sábado, 10 de enero de 2015

Un saco de genes

Disfruto leyendo ciencia, aunque, por mi escasa base, los libros que llegan a mis manos me suelen suscitar más preguntas y dudas que respuestas dar. Hace poco leí El gen Egoísta, de Richard Dawkins. Trata, con un lenguaje muy asequible, de la evolución, de cómo en el agua se producen moléculas complejas hasta llegar una que tiene la capacidad de copiarse  a sí misma (el gen replicador). Los pequeños fallos que se producen en la réplica de estos genes, dan lugar a la evolución de las especies. Es como si el único propósito que tuviéramos todas las especies en este mundo, fuera facilitar la réplica de nuestros genes, y para ello es necesario expandirse y abrir nuevos horizontes. Primero se escapó del agua y luego se llegó a los cielos. Tal vez la inteligencia humana, la imaginación y la necesidad de superarnos a nosotros mismos, tenga como único propósito el salir de los límites claustrofóbicos de la Tierra. Sin ninguna de esas cualidades, seríamos incapaces de hacer cohetes capaces de escapar de la gravedad terrestre. Cada individuo tiene la necesidad de intentar reproducir sus genes, y cada especie de facilitar reproducir los suyos. Si esto no fuera así, resultaría más comprensible que los humanos intentáramos hacer cohetes para insectos, los cuales tienen una capacidad de reproducción mayor que la humana, cuerpos mucho más resistentes que los nuestros y la capacidad de sobrevivir en ambientes mucho más agresivos. Y son más inteligentes de lo que reconocemos. ¿Podríamos imaginar a un perro tejiendo? ¿O un gato amaestrando a un montón de pulgones para aprovechar el néctar que segrega? ¿O a una vaca plantando hongos? Las arañas hacen telarañas y algunas hormigas viven en completa simbiosis con los pulgones: seguridad (la que proporcionan las hormigas a los pulgones) a cambio de néctar. También son unas clases de hormigas las que plantas hongos. Supongo que desperdiciar montones de genes producidos gracias a millones de años, nos impide esa aventura. Aunque, ¿es lícito intentar arrojar al espacio especies que pueden ser una amenaza para la posible vida fuera de nuestras fronteras?

2 comentarios:

  1. Son tan asombrosos estos planteamientos, que me limito a decir lo que me enseñaron en unas clases de Biología (ciencia que me encantó).
    Primera premisa: La Biología es la ciencia que estudia COMO es la vida y sigue una larga explicación.
    Segunda premisa: La Biología no sabe QUE ES LA VIDA, NI PORQUÉ, NI PARA QUÉ.

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    1. A mí también me gusta mucho la biología, pero cuando la estudié en el instituto, tuve mala suerte porque el profesor era muy malo. En cuanto las gamberras de la clase (yo no me encontraba entre ellas) descubrieron que tartamudeaba cuando se ponía nervioso, no cesaron de tomarle el pelo. Y cuando tartamudeaba, se ruborizaba. De nada sirvió que se dejara barba.

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