domingo, 22 de junio de 2014

Es imposible ser monocromática

No soy musulmana, pero he pisado -descalza y con el pelo cubierto- una mezquita; no soy católica, pero estoy bautizada, he hecho la primera comunión y me he casado por la iglesia (para complacer a la madre de Guille y a la mía); odio el toreo (que no los toros -esos bichos sólo me dan miedo-), pero he estado en un museo taurino; me repele todo lo militar, pero creo que he estado en más juras de bandera que la propia bandera... 

Es muy complicado caminar por este mundo y no caer en lo que parecen contradicciones. Sin embargo, a pesar de todos los peros de antes, creo que soy consecuente con mi forma de ser (al menos en este momento -puede que dentro de cinco años o de uno o mañana mismo, se me aparezca Buda y me rape la cabeza y ponga a canturrear el Hare Krishna -aunque lo más probable es que pidiera que me encerraran en un manicomio-).

Ahora, al parecer, hay un grupo de lumbreras que reprochan a quienes han demostrado en el pasado (pasado casi presente o un pasado muy remoto) alguna simpatía por la casa real; ignorando, para que quede justificado el ataque, que hasta hace poco era una institución admirada y respetada. También parecen haber cometido algún delito quienes asistieron a la recepción de la proclamación de Felipe VI. Si un republicano da la mano a un rey, no lo convierte en monárquico. En el caso de la recepción de hace unos días, sólo demostró un acto de tolerancia (de la que carecen quienes critican a los asistentes) y de apoyo a la democracia (la monarquía, de momento, está respaldada por nuestra democracia). 

Otra aparente contradicción: estas dos últimas entradas casi me hacen parecer monárquica, sin embargo soy republicana, convencida que la arcaica e injusta institución de la corona desaparecerá en un futuro muy próximo.

2 comentarios:

  1. Tranquila, buda jamás se te aparecerá de manera tan repentina como para mandarte al manicomio. Llegará con su iluminación del principio de los tiempos y abrirá tus ojos hacía la verdadera felicidad del vacío.

    Siempre he tenido la idea de que no hay mal sistema de gobierno, sino simplemente malos gobernantes. Si la democracia es que el pueblo siempre decida lo que considera mejor para sí mismo, que los gobernantes tengan cargos heredados no es algo absurdo en demasía, siempre y cuando procuren gobernar para la felicidad del pueblo y no de su propio enriquecimiento. Como siempre, una vana utopía.

    Aquí, desde que Chávez asumió el poder, se celebraban elecciones, de cualquier índole, todos los fines de año. Diciembre era sinónimo de navidad, hallacas y elecciones. Aún con sus buenas intenciones, (con el permiso de aquellos que piensen lo contrario), es innegable que estábamos al borde del vacío y con él, dimos un paso adelante (con el permiso de la otra facción que cree que estamos en verdadera democracia gracias a él). Pero aún con ese gran "síntoma" democrático, no veo ni felicidad, ni seguridad ni prosperidad, sólo resignación, desolación, y desesperación.

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    1. El enriquecimiento del lenguaje, como mencionabas en un comentario anterior, es mutuo: no sabía lo que eran las hallacas (ya sí, lo he buscado en Internet). Tienen muy buena pinta. Recuerdan un poco a los shawarmas

      Aquí gobiernan casi exclusivamente para los ricos. Llevan meses diciendo que la crisis ha acabado, incluso hay algunos banqueros que admiten que no se han percatado de la existencia de ninguna crisis (los españoles hemos pagado, con los recortes y subida de impuestos, los grandes agujeros negros que había en la banca). A menudo, nuestra democracia parece un mal chiste que sólo hace gracia a unos pocos: a los de siempre, a los que se benefician con este sistema de gobernar.

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