martes, 14 de mayo de 2013

Si tus ojos te escandalizan, arráncatelos

Tengo conocimiento que una de mis bisabuelas -de las otras apenas sé nada de sus vidas-, nacida en 1910, disfrutó de muchas más libertades durante su juventud que sus hijas venidas a este mundo dos décadas más tarde. Pudo viajar por España sin la supervisión de un macho y estudió una carrera universitaria. Nadie cuestionaba su rectitud moral si utilizaba faldas por encima del tobillo o si se ponía pantalones. Después de la Guerra Civil Española, hubo una recesión en los derechos y libertades, sobre todo en los de las mujeres. Ya ni siquiera pudo ser dueña del dinero que ganaba -pertenecía al marido- y hasta su muerte, estuvo bajo la tutela de un hombre. 


Imagino que la evolución -en nuestros derechos- siempre tiene un único sentido: el de avance; y me cuesta mucho comprender cómo mi bisabuela pudo adaptarse a su nueva vida con unas obligaciones impregnadas en una moralidad católica que no era la suya. 

Ahora, en la actualidad, se supone que nuestra sociedad, gracias a la Democracia, es laica; pero este gobierno nos está atufando con el hedor a incienso: La ministra de trabajo, Fátima Báñez se encomienda a la virgen del Rocío para salir de la crisis, Gallardón quiere prohibir incluso el aborto por malformación o minusvalía del feto, el telediario de la televisión española (la que se paga con nuestros impuestos -los de los ateos también-), dan un consejo tan inútil como el de sugerir a los parados que recen para mitigar la ansiedad (¡manda huevos!) y, lo que debería ser la gota que colmara el vaso: en el mismo telediario de la televisión española emiten un reportaje sobre la ropa provocativa de los jóvenes.

¡Y pensar que me llenó de indignación cuando Bush hijo aconsejó a sus ciudadanos que rezaran ante la eminente llegada del Katrina a New Orleans!!!

6 comentarios:

  1. Efectivamente, querida BK, pero lo peor es que incluso otros gobiernos anteriores, que se suponían en otra onda, tampoco hicieron nada para cambiar el concordato con la iglesia católica. Y lo que es todavía peor es que muchos españoles no saben que la iglesia se subvenciona con los impuestos de todos. Mucha gente cree que solo va a la iglesia lo que se marca en la dichosa casilla, no son conscientes de que eso es solo una mínima parte, que lo gordo sale de los presupuestos generales del estado y de la exención de impuestos a la iglesia. Un sindiós (claro).

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    1. Cuanto más alto es el cargo dentro de la cúpula de la Iglesia Católica, más apegados parecen a las riquezas y cosas materiales (se debe exceptuar al actual Papa que parece ir "por el buen camino"). No sé si dentro de esa exención fiscal se cuenta no declarar lo que reciben como limosna o herencia de los feligreses. Supongo que no porque en caso contrario sería muy difícil de comprender cómo tienen tanta cantidad de dinero en metálico dentro de los conventos o monasterios (ejemplo: el robo de un millón de euros a unas monjitas de clausura hace unos años; otro ejemplo: el pago, hace no muchos años de 20.000 euros a un carpintero que conocemos en billetes antiguos de 2000 pesetas -tuvo que llevarlos al Banco de España-. En fin con la Iglesia hemos dado, amiga Ángela

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  2. Te felicito por este rincón maravilloso. Llevaba un tiempo sin aparecer y me ha encantado. Teresa G.

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    1. Muchas gracias Teresa. Os agradezco mucho que me leáis. Este blog el principal propósito que tiene es corregir mi dislexia y si sé que al menos una persona se pasa por aquí de vez en cuando, me esfuerzo más.

      Así que ya sabes: hoy ya tienes hecha tu buena acción del día.

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  3. Sí, se pasó de un avance social a unas leyes que consideraban delito el adulterio en caso de la mujer y de "pecado" en caso masculino.

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    1. Al menos nosotros hemos salido de ese pozo. Lo doloroso es ver que aún en la actualidad algunos países son capaces de lapidar a mujeres sólo por haber tenido relaciones extra matrimoniales o la de fusilar a hombres por ser homosexuales.

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