domingo, 11 de enero de 2015

De entre toda una nación

Sigo rumiando el libro de El Gen Egoísta. Hay una pregunta que me hago: ¿De entre cuántas posibilidades hemos nacido cada uno de nosotros? ¿cuántos seres diferentes puede engendrar una mujer cuando es fecundada? Dice Stephen Hawking que Dios no juega a los dados (paradójica esa afirmación porque también dice que Dios es completamente inútil para explicar las leyes de la evolución y el principio del universo -al parecer hubo una explosión de la nada y se produjo la materia y la antimateria-). Pero da la sensación que Dios sí juega a los dados cada vez que nace una persona.  

La pregunta: de media, de entre cuántas posibilidades hemos nacido cada uno de nosotros (los datos sobre el esperma lo he pillado de MedlinePlus). 




La eyaculación normal de un hombre es de entre 1.5 a 5.0 mililitros. (Cogemos la media: (5.0 + 1.5) / 2 = 3.25 mililitros).
En cada mililitro suele haber de entre 20 a 150 millones (Volvemos a coger la media: (20+150) / 2 =  85 millones). 
Pero no todos los espermatozoides son factibles. Sólo un 60% no son defectuosos. Es decir, los 85 millones se quedan en 51 millones de espermatozoides. 
En cada eyaculación hay 3.25 mililitros x 51 millones = 165.75 millones de posibilidades

De entre todos los individuos de una población mayor a la de Japón (127 millones) o la de Rusia (142 millones) hemos nacido nosotros, porque de haber sido cualquier otro espermatozoide el que fecundara el óvulo, habría sido, tal vez, parecido a nosotros, pero con su propia conciencia. ¿No abruma la cantidad de millones de posibles seres que nunca nacerán?

4 comentarios:

  1. Es una rayadura de coco. Hay una frase, de ésas que me gusta coleccionar, que dice "Justo a mí me tocó ser yo". Es frecuente oír a alguien que ha tenido buena o mala suerte al nacer en este cuerpo, o al ser de esta raza (y no de otra), o al haber nacido de este género (y no del otro), etc. Pero es como decir "Tuve buena (o mala) suerte en la lotería cromosómica: me tocó una buena (o mala) bola". Esto parte de un error esencial, pues en ese sorteo no nos tocó una bola, sino que nosotros mismos éramos la bola. Esa bola. Hay gran diferencia.

    ¿Justo a mí me tocó ser yo?. No, pues realmente no había otra posibilidad. A mí sólo podía tocarme ser yo.

    (Sandra Suárez)

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    1. Muy buena frase. Recuerda a las frases de Mafalda (la de Quino). Me gusta ese personaje.

      No me como el coco (aunque he estado a punto de jugar a la lotería, a ver si también me toca); me gusta imaginar. Hace que me pregunte si llegará el día que no sea nuestro nacimiento consecuencia del azar, sino de la voluntad humana al poder escogerse de entre todos los espermatozoides, el que tenga mejores genes.

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  2. Entre las 165.75 millones de posibilidades, de que tú existas y de que yo exista, y adicional a las necesarias para que te encontrase, es relevante destacar que tal azar, es tan perfecto, que pareciera manipulado por una fuerza mayor. O tal vez sea simplemente azar. En todo caso, y sea lo que sea, que dios bendiga el milagro de la evolución. (Te juro por Dios que soy ateo)

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    1. Amén.

      El azar es aún más asombroso si también pensamos en la coincidencia en el tiempo y en la coincidencia en el planeta, porque seguro que ahí fuera, sobre nuestras cabezas, hay muchos otros habitados. ¿Qué aspecto tendrán los extraterrestres? ¿Serán mucho más inteligentes que nosotros? ¿Cómo habrán evolucionado ellos?

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