lunes, 24 de marzo de 2014

La voz de Scheherazade

¿Por qué escribimos blogs? ¿Por qué lo hago yo? Hoy me lo preguntó mi logopeda. Ella prefiere que no lo haga, que vuelva a los interminables y tediosos dictados, que en realidad son más fáciles que intentar estrujarme el cerebro durante un rato y escribir las majaderías que se me ocurran. Los dictados me llenan de frustración: ¿qué es una vaca vacua? ¿por qué los gallos tienen callos? ¿por qué los túneles están llenos de tules? (son una retahíla de frases sin sentido con palabras parecidas). Le respondí que porque me divertía; pero no me creyó. Piensa que me cuesta mucho más escribir de lo que es en realidad. Propuso que por vanidad, porque me agrada ser leída. Asentí. Si no le gustaba la verdad, para satisfacerla, cualquier mentira era buena (aunque si me leyeran más, no sería divertido, porque cometer una burrada ante 20 personas es tolerable; ante 40, aterra). 

Ella también escribe un blog, pero lo hace por obligación, se lo impone el colegio para tener informados a los padres de los avances de sus hijos (no me extraña que esto de darle a la tecla, ella lo considere más un castigo que una satisfacción). 

¿Por qué escriben blogs escritores consagrados como Andrés Neuman o Antonio Muñoz Molina? ¿No será por la necesidad de saberse leídos? ¿Qué placer les produce? ¿Es para complacernos a nosotros, sus lectores? ¿Les compensa, sobre todo a Antonio Muñoz Molina, a pesar de los ataques furibundos que recibe de algunos trolls? Si algo me gusta mucho, como si mi forma de ser me impidiera disfrutar de ella plenamente, me atormento imaginando su final. En todo momento temo que alguno de esos personajes extraños, que quieren llamar la atención con una rabieta, lo termine agotando y se olvide de nosotros.

¿Por qué escribes tú tu blog?

6 comentarios:

  1. Empecé a escribirlo en momentos en los que escribir era un desahogo, una especie de liberación (aunque suene grandilocuente). No lo hacía público, solo para amigos. Luego alguien dijo que le gustaban ciertas cosas y que debería abrirlo a todo el público. Y así lo hice. Ahora lo escribo porque pienso más que hablo, porque cada vez me resulta más cansado hablar de ciertos asuntos con la gente que me rodea, porque ya no me interesa estar convenciendo a los demás que lo que yo pienso es lo acertado (porque seguro que no lo es), porque me apena que muchos de esos pensamientos se consuman a fuego lento en mi mente, porque...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón: existen mil razones para escribir un blog. Compartimos la del temor a que los pensamientos desaparezcan (y muchas otras).

      Eliminar
  2. Lo hago por tres razones: primero, gracias a ti. Al descubrir que a veces una aguja en un pajar ayudar a salvar vidas, decidí también colaborar un poco. Segundo: Soy de las personas que podrían pasar toda una vida sin hablar pero no pensar, así que consideré que era un desperdicio no dejar constancia de lo que pienso. Tercero: no es lo mismo hablar que escribir: la selección de palabras, la omisión cuidadosa de datos, una redacción legible, es arte. Es esta la razón la cual no me permite escribir todos los días, pues lo que pasa por la cabeza no siempre es "compartible".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo procuro auto censurarme poco, pero es inevitable hacerlo. Los pensamientos que procuro mantener a raya son más carnales y pecaminsos que sesudos (de esos tengo pocos).

      Muchas gracias pro incluirme como parte de la génesis de tu blog, sobre todo porque tienes cosas muy interesantes que decir, y sería una pena que te las silenciaras.

      Eliminar
  3. Yo nunca pensé escribir ni un blog ni nada. Mi sobrino me animó y me sirvió de entretenimiento, para ordenar mis vivencias y como no, porque me lean. Creo que, salvo en los diarios íntimos (y en algún caso ni eso), es la meta de quien escribe. Decir lo contrario, supongo que no es más que hipocresía. Todo ser humano tiene un nivel de vanidad, más o menos elevado, ¡pero lo tiene!.
    En una de mis novelas favoritas (la sigo disfrutando desde casi la adolescencia); Sinuhé el Egipcio, el personaje comienza diciendo que, cansado de los faraones y los dioses, escribe para sí mismo. Pero apostilla " Es, pues, para mi solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros". Bello comienzo, pero seguro que Mika Waltari perseguía lo contrario. Más cuando hay dinero de por medio.
    Claro, que su logopeda lleva razón en mi caso y supongo que en general. Me cuesta un esfuerzo mental hilvanar las ideas. Pero está claro que no es su suyo, pues salta a la vista un desparpajo natural y una asombrosa agilidad con la pluma..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es agradable, e incluso necesario, que de vez en cuando nos den una rascadita detrás de las orejas asegurando que tal cosa está bien escrita o son pensamientos o recuerdos que se comparten.

      Si se escribiera para uno mismo, sospecho que se tendría mucho menos cuidado en cómo se hace. Saber que existe la posibilidad de que, al menos, una persona nos lea, impone que intentemos expresar las ideas con claridad.

      Muchas gracias por su último comentario. En realidad la logopeda sí tiene razón, pero me encanta llevarle la contraria porque es una mujer muy negativa y pesimista.

      Eliminar