martes, 3 de junio de 2014

Jaque a los ocupas

Iba a ser un día de pereza, tranquilo, de abrir los ojos cuando estuviera cansada de dormir, sin la dictadura del despertador; y luego, de permanecer tumbada en el sofá con la única obligación de dirigir una orquesta imaginaria (la Sinfonía nº 41 de Mozart se presta bastante bien para eso). Pero rara vez se lleva a cabo lo que se planea con minuciosidad. Apenas había conseguido dormirme, Guille me despertó: El rey ha abdicado... Fingí interés durante unos segundos, me volví y seguí durmiendo. Supongo que debería haberme importado más, creo que ha sido una de las pocas figuras que ha permanecido constante en el horizonte estatal desde que nací. Pero en los últimos tiempo se ha enlodado tanto, por culpa propia y ajena, que se ha terminado convirtiendo en un personaje más de la farándula (uno que abochorna mucho con sus barbaridades fuera de lugar). 



Cinco minutos después, cuando había vuelto a adormilarme, el jaleo de la calle volvió a despegarme los párpados. Había bronca en el bajo. Sólo escuché durante media hora o más los gritos y amenazas de llamar a la policía. Cuando Guille volvió, había bajado a comprar chucherías para el desayuno, me contó con todo detalle que los nuevos vecinos del bajo, del mismo piso donde vivió la señora con el síndrome de Diógenes y después un matrimonio joven con un niño llorón, eran ocupas. El dueño se había enterado y los estaba echando, pero los ocupas alegaban que tenían derecho a vivir en ese piso porque estaba vacío y ellos no tenían ningún lugar adónde ir. Mientras hubo gritos, se formó un circo junto al portal. Luego fue sólo un desalojo pacífico. 

Ya no volví a dormirme porque los pequeños cruasán, aún calentitos, bañados en caramelo, que trajo Guille, fueron una tentación.

4 comentarios:

  1. No había entendido que eran "ocupas" según el contexto, es lo que en mi país llaman "invasores", gente que ocupa lugares, casas, apartamento, construcciones, e incluso hoteles sin el permiso, ni mucho menos el consentimiento de los propietarios o responsables. Aquí se ve bastante sobre todo la "invasión" de terrenos baldíos. Allí construyen "ranchos" (construcciones a base de palos y láminas de zinc), para luego exigir al gobierno la propiedad de dicho terreno, y luego venderlo al mejor postor, todo un negocio.

    A la hora que leí esto, era la hora del almuerzo. Cambiaría mil veces mi almuerzo por ese cruasán que dices. Arroz con carne y salsa de tomate casera de hace dos días (cocino siempre para tres) recalentado no es muy llamativo.

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    1. En los últimos tiempo, con la excusa de la crisis, han aumentado los ocupas. Ya los hemos sufrido en una obra que estaba a punto de ser entregada. Lo extraño es que parecen tenes más derechos los propios ocupas, que los propietarios legítimos. Fue muy difícil echarlos.

      Los de antes de ayer por la mañana (una vecina que se entera de todo me ha informado), tuvieron alquilado el piso hace dos o tres años. Desde entonces, al parecer, no han cambiado la cerradura y la llave, a la que debieron de hacer una copia, funcionaba. Ni siquiera tuvieron que darle una patada a la puerta para acceder a su interior.

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    2. Cuando estoy sola, también cocino para varios días, pero suelo congelarlo: no gusta comer más de dos días la misma comida. Tiene que estar rico el arroz con carne.

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  2. No soy tan buen cocinero. Respecto a la comida "repetida" ya mamá nos acostumbró desde pequeño. El promedio es la misma comida por cuatro o cinco días, el récord fue de un mes. El misterio es que siempre la consigo en la cocina cocinando; picando, friendo, aliñando, horneando. Sin embargo, terminamos comiendo lo mismo del día anterior. Ahora que lo pienso... ¿A donde se iría tanta comida? ¿Será que vendía almuerzos? Si lo hacía nunca supe, pues nunca vi envases de comida, esos de poliestireno o de aluminio.

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