jueves, 23 de junio de 2016

Estirando la goma

Llegando el mes de junio, la mayoría de personas intentan buscar tiempo para planear sus vacaciones; nosotros, invariablemente, reservamos dos o tres días para dedicárselos en exclusiva a Hacienda, porque desde que empezó la crisis, siempre nos investigan. Pensaba que este año nos íbamos a librar, pero debemos estar en las listas negras del fisco, aunque ningún año hemos tenido problemas. Un año nuestra declaración y la revisada por Hacienda tuvo una diferencia de 7 €... a nuestro favor. Este año la revisión ha sido mucho más laxa. No nos han metido durante horas en una oficina ante un inspector que parece conocer todos los artículos, incluidos puntos y comas, de las leyes fiscales. Estuvimos abajo, ante una inspectora que debe ser del personal de refuerzo de esta época porque tuvo que hacer una docena de preguntas a su superiora. 

En ese lugar no hay ninguna privacidad. Las mesas están separadas por paneles, pero sin puertas ni cerramientos que permitan el aislamiento. Junto a nosotros atendían a una señora mayor que se iba enfadando poco a poco, se notaba en el volumen de su voz y en el color encarnado de sus mejillas. La mujer es pensionista, el año pasado cobró veintidós mil ciento y pocos euros. Hacienda le exige el pago de ciento y pico euros. La mujer alegaba que tenía a su cargo a sus dos hijos en paro y a sus mujeres. De la pensión viven cinco personas. La mujer no comprendía que esas cargas no tuvieran ningún tipo de desgravación. Nos estáis asfixiando. Nos estáis ahogando. Y todo para que el político de turno se llene los bolsillos y la tripa a nuestra costa. Dijo al irse, sin dirigirse a nadie en concreto. Mi asesora fiscal (el mundo está lleno de buena gente), aprovechando una de las interminables pausas de consultas a terceros de la funcionaria, fue tras la mujer. Le hizo algunas preguntas. Desde lejos vi cómo le pasaba la mano por el antebrazo para confortarla, como quien da el pésame, y negaba con la cabeza. Tampoco ella podía ayudarla. 

Lástima que esa mujer no gritara las mismas frases en cualquiera de los mítines de hoy y mañana. 

2 comentarios:

  1. Comparto plenamente la postura de esa señora. Todos los años tengo mi guerra particular, el "derecho al pataleo", con el funcionario o funcionaria que me toque en turno. Yo argumento que las pensiones no debieran estar sujetas a IRPF, sean del nivel que sean, pues están al nivel de lo cotizado en la vida laboral (otra cosa es el patrimonio). Pues no, hay que RETRIBUTAR hasta que a la parca correspondiente, se le ocurra cortar el hilo de la vida.
    Por supuesto, me comporto con buenas maneras, pues quienes me atienden no son culpables. A veces parecen no enterarse, otras me dan la razón, pero "voy a la cárcel", incluso a veces también me han despedido con la palmadita de consuelo en la espalda.

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    1. Y por fortuna aún se pueden cobrar las pensiones. Pero, por lo que se comenta de lo que están haciendo la hucha de las pensiones, me temo una España aún más negra, con pensionistas sumidos en la ruina o trabajadores asfixiados por los impuestos. O peor aún, con pensionistas trabajando hasta su último suspiro.

      Por supuesto, los funcionarios de Hacienda no tienen culpa de nada, pero a veces son los únicos con los que nos podemos desahogar. Creo que la mayoría ya están curados de espantos.

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