lunes, 6 de octubre de 2014

Unos hilillos

Preocupa imaginar que tenemos a los ineptos de turno para resolver una crisis que se puede convertir en mundial. ¿Será España la culpable de miles, millones de muertes debido al ébola? Imposible olvidar en estos momentos los hilillos de plastilina del Prestige que en realidad fueron toneladas de petróleo, o las bombas de ETA en los trenes de Madrid, cuando los auténticos culpables exigían que fuera reconocida su autoría; o la negativa de la existencia de una crisis cuando ya se producían los primeros suicidios por asfixia económica (los ineptos están en todos los partidos). 

La evolución de la enfermedad está clara. Los médicos aseguran que es imposible que se recupere un enfermo cuando los daños comienzan a ser graves, evidenciados por hemorragias. Los dos enfermos que repatriaron ya estaban agónicos, en las últimas fases de la enfermedad (sobre todo el segundo), lo demostraron los pocos días que sobrevivieron a su traslado, el que debió ser un castigo para ellos. Maltratar dos cuerpos enfermos, poner en peligro la vida de miles de personas a cambio de tranquilizar la conciencia a alguien. ¿Valió la pena?


Debería estar asustada por el virus invisible; pero da más miedo la forma de defenderse del gobierno: con la desinformación o el silencio. ¿Por qué lugares se ha movido la auxiliar de enfermera? ¿Con qué personas ha estado en contacto? Estaba de vacaciones, ¿se trasladó a alguna otra ciudad?

Si no estuviera resfriada por el enfriamiento del día de la tormenta, mi enfado sería más contundente. 

4 comentarios:

  1. a la final si te resfriaste! odio tener siempre la razón. Espero que eso tenga un lado positivo, un Capitán Guille que esté cuidando a la pequeña y virulentada Beka.

    Respecto al ébola, más me asusta que el dinero pedido por la OMS para atender el caso, que no es ni la décima parte del presupuesto armamentístico girngo, no les sea otorgado, como si esas vidas no les importase a nadie, pero hay que seguir bombardeando al medio oriente porque se está muriendo gente, y la solución es matar a la gente antes que otros los mate. En España, al menos pueden contar con un presupuesto y recurso suficiente para atender... algo. Yo ando buscando medicinas para mi tratamiento, y ya he recorrido más de cincuenta farmacias sin éxito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya estoy completamente recuperada.

      Ahora que comienza a extenderse el ébola, a aparecer casos fuera de África, les asusta y están tomándose más en serio el intento de cercenarlo desde donde se ha originado. En algún documental he oído que no existe aún cura ni vacuna porque lo querían para utilizarlo como arma biológica.

      Algo de lo que aún se puede sentir una orgullosa en este país, es de la sanidad, que funciona bastante bien (a pesar de los políticos). Parece que un suero experimental que han traído de Bélgica es el que está curando a la auxiliar de enfermería contagiada.

      Comparo este país con otros que conozco principalmente por las noticias de la prensa y la televisión (como México y el secuestro de 43 estudiantes) y pienso que no he tenido mala suerte al haber nacido aquí; aunque igualmente estaría contenta de haber nacido en Francia, Holanda, Gran Bretaña...

      Eliminar
  2. Por razón alguna, entiendo que se repatrien personas con riesgo de propagar una epidemia letal. Enfermedad que no han portado - esa sería otra cuestión-,, sino contraído de donde proceden.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo complicado de entender, sobre todo, es que lo hicieran cuando ya no les quedaba esperanza de sobrevivir, sometiéndolos a un viaje que debió de ser como un castigo. Teniendo los familiares de los enfermos las mismas posibilidades de visitarlos estando aquí que en África. Los científicos que entienden del tema aconsejaban que fueran llevados los medios para intentar salvar a los misioneros donde estaban ellos (no al revés). No se habrían debilitado por el viaje, habrían sido tratados algunos días antes y todo el material que hubieran llevado, habría servido para salvar alguna vida más.

      Eliminar