domingo, 14 de junio de 2015

Las dos caras de la verdad

Nos manipulan. 

¿Qué ocurre si compras una camiseta por dos euros? Seguramente que estás facilitando el trabajo basura y una mujer joven del tercer mundo tenga jornadas de 16 horas, cobrando por cada hora 13 céntimos.  Es un resumen de lo que explicaba hace algunos días varios periódicos. 



Pero, ¿qué ocurre si no compras esa camiseta? En un mundo perfecto, el gerente de la empresa tendría que dignificar el trabajo de sus empleados. La realidad es muy distinta. Desde este verano en el que me topé con un trabajo de esclavos en la provincia de Granada, donde un grupo de mujeres aceptaban echar todas las horas que se les exigieran en condiciones insalubres (sobre charcos de agua y en un ambiente lleno de polvo), sin ningún descanso durante los dos meses que estaban contratadas, y sin un horario fijo (podía trabajar cuatro o 14 horas al día), sé que para muchas personas esa es la única salida. 

Si todos nos negáramos a comprar la camiseta de 2 euros, seguramente el empresario se buscaría un taller clandestino en los arrabales de cualquier ciudad del país, con unas condiciones semejantes a las de los trabajadores del tercer mundo. La marca made in Spain serviría para encarecer el producto. Más ganancias para el empresario y ninguna para los trabajadores originales que se verán obligados a encontrar otros medios para subsistir aún más deplorables (prostitución o buscar comida en los basureros). 



Hasta que políticos y sindicatos no nos creen un mundo laboral sin injusticias, mi conciencia soportará comprar camisetas a dos euros. 

(Me pregunto si no fueron las marcas textiles de alta calidad las que orquestaron la campaña de concienciación para impedir la compra de camisetas a dos euros). 

3 comentarios:

  1. Sí, es muy difícil buscar soluciones parciales cuando el cambio sólo puede ser estructural. Pero a su vez esto puede funcionar como excusa: "¿Para qué voy a intentar resolver esta situación si no puedo arreglarlo todo? Así que no hago nada".

    En el libro de Manuela Carmena "¿Por qué las cosas pueden ser diferentes?" cuenta que, cuando quiso renunciar al coche oficial en el Consejo del Poder Judicial, sus colegas la chantajearon emocionalmente: "Entonces dejarás en el paro al conductor".

    Es todo tan complejo... A propósito de Carmena, tendrá difícil poner orden entre las personas que se han colado como concejales en su candidatura. Los chistecitos (?) de ese concejal (no sé ni quiero acordarme de su nombre) pueden ser chascarrillos, pero no olvidemos que, como dice el refrán, "entre broma y broma, la verdad se asoma". Esperemos que hoy dimita o sea cesado fulminantemente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En el caso del conductor yo no dudaría ni me dejaría hacer chantaje. Un conductor oficial tiene subsidio de desempleo, algo a lo que agarrarse mientras busca una solución. En el caso de las señoras que trabajaban en la fábrica de espárragos no porque era su primer empleo después de mucho tiempo.

      Por fortuna Zapata ha dimitido (o ha sido cesado de forma encubierta, cualquiera sabe). Lo que resulta triste es que no se mida a todos los políticos con el mismo rasero. Algunos de los que están ahora en el poder, han soltado auténticas burradas sobre la policía, la memoria histórica, los presos de ETA... y las críticas han sido muy moderadas.

      Eliminar
  2. Cuando un sistema no funciona, pues hay que cambiarlo. Durante el proceso es inminente que algunos, si no todos, salgan desfavorecidos. En ese aspecto, lamentablemente los mejores gobiernos son por lo general los más odiados. pues dado que han dejado su reputación a un lado, no les importó llevar al matadero a miles por el bienestar del resto.

    Aquí en Venezuela tenemos una condición totalmente contraria: son, supuestamente, tanto los beneficios de los trabajadores, amparados por el Estado, que las empresas prefieren cerrar y largarse del país, que los pequeños empresarios, dejen su empresa y se dediquen al comercio informal, y que los trabajadores, cuyo sueldo más beneficios no les alcanza para llevar la comida a la mesa, se rebusquen de cualquier otra manera, aunque sea perjudicando a los demás.

    ResponderEliminar