miércoles, 6 de agosto de 2014

La aburrida verdad

Mi primer novio de la facultad estaba en cuarto o quinto de aparejadores (es una diplomatura de tres años, pero él se lo tomaba con mucha, mucha calma). A principio de año me invitó a una conferencia en su facultad. No recuerdo sobre qué trataba, pero sí algunos detalles del profesor que la daba: tenía un gusto pésimo para las corbatas y le hacía falta las últimas falanges de los cuatros dedos más largos de la mano derecha. Mi novio bromeó, dijo que el propio profesor se había seccionado los dedos para no tener que cortarse las uñas. Yo le seguí el rollo y dije que no, que en la facultad de arquitectos nos lo ponían de ejemplo para que tuviéramos miedo de los edificios en construcción porque el profesor se había quedado encerrado en el ascensor de uno de ellos y durante varios días nadie lo echó en falta. Había tenido que beber su orina y comerse sus propios dedos para subsistir. La historia era tan extravagante que no pensé que nadie fuera capaz de tragársela. Por navidad, durante una fiesta, unos amigos de mi novio me contaron la misma historia como si fuera verídica y aseguraban que la madre de uno de ellos, que trabajaba en urgencias, se había hecho cargo del profesor cuando consiguieron sacarlo. De nada sirvió que contara la verdad. Nadie quiso creerme. 

Esta historia es completamente inocua (creo); al igual que las cientos que aseguran que Elvis vive o que en la Zona 51, el gobierno de los EEUU tiene escondido un extraterrestre. La verdad suele ser aburrida y siempre hay montones de cazadores de fantasías que las convierten en su realidad a fuerza de repetirlas. Pero no siempre son tan inofensivas. Están los que convierten en inocentes a asesinos e ignoran a las víctimas de atentados, como el ocurrido en Madrid y en las Torres Gemelas.


Algunos ignorantes quieren ver en la imagen de arriba (el texto que la acompaña queda fuera de lugar: la torre ya se está derruyendo, y eso ocurrió una hora después de estrellarse los aviones) explosiones programadas por debajo del derrumbe, sin querer pensar que puede ser el aire a presión que sale de una planta que ha colapsado (esto puede ocurrir por muchas razones: planta más cargada que el resto, estructura debilitada, taras en la construcción...). Hay que recordar que la estructura exterior de las Torres era metálica y la interior mixta (hormigón y metal). Primero colapsa el interior y luego el exterior. Si no llega a ser por la esbeltez, podría haber quedado el armazón exterior completamente hueco.

Los inocentones, inventores de conspiraciones, también aseguran que el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, fue una falsa. Se basan, entre otras imágenes, en la siguiente:


Quieren ver un montaje en la fotografía de arriba porque el chaval está manejando el móvil a pesar de los graves daños oculares que sufre (en realidad los ojos del chaval estaban bien, tenía un traumatismo encefálico debido a la metralla -salió algunos días después del atentando, ya en el hospital-). Mamá, no te asustes. El tren en el que iba ha estallado, pero estoy bien. Me llevan al hospital. Te quiero... ¿No haríamos la mayoría de nosotros esa llamada? 

Aunque estas historias de conspiraciones tienen la mala leche de la injusticia, el daño que hacen es moral, pero no físico; tal vez los que peor parados quedan son los propios inventores, que parecen fantasiosos al borde de la locura.

Pero existen otros adictos a las conspiraciones que tienen como víctimas reales a quienes más deberían proteger: padres que creen que las vacunas sólo tienen la utilidad de enriquecer a las farmacéuticas e ignoran los consejos médicos para que vacunen a sus hijos. Estos días mi sobrina se pasa las tardes haciendo compañía a su amiga Lidia, enferma de sarampión. A mi sobrina, sí la vacunaron. 

6 comentarios:

  1. BK:
    No sé si será aburrida esta verdad: te he puesto un correo a las 17h45´.

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    1. Estupendo. Espero contestarte pronto. Voy un poco retrasada con las respuestas a los e-mails y el blog porque estos días anda por aquí mi familia -además de haber estar unos días en la playa-.

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  2. Entiendo como trágicos y reales aquellos crueles atentados.
    Para dar un poco de humor, a tenor del las versiones sobre la pérdida de las últimas falanges de aquel profesor, Valle Inclan, en una de sus "trolas", versionába la pérdida de una de sus manos, porque la arrojó a un león que lo perseguía, para entretenerlo mientras huía.

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    1. Ja, muy buena ocurrencia la de entretener al león saboreando la mano (mejor perder una extremidad que no la vida).

      El profesor se manejaba bastante bien. Recuerdo que escribía perfectamente en la pizarra.

      Ahora lamento no haber sabido cómo perdió realmente las falanges el profesor. Si me paso por la facultad de aparejadores, seguro que no consigo nada porque el hombre ya era muy mayor cuando lo conocí (o al menos, a mí me lo parecía).

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  3. Conspiraciones, manipulaciones....grandes tergiversadores de la realidad. Pero más de cincuenta años después pocos se creen la versión oficial de la muerte de Kennedy, y con los atentados del 11-S y del 11-M ocurre algo parecido. Afortunadamente, cuando los cerebros son sanos e inteligentes filtran e interpretan las noticias de forma cabal, antes de doblegarse a los dictados de la izquierda o de la derecha, siempre dispuestos sus mentores a fabricar dogmas.
    Siempre, siempre, Bk, las cadenas de lo políticamente correcto aparecen de forma traicionera y consiguen atrapar a ingentes cantidades de almas cándidas.
    Una pena lo de aquí, una gran pena que no sufren los paises civilizados de nuestro entorno en cuyo espejo, al mismo tiempo, aspiramos a reflejarnos. Ingleses, franceses y alemanes están orgullosos de su nacionalidad y respetan su bandera y su himno. ¿Qué pasará en nuestra tierra para que triunfe la discordia? Me gustaría conocer una respuesta donde no hubiera visceralidad, pero me temo que es una ilusión imposible de satisfacer porque el alma española adora la anarquía y la envidia mientras oculta el complejo de inferioridad, inveterada enfermedad incurable.

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    1. Lo de la antipatía a la bandera (lo he preguntado muchas veces y casi siempre he recibido la misma respuesta) se debe a que la bandera bicolor fue impuesta durante la dictadura (para los de izquierda) y para los ultraderecha, porque la bandera actual, con el nuevo escudo, fue impuesta por la democracia.

      Dios nos coja confesados si algún día la tenemos que defender.

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