miércoles, 7 de enero de 2015

Cosas pequeñas

Me enfurece no poder ducharme a primera hora de la mañana. Me hace feliz entrar en el bar de siempre y ver que el camarero me prepara el desayuno sin mediar palabra, o girar la cabeza y ver a Guille observándome con una sonrisa, o pasear sintiendo la calidez del sol de invierno. Aunque soy bastante arisca, no puedo evitar sonreír cuando una vecina me estampa dos besos después de una breve ausencia, significa que me ha echado de menos. Me llena de regocijo el que Guille me retire con minuciosidad el pelo de la nuca para darme un beso, porque sabe que se me eriza el vello cuando lo hace. Sonrío como una tonta al recordar que a veces, aunque esté completamente dormido, me envuelve con todo su cuerpo cuando entro en la cama. A menudo, sobre todo cuando estoy en Málaga, si tengo que ir a alguna parte doy un rodeo para pasar frente a algunos de los edificios en los que he intervenido para que, a pesar del terreno inestable, se yerga hacia el cielo...

Desconozco de qué está compuesta la felicidad de otros (tal vez de premios, de grandiosos logros personales, de fama...). Mi felicidad está compuesta de multitud de cosas pequeñas, de minúsculos detalles. Uno de esos detalles es el blog de Antonio Muñoz Molina. ¡Ha vuelto! Y yo soy un poquito más feliz. 

2 comentarios:

  1. Es una de las reglas establecidas en la película "zombilandia": "disfruta de las cosas pequeñas". Ten cuidado y que no te demanden por derechos de autor. Yo en lo particular, soy feliz con el simple hecho de no ser infeliz, soy de los que prefiere una vida sin "males" (es decir, llena de mujeres, que chiste más malo), que una vida con excesivos altibajos.

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    1. Tendré que pedir permiso a los dueños del copyright.

      Yo también: disfruto de las cosas pequeñas, pero, principalmente, soy consciente de los días monótonos.

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