jueves, 17 de mayo de 2012

El ladrón zote

El proyecto de una vivienda se divide, por lo general, en tres fases para su pago. La primera, en la que se hace el proyecto básico, se paga un 30% del total, la de ejecución, en la que se paga hasta el 70 % del total (un 40%) y cuando el edificio está construido, se realiza el final de obras en el que se paga el 30% restante. Aunque últimamente, según me informan mis compañeros, han optado por solicitar el pago del 100% del proyecto cuando retiran la documentación del colegio. 

Un suceso ocurrido por estas fechas el año pasado en el Colegio de Arquitectos de Jaén. Mi compañero: un arquitecto de la escuela antigua, de unos cincuenta y bastantes años; la elegancia personificada: con gemelos y horquilla para la corbata, tan repeinado con gomina que suele parecer que una vaca le ha dado un enorme lametón por toda la cabeza. 

El cliente: un señor de Alcaudete (un pueblo de Jaén). Un chaval en realidad. Él y la novia se habían hecho una vivienda unifamiliar para poder casarse. Desde el principio se había quejado por lo caro que era el proyecto. Al entregársele el final de obra debía abonar el 30% del total del proyecto más una penalización por haberse excedido en la edificabilidad. Aún así, la cantidad ascendía a 1000 euros únicamente (pagadas las tasas del colegio y los seguros, apenas queda nada por el trabajo realizado -las cosas son así ahora-). 

Los hechos. El cliente se había obcecado. Aseguraba que estaba pagando 1.000 euros "por un papel". Cuando comprendió que si hacía enfadar al arquitecto no conseguiría tan fácilmente el documento que necesitaba, se moderó. Quedaron en el Colegio de Arquitectos. En cuanto tuvo el arquitecto el final de obra en sus manos, el cliente le dio un puñetazo, rompiéndole las gafas y la nariz y dejándolo más aturdido por lo inesperado que dolorido.  Por supuesto el ladrón fue atrapado y denunciado (¿dónde pretendía ir? ¡ pobre infeliz!). En el ayuntamiento, a pesar de la denuncia, habían aceptado el documento de final de obras, y le habían dado el permiso de primera ocupación (amiguismo).

Ayer llegaron a un acuerdo. El cliente debía pagar lo que había quedado pendiente, nada más. Creo que no peco de compañerismo si considero que el acuerdo ha sido bastante injusto. Pero es lo que tiene esta crisis: es excusa para que los chorizos, los de guante blanco y los burdos y salvajes como éste, salgan impunes o bastante bien parados de sus acciones.

2 comentarios:

  1. ¿Y nadie va a juicio? ¿No hay ninguna acción penal?
    Yo creo, BK, que esta crisis no es la excusa, es más bien el resultado de lo que cuentas. Si no hay castigo para el agresor, ¿por qué habría de modificar su comportamiento? Está claro que para él eso es lo normal, resolver sus problemas a puñetazos. Y le han dado la razón.

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    1. Sí, fue bastante injusto. Pero es lo que quiso mi compañero. Creo que simplemente está muy quemado con este asunto. Supongo que se sentirá muy solo, sin apoyo alguno. El Colegio de Arquitectos debería haber hecho algo. Me parece que está sobre todo decepcionado con el Ayuntamiento. Aceptaron un documento que sabían era ilegal y robado. Pero nada se puede (y creo que tampoco se debe) hacer si la persona directamente implicada simplemente quiere olvidar.

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