jueves, 28 de agosto de 2014

Sueños lácteos

Después de cuatro horas seguidas hurgando entre las páginas del CTE (Código Técnico de la Edificación) necesitaba un descanso porque las neuronas, entre el calor y el aburrimiento, comenzaban a demostrar un raciocinio inherente a una persona más inteligente que yo y obligaban a que mis párpados tendieran a cerrarse y a permanecer así. Decidí tomarme un descanso de cinco minutos y ocupar el tiempo viajando virtualmente gracias al Google Earth. 

Desde que vi los primeros episodios de la serie Heaven, quería saber dónde estaba ubicado con exactitud el pueblo de la serie y cómo era todo aquello que no aparecía en pantalla. En teoría está en el estado de Maine. 

Al final fueron más de 20 minutos enganchada al paseo ficticio entre una arquitectura muy diferente a la nuestra. Me encantan las viviendas de esos pueblos que se extienden por kilómetros y kilómetros pegados a la carreteras, cuyas casas parecen diseñadas y coloreadas por un niño; llenas de ventanas enormes, recovecos y tejados de pendientes tan pronunciadas que delatan inviernos blancos y gélidos. 

En España, en cualquier pueblo, sería imposible construir de esa formal. Obligan a una edificación masificada, con viviendas apelotonadas, unidas por las medianerías laterales y las tapias de los patios traseros, todas alineadas, pegadas a la parte interior de las aceras. Encorajinan tantas restricciones. Al final se está consiguiendo que todos los pueblos sean un calco unos de otros. 

Siempre pensé que jamás desearía pisar EEUU. Tengo miedo justificado: ayer mismo venía en el periódico que una niña de 9 años había matado por accidente a su instructor de tiro. También a mí me pusieron un arma en las manos cuando apenas levantaba cinco palmos del suelo (¡Inconscientes!), pero no era una semiautomática. Sin embargo, el miedo desaparece cuando se impone la curiosidad. A Guille también le gustó el plan, aunque no tiene ni idea por dónde queda Maine (no suele leer a Stephen King). Me gustaría alquilar un coche y recorrer toda la costa. Hay una carretera que la bordea. En invierno debe de ser complicado, porque parece que es un lugar donde nieva mucho. Por la cantidad de árboles que hay, de bosques gigantescos, seguramente el otoño sería la mejor época. 


Maine: fotografía robada del Google Earth. Edificio abandonado al margen de un bosque. Con escenarios como éste, ¿no es comprensible que la imaginación de Stephen King sea tan prolifera? 

Después de 20 minutos sin descubrir dónde estaba el pueblo en el que han grabado Heaven, recurrí de nuevo a Internet y me enteré que en realidad está en Canadá. Ingenua soy: como si no supiera de sobra que todo en la TV es mentira. 


Lunenburg (Canadá) - Pueblo donde se ha rodado la serie Heaven


8 comentarios:

  1. Yo descubrí Maine de la mano de John Irving. Es el escenario de muchas de sus novelas. No sé si conoces la película "En la habitación". A mi me gustó y transcurre en un pueblecito de Maine.

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    1. No, no conozco esa película. De John Irving creo que sólo he visto, basada en sus libros, la película Las normas de la casa de la sidra. No recuerdo si estaba ambientada en Maine. Me gustó bastante.

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  2. Desde luego que si King o Irving hubieran nacido en un pueblo manchego o extremeño no tendrían el mismo cerebro, fruto tal vez de especulaciones en ocasiones enfermizas.
    ¿Apología de la vivienda americana? Ni hablar. Cada cultura ha elegido su forma de vivir y en absoluto creo que una existencia aislada y exenta de creencias pueda producirnos envidia. Con todos los horrores de nuestros pueblos, que son innnumerables, prefiero pertenecer a una civilización menos desarrollada e imperfecta pero también mucho más humana. Ad hoc, un ejemplo muy nuestro que en este momento resulta oportuno citar podría ser el pobre Desi, prototipo del español entrañable muy difícil de localizar en la bruma anglosajona.
    A Maine y otros muchos Maines solo de turista iría yo.

