lunes, 10 de marzo de 2014

Gresca

Olfateo el aire en busca de algún tóxico que inocule mala leche y mal humor a raudales. No da resultado. Puede que yo esté vacunada; pero un par de individuos que en estos mismos momentos discuten bajo mi ventana, no. Son casi las dos y media de la madrugada, y ya llevan un buen rato calentándose la oreja. Uno de mis vecinos se quejó por el ruido que hacían, y obedecieron, bajando el tono de voz, aunque me molesta más los susurros forzados que los gritos. Discuten por una deuda de cinco euros (estoy tentada a tirárselos por la ventana, para que se callen). Uno de ellos, prototipo de pagafantas, invitó a beber a una chica el viernes. La chica al final se fue con el amigo del que invitaba, y ahora considera que tiene una deuda que le debe pagar. Supongo que la historia tendrá más intrigulis, sería triste que no fuera así por que, en  caso contrario, el valor de la chica, para el pagafantas, sería sólo de cinco euros. 

2 comentarios:

  1. Será verdad eso que dicen que "no te acostarás sin saber una cosa más". A pesar de mi actividad laboral de continuos viajes, nunca escuché eso definición de: "pagafantas" y no creo que sea nueva, dado que ese refresco ya tiene sus "añitos"

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    1. Es verdad, es una definición algo antigua. Ya se usaba cuando yo iba al instituto. Hasta hay una película con ese título (aunque yo no la he visto). Tiene algunas acepciones, en mi entorno se suele usar, principalmente, para definir al pringadillo que piensa que gastándose el dinero en invitar a una chica, tiene el derecho de llevársela a la cama.

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