miércoles, 22 de mayo de 2013

Armas de destrucción masiva

La mente de los norteamericanos es extraña: da la sensación de que no son capaces de comprender la irreversibilidad de la muerte. En ningún otro país el grueso de los ciudadanos considera normal que cualquier persona pueda tener en su casa un arma para defenderse del enemigo. En ningún otro país tanta gente come con tal desenfreno que terminan deformando sus anatomías, convirtiéndose en contenedores de grasa sin consistencia, que se desparraman sobre las camas de las que no se pueden mover, cono si se estuvieran derritiendo. Y, sobre todo, en ningún otro país los ciudadanos aceptan que las catástrofes naturales los ataque una y otra vez sin exigir al Estado que haga algo para protegerlos. Creo que ni se lo han planteado. 

Texas, Oklahoma, Kansas y Nebraka son, y serán, azotadas una y otra vez por los tornados, y en esas zonas no existe una normativa que exija, ni siquiera a los edificios estatales o de importancia, construir edificaciones que resistan los embates de la naturaleza. Se pueden hacer casas que soporten vientos superiores a los tornados que atacan lo que es conocido por El corredor de los tornados, o sólo un recinto en el interior de la vivienda, para abaratar costes. 



Puede que los norteamericanos consideren un intervencionismo excesivo que el Estado les imponga cómo deben construir sus casas, pero hay que tener en cuenta que el ciudadano medio no está obligado a saber si una pared de hormigón armado de 15 cm es capaz de soportar rachas de viento superiores a 350 Km/h. 

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias. Por supuesto, habrá montones de norteamericanos que no tengan esa forma de ser pensar; pero parece que una gran mayoría lo son

      Eliminar