domingo, 29 de junio de 2014

Orden cronológico - Mambrú se fue a la guerra

Regresé pronto a casa porque esta semana estoy terminando trabajos. La semana que viene toca limpieza (y seguramente obra, si a Guille le gusta mi propuesta) y para mediados de mes, nos tomaremos algunos días de vacaciones. Regresar pronto no sirvió de mucho. Creo que ayer agoté todas mis energías y la apetencia de trabajar. Remoloneé durante un buen rato, hasta que llamaron a la puerta. Era la vecina del segundo con una maceta más muerta que viva. ¿No notas nada raro? Me preguntó. Negué. Todo parecía tan normal como siempre. ¿No hay más silencio? Tenía razón. En ese momento caí en la cuenta que no había escuchado ni una vez maullar a Mambrú (lloriquea desconsolado cuando su ama lo ha dejado solo) tampoco escuché a mi vecina haciéndole carantoñas (si no la hubiera visto en más de una situación normal, pensaría que la vida la ha tratado muy mal por no dotarla de inteligencia). Se han ido, para siempre, me espetó mi vecina. 

La maceta, una pita, nos la dejó la dueña de Mambrú como agradecimiento. Decidimos subirla a la azotea del torreón, con el firme propósito de regarla de vez en cuando; aunque es muy probable que nos olvidemos porque ya nadie la utiliza para tender porque aún apesta al alquitrán que utilizaron para pegar la tela bituminosa de protección antihumedad. Por unos momentos me sentí como el personaje de Natalie Portman en León cuando, al final de la película, acongojada por la muerte de su amigo, libera a la planta del tiesto. 

Mientras yo buscaba un lugar donde al mediodía no dé el sol de lleno, en uno de los balcones de enfrente retiraban una bandera de Chile. 

4 comentarios:

  1. Después de que el otro día tuve la mala ocurrencia de aparecer por donde nadie me llama he dado un hoy un garbeo por los áticos de los viejos conocidos de entonces y te ha tocado el turno.Estás aún a tiempo de cerrar la puerta, te advierto.
    No soy demasiado curioso pero en el baúl de los recuerdos no te huelo a naftalina, lo cual no es poca sorpresa si además te están colocando esa tela asfáltica que tanto gusta a solucionadores chapuceros. Hay una chica que también tiene sus mambrús, que cuida mucho más a sus plantas que a su hombre y que de tanto amor por la limpieza y el orden se va a apuntar al próximo casting de Frenadol (aquel donde una víctima de su propia existencia era captado para dejar el trastero como los chorros de oro) . Aunque su problema, y ya empieza a reconocerlo con preocupante frecuencia, fue decidir hace un porrón de años que vivir conmigo podía ser buena idea. Pobre ingenua, tenía que ser arquitecta para cometer tamaña insensatez.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si cerrara la puerta no sería divertido. Lo interesante de estas entradas, es saber qué piensa la gente.

      También, muy a menudo, me pregunto por qué mi marido me quiere, cómo me soporta. De momento no tenemos ningún Mambrú que me sustituya en su cariño. Espero que el cambio de casa consiga unir un poco a mis vecinos -pobre tipo, la mujer lo dejaba completamente de lado-.

      No dejes escapar a tu arquitecta. Si hace un porrón de años que decidió vivir contigo y aún continúa a tu lado, seguro que lo sigue considerando una gran idea.

      Perdón por tardar tanto en responder tu comentario. Me ha tenido muy liada el final de obras del edificio que tenemos en estos momentos entre manos.

      Eliminar
    2. Sinceramente, y porque me pareces una chica estupenda (se nota al leerte, escribiendo nadie engaña), me decepcionó hasta cierto punto que el otro día cuando, a pesar de aquel repulsivo auto de fe del pasado agosto en el que quien más quien menos avivó la hoguera, supe despedirme de todos de la forma más amable, correcta y afectuosa posible, la respuesta fuera el silencio militarizado ante el enemigo imaginario. Pero no es momento de reproches, simplemente he expresado una cierta perplejidad porque ninguna voz hablara.
      En cuanto a la arquitecta, que fue profesora en la escuela en la cátedra de Fullaondo, ama tanto a los animales que no sabe separarse de mí.
      Seguiremos....Un abrazo.

      Eliminar
    3. Lo siento mucho. Llevo bastantes semanas sin apenas tiempo y me es difícil leer todos los comentarios que se escriben en otros blogs. Me pasó desapercibida tu despedida. Lo siento.

      Es comprensible que tu arquitecta ame a los animales: la mayoría son más humanos que muchas personas. Eso habla muy bien de ella.

      Eliminar