un auténtico escape de gas sin percatarse del peligro? (a veces la necesidad de no perder el trabajo, de cumplir con los mínimos exigidos por la empresa, obliga a cometer insensateces); de ser realmente bombas fétidas, ¿eran chavales con ganas de broma como aseguraban los empleados, o la competencia queriendo robar clientes?

Cuando nos fuimos al supermercado el gato de los vecinos emitía un llanto lastimero; cuando volvimos, seguía.

A Guille le hace gracia ver las noticias surcoreanas. Se hacen eco de los resultados de la liga de fútbol española. Desde el accidente del ferry las ponemos de vez en cuando para saber cuántos desaparecidos quedan: el marcador lleva demasiadas horas parado en 29 (produce mucha tristeza imaginar que los padres de algunos alumnos jamás podrán enterrar a sus hijos). Las flores de las coronas para los niños asiáticos son blancas y amarillas; del mismo color que las coronas de los niños que han fallecido cuando regresaban de un partido de fútbol sala. Por unos momentos Guille se cuestiona si es lícito querer tener hijos si cabe la posibilidad de sobrevivirles. 

El gatito seguía llorando, lastimero, después de ordenar todo lo comprado y de empezar a preparar el almuerzo. Bajé al piso de mi vecina del segundo. Sé que ella tiene llaves de casi todos, y, efectivamente, no estaba equivocada. Me pidió que entrara con ella para poder acariciar al animal (ella es alérgica) y tranquilizarlo. Por estar completamente clausurado el piso, puertas y ventanas cerradas herméticamente, nada más abrir, el hedor a orina de gato fue una bofetada de la que tardé en recuperarme. Recordé el bote casi intacto de Vicks VapoRub que Guille compró para soportar el hedor de la última huelga de la basura, y estuve tentada en ir a buscarlo. El bicho es pequeño, tamaño rata estándar, mucho más bonito de lo que esperaba (lo imaginaba como un gato egipcio sin pelo). 

Foto: Google - gato egipcio. 

Apenas es una cría que aún se alimenta de leche, de pelo atigrado y muy mimoso. Hasta estuve tentada a hablarle con la voz aflautada y melosa que pone mi vecina cuando se esfuerza por se comprendida por el animal. Sólo el temor a ser considerada una entrometida, me ha impedido pedirle a mi vecina que me deje quedarme con el bicho hasta que vuelvan sus dueños. 


4 comentarios:

  1. Lamento mi comentario, pero ese gatito es poco fotogénico o, para mi gusto, es muy poco agraciado. no me gusta... no me gusta. En todo caso se salvan sus ojos azulados. Su piel sin pelo y apergaminada, me recuerda una momificación de tiempos de Tutankamon.

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    1. Si que es feo; pero tan feo que resulta agradable a la vista. Parece un gremlin. Guille dice que la piel del bicho le recuerda a un testículo gigante humano(pobre animal). Por fortuna, este sólo es un ejemplo de un gato egipcio sin pelo (como yo me imaginaba al gatito de mi vecina). El desdichado Mambrú (hoy sigue maullando desconsolado) es mucho menos feo: pequeñito, atigrado, tan cabezón como éste y con unos enormes ojos marrones. No le saqué fotos porque no tenía el permiso de mi vecina y me pareció que era invadir su intimidad.

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  2. Al menos dime que el pequeño Mambrú tiene con qué alimentarse. Una cosa es que los gatos sean muy independientes, pero para el tamaño que tiene, que necesita de amamantar, aún es muy dependiente. Ahora, el gato egipcio... como peluche se ve muy cuchi, pero de allí, a que lo abracen lo mimen, no sé. abrazar un testículo gigante no está entre mis intereses.

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    1. Si, pobre desdichado gatito, tenía leche y agua, y a mi vecina del segundo, que había quedado en subir al menos un par de veces al día para comprobar que el animal estaba bien; pero lo que más parecía necesitar Mambrú eran mimos. Por fortuna su dueña ya está de vuelta. Lo debe de estar apretujando, porque en este momento ya no lloriquea, y a ella, con su voz cantarina, la escucho preguntar: ¿a quién quiere más mamá?

      ¿Se inspiraría Joe Dante en los gatos egipcios para crear sus gremlins? Pueden ser una buena solución para quienes tienen alergia al pelo de gato.

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