sábado, 14 de febrero de 2015

Dueños del tiempo

Hoy, después que la mitad de los planes hechos por Guille para pasar una jornada romanticona, se fastidiaran por culpa de una llamada telefónica respondida a pesar de que un sexto sentido me incitaba a no hacerlo; he llegado a la conclusión de que necesito hacerme millonaria. Es raro que le teléfono del trabajo suene a eso de las nueve y media un sábado. Sabía que no debía cogerlo, pero, temiendo que la curiosidad me persiguiera durante todo el día, en el último instante pulsé el botón de responder. Había que eliminar los pilares de un bajo comercial. La estructura de todo un edificio, al carajo. Tenía que hacerla de nuevo. ¿Cuántas veces se me han fastidiado los planes por culpa del trabajo? Ya he perdido la cuenta. Aunque, en realidad, en esta ocasión, no se fastidiaron tanto. En lugar de almorzar en la Sierra, tuvimos que hacerlo en un restaurante de Granada. Comimos con pereza, prolongando la tertulia, satisfechos de no tener que fregar platos ni limpiar la cocina. Y durante la cháchara de la tertulia, un poco en broma, bastante en serio, supimos que sólo seríamos dueños de nuestro tiempo teniendo mucho dinero. Pero, ¿cómo se hace hoy día alguien millonario dentro de la legalidad? (Soy demasiado cobarde para delinquir). 



Decía L. Ron Hubbard, creador de la Ciencialogía, que si quieres ganar un millón de dólares, funda una religión. No creo que sea necesario creer en Dios para crear una religión. Me parece que yo lo haría bien. En mi religión se aceptaría la evolución y las teorías del big bang, achacándoselas a Dios, en lugar de negarlas rotundamente. Me refrena el que para enriquecerme yo tendría que vaciar los bolsillos de bastantes incautos; y, aunque eso es legal, moralmente no me parece muy ético. Además, las religiones, para resultar efectivas, deben ser sádicas (tipo Opus Dei) y el sufrimiento ajeno me impide dormir bien. Desechado eso de subirme a un púlpito y ensalzar a Dios. 

Podría seguir el ejemplo de mi sobrina y sus amigas. Quieren asociarse a Podemos para entrar de forma directa en la política. Están convencidas que política = dinero. ¿De qué Bárcenas habrán sacado esa idea? (Buen ejemplo para los adolescentes). Pero tengo un grave impedimento para hacerme millonaria de esa forma: sé que el dinero del estado sale del esfuerzo de todos y no es algo gratuito para que lo coja el primero que pase por allí.

¿Y escribir un libro? (¡Que nadie se ría!). La trilogía que más éxito ha tenido en los últimos tiempos es no apta para escritores. Está tan mal escrita que si no llega a ser por el sexo, se podría pensar que ha salido de la mente de un adolescente. El cóctel sería: alguien que no sepa escribir bien para que no embrolle la lectura, una desviación sexual (como el incesto), una historia simple basada en los cuentos infantiles (un sucedáneo de la Cenicienta) y mucho sexo, sin importar que sea repetitivo y tedioso: éxito asegurado. Lástima que deba estar escrito en inglés. 

Seguiré pensando. Se admiten ideas.

2 comentarios:

  1. Te quieres hacer rica, y con ello ser dueña de tu tiempo? podrías venir para Venezuela, pero no en plan de arquitecta, sino en plan de vendedora, una especie de amazon europea. Como aquí no hay nada, y lo que hay se especula tanto, con un buen margen de ganancias, sobornar a unos cuantos funcionarios, una buena página de internet, y unos cuantos conctactos, han de ser suficientes.

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    1. A veces me entran esas manías, pasajeras, por fortuna. Seguro que si tuviera pasta, mi tiempo sería aún menos mío. Es lo que le ocurría a mi cuñada -la hermana de Guille-: antes tenía pasta y casi todas las tardes tenía que estar en un evento social. Tal vez no sea tan malo ser pobre.

      Lo de irnos a Venezuela a montar un negocio, no estaría tan mal. Mis hermanos están pensando en irse a Cuba a comprar esos coches tan antiguos que ya son antigüedades. Hasta los tendría cerca.

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