domingo, 29 de junio de 2014

Orden cronológico - La insoportable levedad de la niñez

Cuando hay una reunión familiar en casa de mi madre, solemos sacar una vieja caja metálica de Cola-Cao llena de fotografías y nos la pasamos de unos a otros esperando las explicaciones de mi madre, aunque ya las conocemos, y sabemos identificar a quienes jamás hemos visto en carne y hueso porque la mayoría murieron antes de nacer nosotros. Quedan pocas fotografías. Recuerdo que antes, cuando yo era niña, había cientos de ellas; pero las mudanzas constantes son dañinas para conservar los recuerdos materiales.

Somos animales de costumbres. Esta mañana nos pasábamos los móviles para compartir las fotografías. Al ver mi madre una de mi sobrina, me la pasó y dijo: ¿Verdad que aquí se parece más a la niña nuestra? La fotografía se la tomaron la semana pasada, durante la actuación de teatro con la que cerraban el fin de curso. Iba peina con dos coletas, llevaba un vestido estampado, calcetines tobilleros y zapatos de charol. Hacía de la niña pequeña de un matrimonio con problemas económicos. 

Por encima del hombro de mi madre veía a las amigas de mi sobrina. Tienen pocos meses más que ella, ya han cumplido los 14 años. Existe un abismo entre los 13 y 14 años. Creo que mi madre aún no se ha dado cuenta que mi sobrina ya es una adolescente y que si vuelve a utilizar zapatos planos de charol y ponerse vestidos estampados con manga abombadas, será sólo por exigencias del guión. 

2 comentarios:

  1. Es posible que para nuestras madres, sigamos siendo niños a quienes deben cuidar, cuando la verdad, ya sabemos cuidarnos solos, e incluso, cuidamos de ellos. La adolescencia... soy de los que aún se paralizan al ver un transformer de juguete o soldaditos de plásticos. Cuando me preguntan si tuve infancia, les respondo: "claro que tuve infancia, lo que no tuve fue juguetes ni amigos para compartir" Mi adolescencia transcurrió entre la secundaria y la remodelación de la casa junto a mi hermano todos los fines de semana. Todo una travesía. Si vieras la casa, te daría un infarto de todas las cosas mal hechas.

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    1. Dicen que ahora la adolescencia dura hasta los 30 años (yo creo que la dejé a los 15). A mi hermano mayor aún le gustan las maquetas y los aviones de aeromodelismo -y tiene 47 años-; un juego al que le va a sacar provecho porque quiere meterse en el mundo de los drones. Para mí las tiendas de golosinas siempre han sido las tiendas de informática.

      Donde vivías, ¿no había niños de tu edad?

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