jueves, 9 de octubre de 2014

¡Dejadme tener miedo!

Si los datos engordaran, ahora mismo mi panza sería oronda, redondita, como un globo, semejante a la de Papá Noel. Estos días es inevitable ver documentales y leer noticias sobre el ébola. Pero cuantos más datos tengo, más confusa estoy, sobre todo por la forma de actuar de la administración.

Algunas preguntas que me hago:

Creo que no se sabe cuánto tiempo está vivo el virus fuera del cuerpo humano. Los científicos admiten este desconocimiento, aunque en algún documental escuché que 21 días y en algún periódico, de 1 a 24 horas. Supongo que los primeros minutos después de haber sido depositado será cuando el virus es más peligroso y virulento. ¿Si es así, por qué se ha tardado más de 48 horas en limpiar las zonas comunes del edificio donde vive la infectada? ¿Si es así, por qué aseguran que es muy complicado que te contagies en un autobús? Porque en los autobuses lo más normal es que vayas sujeta a una barra de hierro. Si se tiene fiebre, el sudor es inevitable. Un autobús atestado de gente y una mano que va impregnando de sudor contaminado toda la barra a la que se aferran los demás viajeros....

¿Por qué esa precisión de la temperatura para considerar sospechoso un posible caso de ébola? La temperatura normal de mi Guille es de 36.5ºC, cuando tiene 37.0ºC, para él, es fiebre. A mí me operaron de apendicitis afebril, y estaba a punto de sufrir una peritonitis. La misma enfermera tenía sólo 37.2ºC, confirmado por un médico, el día antes de ser hospitalizada. 

¿Nuestro virus del ébola es más delicado que el de, por ejemplo, Sierra Leona? Porque en los países (supuestamente subdesarrollados) de África, antes de quitarse los trajes protectores, pisan en un barreño lleno de desinfectante y se lavan las manos enguantadas antes de retirar el traje. 

¿Por qué llama mentirosa a la auxiliar de enfermería el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid? De su propia cosecha y negando las evidencias, Javier Rodríguez asegura que la enferma mintió al dar a conocer su temperatura. Pero, cuando su estado de salud empeora, ya estando bajo observación médica, su temperatura alcanza los 38ºC -es decir, hasta entonces la había tenido más baja-. Y, ¿por qué se le exige a la auxiliar de enfermería que se considere enferma con el ébola cuando el centro de riesgos laborales de su hospital, con el que contacta al sentirse mal, no la consideran en riesgo?

Demasiadas meteduras de pata, agravadas por la constante intención de culpar a la más inocente de esta crisis: la contagiada. 

Así que, por favor, dejadme tener miedo (no del virus, que se puede vencer) sino del montón de patanes que están convirtiendo un error en un desastre. 

2 comentarios:

  1. Eso si lo vez desde ese punto de vista. Ahora imagina la agonía que sufren loa huérfanos, hijos de las víctimas en África, que son tratados cual leprosos. Ellos exclaman a gritos: "dejadme de tener miedo"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay que irse tan lejos: hay gente que admite que siente miedo de la auxiliar de enfermería que, en estos momentos, está superando el ébola. También los propios vecinos de la pareja: quieren que no vuelvan en una temporada a su casa. Nos creíamos civilizados y coherentes con nuestros conocimientos, pero esta epidemia está demostrando que no hemos evolucionado mucho desde la Edad Media y la epidemia de Peste.

      Eliminar