lunes, 22 de junio de 2015

La siesta

Qué pereza. Guille apenas termina de comer, se tumba sobre las sábanas de la cama. La costumbre impone la división de los trabajos de la casa. A él le toca hacer de comer, yo me ocupo de quitar la mesa y fregar los platos. Es un buen durmiente: dos horas de siesta más las ocho horas de todas las noches. Necesita recuperar horas de sueño porque el último mes en Barcelona, antes de volver, fue caótico, con jornadas de 10 o 12 horas seguidas de trabajo. 

Qué calor. Tal vez debería ceder, permitir que el sentido común ganara a mi cabezonería y poner el aire acondicionado, inventarnos un microclima entre nuestras paredes de cristal. Pero me gusta que en verano haga calor, y sentirlo, incluso me gustan estas horas que invitan a dejar para más tarde cualquier labor que requiera un mínimo de esfuerzo físico o mental. Horas buenas para leer un rato o ver algún capítulo de un dorama

Qué raros serían los surcoreanos si los doramas fueran fiel reflejo de su auténtica personalidad. Ninguno sabría besar. Los besos en esas series son como los de niños de cuatro años que intenta imitar a los adultos y pegan los labios apretujados, como si temieran contagiarse de las miasmas del aliento del otro. No fornican, ni hacen el amor ni tiene relaciones sexuales. El mundo en esas series está lleno de Cenicientas (tal vez por eso tengan tanto éxito). El alcohol es una válvula de escape ante cualquier problema... menos mal que también están las películas surcoreanas que los vuelven más normales y parecidos a nosotros, casi cercanos. 

El calor parece dilatar la distancia que existe entre las neuronas y dificulta el pensamiento. Qué pereza.

1 comentario:

  1. La pereza...uno de los siete pecados capitales. Yo personalmente prefiero la gula, aunque no con la comida, sino con la pc. El otro, sería la lujuria, pero se me hace difícil practicarlo, sobre todo ahora que mi dulzura y yo no seremos padres por un tiempo, mientras tanto un poco de pereza para recuperar energias....

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