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    1. Noooooooo, no se me ocurriría jamás considerar que los norteamericanos merecen una palmadita en la espalda por su forma de construir. Lo único que envidio es la libertad que tienen, tan falta de normas. Pueden pintar una casa de color morado junto a una de color verde limón. A unos clientes, en un pueblo de Jaén, le impidieron poner tejas de color negro en su vivienda. Sólo se aceptaban cubiertas de tejas árabes y pintar la fachada de color blanco.

      Claro, que tanta libertad es una navaja de doble filo porque, dos ejemplos muy claros, ni en las zonas donde hay huracanes ni en las zonas donde hay terremotos exigen que las viviendas estén protegidas contra esas inclemencias por ley.

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    2. Los gringos no son precisamente gente de mi admiración, sin embargo tienen una forma de pensar muy peculiar, sobre todo a nivel de construcción. En la mayoría de las series o películas, (estoy consciente de las mentiras que podrían existir) las viviendas en los suburbios sean las condiciones climáticas serenas o no, utilizan madera para ello, incluso en las zonas donde los huracanes siempre aparecen y siempre se lo lleva todo, cual comprador en periodo de escasez. No creo que sean tan estúpidos como para cometer la misma burrada tan frecuentemente, posiblemente sea que lo ven como una oportunidad para remodelar, pues total es de madera y no les cuesta casi nada. (no construyen viviendas resistentes, pero sí bunkers para pasar el tiempo de huracanes y tormentas.

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    3. Es curioso ver un pueblo arrasado por un huracán, todas las viviendas desmenuzadas, convertidas en mondadientes, e intactas, las bañeras ancladas al suelo de los baños (sin paredes, por supuesto). El caso es que sí saben construir edificios resistentes a vientos huracanados, y de no saberlo, podrían imitar a quienes lo hacen correctamente, pero como no existen ninguna normativa que lo legisle, siguen construyendo viviendas de paja.

      El fin de semana pasado, el mismo día que en California hubo un terremoto, en Chile y en Perú hubo uno y dos, respectivamente, de igual o mayor potencia al de EEUU. Los de Perú se pueden ignorar porque se produjeron a mucha profundidad, pero el de Chile se produjo a 10 Km, como el de California. Sin embargo, sólo hubo daños en América del Norte, entre otras cosas, porque los edificios eran de muros de carga de ladrillo (algo que en Chile, lo sé por el Cype -el programa de cálculo de estructuras) está prohibido.

      El exceso de libertad desprotege a los ciudadanos.

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  3. Y qué me vas a contar del siniestro CTE, una pesadilla surrealista procedente de imaginaciones tan afiladas como las del maestro King. Sin período de transición alguno nos han colado una farragosa normativa en plena crisis, desconsiderando que con el agua al cuello sobra tanta sofisticación injustificada. En este tipo de aspectos sí envidio a los americanos, rebeldes siempre a estas improvisaciones latinas que solo traen malos resultados y muchos sustos.
    Lo digo mientras me he conectado a youtube para venerar los recuerdos y llevo media hora escuchando a Los Mitos, excelente grupo bilbaíno con un juego de voces verdaderamente interesante. Así que me encuentro obligado a participar estas dos pequeñas joyas vocales que con los cascos permiten conocer la verdadera magnitud de su calidad.
    https://www.youtube.com/watch?v=HkNhBGcaftA
    https://www.youtube.com/watch?v=s1rOC07Q9XQ
    P.D.- Y lo dice un guitarrista de muchas horas que estudió música en el conservatorio. Con el permiso de BK tengo ideado incorporar "maravillas" de la época dorada. Para algunos será una dulzona genuflexión a la melancolía y para los jóvenes un posible descubrimiento.

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    1. El código técnico ha sido una pesadilla que, en el preciso momento que las coyuntura económica exigía bajar el precio de los proyectos, obligaba a estar más horas ante el ordenador. Antes del CTE hacíamos una memoria, incluidas mediciones y todos los cálculos de las instalaciones, en media jornada. Ahora en menos de tres días es imposible, con toda la documentación adicional que nos exigen.

      Creo que nunca escuché a este grupo. Tienen un sonido muy peculiar. Gracias por incluir los enlaces en tu comentario.

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