lunes, 9 de marzo de 2015

¡Manda huevos!!!

¡Aaaaaaaaaaaah! Dan ganas de gritar hasta desgañitarse. En Ideal digital, para conmemorar el día de la mujer trabajadora (día 8 de marzo, ayer) han publicado un mapa con los países donde sus leyes vulneran los derechos de la mujer

En mi casa imperaba la norma: Quien quiera peces, que se moje el culo. Es decir, quien quería algo, debía esforzarse o molestarse en conseguirlo. Creí que en todas las casas ocurría lo mismo. Aún recuerdo mi estupor cuando una compañera de colegio me invitó a pasar el fin de semana con su familia con la excusa de tener que terminar un trabajo de clase (cartulina, purpurina, fotos pegadas... esas cosas). Nosotras nos esmerábamos en el trabajo, sus hermanos veían la televisión, hasta que uno gritó: Nanaaaaaaa, tráeme agua. Y mi compañera dejó lo que estaba haciendo, fue a la cocina, llenó un vaso de agua y se lo llevó a su hermano que lo bebió sin apartar los ojos de la pantalla. Aún alucino, porque al hermano no le ocurría nada físicamente. 

Quizás, de no haber muerto mi padre y no caer mi madre en una depresión que la inutilizó para educarme, tal vez yo hubiera recibido las mismas instrucciones: ser la criada de mis hermanos. 

A lo largo de mi vida no he tenido dificultades por ser mujer. Un compañero quiso imponerse en uno de los primeros trabajos que tuve; pero terminó malparado. En ausencia del jefe, por ser el único miembro masculino, quería ocuparse de la dirección del estudio de arquitectura donde trabajábamos: terminó ocupándose de sus propios asuntos en su casa. Y durante una fiesta a la que me invitaron para recaudar fondos para el edificio que acabábamos de proyectar en el Campus de la Salud, la gente hacía más caso a mi compañero que también estampó su firma en el proyecto, pero que prácticamente no había hecho nada, o a Guille, que me acompañaba al acto. Lo atañí al machismo, pero también es posible que se debiera a la edad. 

Miro el mapa que acompaña a la noticia. Me asombra ver un punto sobre EE.UU. En Arkansas se permite que el hombre golpee a su mujer una vez al mes. ¿Y viceversa no? ¿Cómo de fuerte? ¿Puede roperle la cabeza? ¿un brazo? ¿Son acumulativos los golpes? Si no te ha pegado durante medio año, ¿tu marido te puede zurrar durante seis días seguidos?... cuelgo con imperdibles la noticia en mi credulidad. 

En Arabia Saudí las mujeres no pueden conducir. Este dato lo conocía. Incluso salió uno de esos extraños clérigos de ciencia onanista -propia e individual- que aseguraba que la postura en la conducción hacía perder la virginidad a las mujeres (¡ja!). En ese caso, ¿por qué también está prohibido conducir a las mujeres casadas?

En Indonesia las mujeres que quieren ir a la Universidad deben demostrar que son vírgenes. ¡Cuánta barbarie! ¡Cuánta impotencia! ¡Cuánta injusticia!

Pero lo peor es saber que el mapa adolece de falta de datos. ¿En todos los países se acepta algo tan básico como el sufragio universal? ¿En cuántos países no se castiga más a la víctima que al violador? ¿En qué países se permite el matrimonio de niñas?... 

En serio, ¿no dan ganas de gritar hasta perder la voz? 


6 comentarios:

  1. Así debe ser, que quien quiera peces que se moje el culo.
    Yo también tengo un dicho que parece que viene al caso. Perdón porque es algo grosero, pero elocuente: Que cada perro se lama su cipote.
    Escuché en una ocasión a una empresaria decir que para ella el feminismo era tan simple que a igualdad de rendimiento, igualdad de salario.
    Desde luego, resultan indignantes los abusos que aun en el siglo XXI se cometen contra la mujer.

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    1. Por fortuna cada vez hay menos machismo, aunque todavía se escucha cada barbaridad que paraliza el sentido común. Lo malo es que estamos rodeados de países, principalmente musulmanes, que trata a la mujer como un desperdicio de la raza humana. Existen tantos misóginos que sólo por ser imprescindibles para la procreación, no hemos sido extinguidas.

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  2. Creo que en alguna ocasión lo mencioné, pero con la falta de memoria que tengo... en fin, siempre he dicho que nosotros los hombres somos los inferiores. En la naturaleza la hembra es la que manda, podemos verlos en las estructuras coloniales, de manada o incluso individuales. Un mundo sin hombres puede sobrevivir, pero uno sin mujeres, pues la clonación precisa de un vientre. Muchas cosas que para las mujeres le es tan natural, para nosotros se convierte en tareas titánicas.

    Muy a menudo, cuando veo injusticias en contra de las féminas, me imagino que aparece de la nada que las convoque, las convenza de lo que son capaces, tomen palos, tomen piedras, y sometan a los hombres que se creen superiores. De hecho, creo que la liberación de la mujer fue algo así parecido, así que falta ponerlo en práctica en esos países.

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    1. En teoría, un grupo de mujeres de una fábrica textil de New York que estaban en huelga, murieron quemadas en 1.857. Esas mujeres no esperaban que los resultados de su levantamiento fuera tan catastrófico. En los países donde a una mujer ni siquiera se le permite conducir, de antemano saben que si se rebelan, tendrán castigos ejemplares, lo que puede significar la muerte.

      Esperemos que el tiempo haga que exista una igualdad real en cualquier rincón del mundo.

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    2. En teoría, un grupo de mujeres de una fábrica textil de New York que estaban en huelga, murieron quemadas en 1.857. Esas mujeres no esperaban que los resultados de su levantamiento fuera tan catastrófico. En los países donde a una mujer ni siquiera se le permite conducir, de antemano saben que si se rebelan, tendrán castigos ejemplares, lo que puede significar la muerte.

      Esperemos que el tiempo haga que exista una igualdad real en cualquier rincón del mundo.

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  3. Si en esta ocasión repito comentario, es que ha poco, esta misma noche, manejaba un sillón con ayuda de mi sobrino, para depositarlo en la calle junto a los contenedores ( previa autorización municipal). En ese momento, una amable mujer, viendo nuestra torpeza manipuladora para (de forma notoria la mía), nos sostuvo la puerta exterior y cuando conseguimos nuestro objetivo, nos comentó riendo: Las mujeres somos mas inteligentes, o mas listas, o algo parecido. En vista de una escena propia de las películas del "Gordo y el flaco", no tuve mas remedio que responderle (riendo también): Eso lo se yo antes que usted naciera.

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