martes, 17 de febrero de 2015

Dios da pan...

¿Por qué no estás follando siempre? No es una pregunta ofensiva, se trata de simple curiosidad. Me la ha hecho más de una docena de veces mi amigo Nico. Suelo contestarle con una sonrisa y el silencio; si insiste, pormenorizando las consecuencias dolorosas de un exceso de sexo. En una ocasión respondí con otra pregunta: ¿Por qué no te estás matando a pajas constantemente? Se puso serio: Dejo de respirar cuando me corro. El respirador lo detecta y pita tan fuerte que puede despertar a todo el bloque. A mi amigo Nico le jode mucho que la mayoría de personas piense que los discapacitados como él carecen de sexualidad. Sueña con encontrar una chica a la que no le dé asco su cuerpo inerte. 

Estamos llenos de limitaciones. Mi madre suele decir que Dios da pan a quien no tiene dientes

Mi sobrina con escoliosis quiere ser bailarina. Lleva bailando desde muy pequeña. Aún usaba pañales y ya se esforzaba por ponerse de puntillas. Fue tan temprana su inclinación por el baile que podría considerarse una necesidad genética. Pero desde enero no da clases de danza. Aunque su edad todavía es la de una niña que cree es suficiente querer algo para conseguirlo, ha superado la barrera en la que los adultos le permitan soñar con imposibles.




4 comentarios:

  1. Con toda la simpatía que te tengo, que es mucha, te diría que:
    - La entrada de hoy roza lo chabacano. La naturalidad y la espontaneidad admiten siempre un mínimo de filtro. El buen gusto existe en la arquitectura, como bien sabes, y también en las confidencias literarias.
    - De Dios y de sexo pareces estar obsesionada. Recapitula sobre lo que escribes y tendrás que reconocer que rara es la vez que no incides. Algo te revuelve por dentro y lo afloras inconscientemente. Quizá el asunto merezca dos segundos y medio de reflexión.
    Y si te han molestado mis consideraciones mil y un perdones, como las mil y una noches de sexo que tras el orgasmo nos lanzan hasta los confines del de Arriba. Quizá sea eso: pura sublimación.

    ResponderEliminar
  2. Siento haber sido tan soez en esta entrada.

    Nico es un chaval de 24 años que ya ha superado su esperanza de vida. Tiene distrofia muscular de Duchenne. Sus músculos se han convertido en grasa, pero su cerebro funciona perfectamente. Nunca ha estado con una chica. A su edad, ese es prácticamente el único tema que le interesa. Sus padres, su cuidador y su familia prefieren negar esa necesidad, y es lo que más le cabrea. A mí me utiliza para conocer pormenores. Utiliza ese lenguaje para hablar conmigo, y ese lenguaje es el que entiende.

    Tienes razón: en este momento me obsesiona el sexo, pero sólo como medio para conseguir un fin. Llevamos tres años intentando tener descendencia.

    ¿Dios? Se apoderó de mi infancia (estuve interna en un colegio religioso), me robó mucho tiempo con misas obligatorias y ritos extraños (como rezar el rosario de rodillas y con los brazos en cruz). Últimamente lo estoy mencionando más de lo acostumbrado porque leí hace poco un par de libros de Richard Dawkins; pero más que Dios, me atraen las personas que creen en Él. Me suele apasionar lo que no entiendo.

    Por supuesto que no me has molestado. Lamento haber dañado tu sensibilidad con esta entrada y te agradezco la sinceridad.

    ResponderEliminar
  3. No me has "dañado" en absoluto mi sensibilidad, que no es precisamente la de un meapilas. Solo pretendía aconsejarte constructivamente (como no puede ser menos entre arquitectos) sobre cierta deriva que está tomando tu blog, por cierto, y dicho sea de paso, menos visitado por ti misma que "el otro", donde te veo muy activa las veces que por allí aparezco a cotillear. Curioso eso de atender más el negocio ajeno que el propio: corres el riesgo de perder la clientela.

    Respecto a ese espesura llamada Dios, de alguna forma expreso mi parecer en la entrada de esta semana de Trapiello titulada ¡No es normal!. Cada vez me da más vergüenza pertenecer a mi civilización, donde el papanatismo se ha enseñoreado de las cabezas imponiendo gritos y silencios "políticamente correctos".

    Espesura, digo también, quizá acordándome de dos familiares que llevan más de treinta y cinco años perdidos en las espesuras del Amazonas y de Guatemala, entregadas sus vidas a los desheredados porque un buen día, siendo casi niños en Asturias, se creyeron mucho menos listos que nosotros e hicieron las maletas. Te aseguro que la sonrisa de felicidad que les veo cuando cada tres años aparecen por aquí apenas la he visto por las calles.

    Espesura porque me ha tocado presenciar varias agonías de soberbios agnósticos y a punto de endiñarla reclamaron la asistencia de un miserable cura ("No vaya ser que al final el cuento chino sea verdad"). Quizá mi mucha soberbia, de la que soy consciente, me aconseja ponerme de rodillas...y lo hago como terapia de humildad. Una medicina muy barata que te permite vivir desapegado de la vida, esa estupidez que tanto mitificamos incomprensiblemente. "No soy Charlie", solo un chapucero creyente de tres al cuarto que se enreda en cien contradicciones cada cien minutos, lo cual tampoco está tan mal si se acepta que la condición humana es pura fragilidad e incoherencia.

    Sí, como ves prefiero la sinceridad al camuflaje, con todos los riesgos que supone dar la cara. No sé, tengo la suerte o la desgracia de medir más de uno noventa, y tal vez esa sea la razón de que hasta ahora nadie me la haya podido partir. Aunque de seguir así la cosa quién sabe si un día un alfanje traicionero hará rodar por el suelo mi alborotada cabeza.

    Muchas gracias por tu respuesta, rápida y clara, habla muy bien de ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, tengo un poco abandonado el blog. Lo tengo instalado -con las contraseñas- en un ordenador diferente al que utilizo para trabajar porque me suele distraer (me entra la curiosidad por saber si me ha leído alguien, cosa que ocurre muy de tarde en tarde, e interrumpo el trabajo para echar una ojeada, así que me he castigado). Estos últimos días he estado muy ocupada con unas estructuras. Mientras el Cype calcula (tarda de diez a veinte minutos) me da tiempo de entrar en el otro blog y hacer algún comentario de cualquier cosa que me haya parecido interesante.

      Las personas religiosas que se marchan a ayudar en las zonas desfavorecidas del planeta, suelen pedir a cambio de su bondad, que adoren a sus dioses. La mayoría de los voluntarios de Médicos sin Fronteras, o de Unicef van a ayudar a esos países desfavorecidos a cambio de nada -esa es la auténtica bondad-.

      Y, ¿crees que se puede considerar creyente a una persona que ante la muerte, reza? Eso es sólo miedo, comprensible porque se va a dejar de existir -el mundo va a seguir sin nosotros, vamos a dejar de sentir y de pensar... y eso aterra-.

      Eliminar