miércoles, 1 de octubre de 2014

El recuerdo en imágenes

¿Se llegará a poder convertir nuestros recuerdos en píxeles, pasarlos a una pantalla y tener una imagen detallada y perfecta de lo que vimos hace años o con lo que nos topamos sólo una hora antes? Sería divertido: cualquier humano sería como una cámara de vídeo. Poco quedaría libre de dejar una constancia visual. Los testigos de un hecho delictivo serían fiables, y los retratos robots o hablados (como dicen, con más precisión, en Centroamérica y Sudamérica) se convertirían en retratos pensados. Estoy convencida que más tarde o temprano esta conversión de recuerdos en imágenes, se hará realidad, aunque es posible que yo no esté viva para regocijarme con el invento. Puede que necesitemos hipnosis para que la imagen recordada se adapte a la realidad y no a la modificación que nuestro cerebro ha ido haciendo de ella. 

De un mismo hecho, mi hermano y yo tenemos versiones muy diferentes. Él, mi madre y yo vamos a ver a una amiga de la familia que acaba de tener un bebé. La casa es la típica andaluza: un atrio que da paso a un patio interior lleno de macetas y una galería en la parte superior que comunica con todas las habitaciones. Hace fresco dentro de la casa, aunque es verano. El niño berrea y se escucha desde la calle. El bebé y la parturienta están en un dormitorio que mi memoria convierte en el cuarto de un enfermo con el síndrome de diógenes. El bebé es tan feo como se puede esperar de una criatura congestionada por el llanto. La historia varía en este punto. Mi hermano recuerda que mi madre quitó de encima del bebé una manta con la cabeza de un payaso y que mi madre se rió por la inexperiencia de la parturienta. Yo recuerdo que la manta era de una mujer barbuda y que mi madre le echó una bronca tremenda a la madre por tener tan abrigado al bebé y no prestar atención a su llanto. Mi madre no recuerda nada. Demasiadas pastillas durante el tiempo que tuvo depresión. Aunque imagina, sospecha, que pudo ser el tapete con la figura del Nuestro Señor de la Verónica. Durante un tiempo estuvo de moda cubrir a los bebés con esa prenda para apartar el mal de ojo (supersticiones de finales del siglo XX). 


2 comentarios:

  1. Hoy vida "juegos mentales" y me hizo saber lo poco detallista que soy, es decir, aun más de lo que yo sé. Ahora que mencionas máquinas "retratadoras", por así decirlo, sería genial un chip que ayude al cerebro a procesar más información visual, que no perdamos detalle de nada. Así, tal vez habrían menos accidentes, menos olvido, e incluso menos discusiones.

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    1. Ya existe un programa de ordenador que permite reconocer formas sencillas por medio de electrodos pegados a la cabeza de un sujeto. Si la persona piensa en un círculo, el ordenador lo dibuja (más o menos) por medio de puntos. Lo vi en un documental. Pero supongo que no estará muy avanzado aún.

      Una cosa en la que están trabajando algunas compañía de teléfonos es poder marcar el número con la vista. Es algo que ya utilizan algunos tetrapléjicos.

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