miércoles, 30 de octubre de 2013

En busca del hogar perdido

Guille ha tamizado las ofertas de trabajo que han ido llegando estos meses. Muchos timos (si quiere más información, pague 20 € por gastos administrativos -el más generalizado-), también muchas mentiras (alojamiento gratuito que hay que pagar con horas extras; sueldos en bruto en los que contabilizan hasta el más mínimo de los impuestos y que dan a entender que son sueldos limpios). Había cuatro ofertas que parecían favorables: todas en países sudamericanos. La de México la descartamos directamente, sólo por la inseguridad que parece existir en ese país (aunque algunos conocidos mexicanos de los foros nos informan que es una violencia que no conocen directamente, que depende de la zona). En una de ellas hubo un error de cifras (metieron un cero de más, y lo que se parecía un sueldo correcto, pero no exagerado, se volvió una miseria, por debajo del sueldo mínimo. Otra la descartamos porque estaríamos en el mismo país, en la misma empresa, pero distantes, la misma situación de la que queremos escapar aquí. Al final sólo ha quedado una oferta para trabajar en Chile. Ahora que es posible la marcha, Guille exige la respuesta a mil preguntas. Quiere conocer hasta el más mínimo detalle de lo que vamos a encontrar. No quiere arriesgarse a ir para volver casi de inmediato. Aunque yo no veo nada de malo en ello. Ir, probar y volver si no nos convence. Podríamos considerarlo como unas simples vacaciones. 

A Guille le preocupan sus padres y mi madre. Dejarlos solos. Está convencido que si nos vamos, será una despedida definitiva. Creo que esa preocupación es la que ha forzado esa vagina facial que le ha salido entre las cejas, una rajita que no se le quita ni cuando duerme. Quise echarle un poco de crema hidratante, pero no se deja. 

Un amigo, monitor de esquí, que va todos los veranos a esquiar (están en otro hemisferio y por lo tanto tienen las estaciones cambiadas). Dice que la construcción está como a principio de siglo en España: en auge, aunque no sabe si también sufren una burbuja inmobiliaria como aquí. Sería penoso ir a un país, acomodarnos a él, crear un hogar y tener que huir de él a los pocos años. 


11 comentarios:

  1. Lamentable, muy lamentable lo que está ocurriendo: "La fuga de cerebros".
    Pero si es inevitable, ¿porqué no probar con Alemania?. Parece ser que hay oferta de trabajo para mano de obra cualificada, no como en los años 60.
    En cuanto a la hendidura en el entrecejo, no creo que haga nada la crema facial: También a mi, si mi mujer intenta "embadurnarme" por algún motivo respondo: ¡Alto a las mariconadas!, aunque crea que son razones anticuadas. Pero es una simple opinión, que en este caso la solución más acertada estaría en un tatuaje o un pirsing, ahora tan de moda. Quedaría muy disimulada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A Alemania hemos enviado bastantes currículums, pero en todos nos exigían conocimientos amplios del idioma. Ninguno sabemos alemán.

      Buena idea la del tatuaje (la del piercing también, pero debido al dolor, ni se la propongo). Puede dibujarse unas rayas horizontales, como si fuera un herida con puntos, o una ramita de cannabis.

      Eliminar
  2. Por lo que yo vi en internet en Chile hay pocos trabajos bien pagados y bastantes pagados mal, para la gente que llega de arquitectos me refiero, pero bueno, supongo que ta leeríais los típicos foros y no os descubro nada.
    Suerte, yo por ahora me quedo, a duras penas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El trabajo nos lo oferta una empresa española de infraestructuras que tiene una sucursal en Chile. Tienes toda la razón: el sueldo no es muy bueno, pero podríamos estar los dos juntos, que es lo que estamos buscando, y algo de estabilidad, escapar de la sensación de que todo se desmorona y se va al carajo.

      Nosotros nos dimos hasta finales de este año para decidir qué hacer. Pero es que la cosa no parece que mejore. Si un día parece que se avanza un paso hacia la recuperación, al día siguiente parece que se ha retrocedido dos.

      Eliminar
    2. Yo estuve barajando Chile e incluso Lituania, pero la idea de irme a un pais que en general está menos desarrollado que el nuestro (aunque sea discutible esto, sobre todo con Chile) me provoca la duda de saber si es un buen futuro para mis hijos ser dentro de 10 años o así unos chicos chilenos o lituanos, casi prefiero estar puteado en Zurich pero que ellos el dia de mañana sean Suizos, que brasileños por ejemplo. No es racismo o algo así , pero o mucho cambian las cosas o se seguirá viviendo mejor en Europa central en general que en otros países , por lo menos a 10/15 años, creo.
      Bueno no te doy mas la chapa, perdona el desahogo.

      Eliminar
  3. Entonces iros, creo yo, mi auto-plazo se acabó anteayer concretamente, pero en realidad tampoco se que hacer, notengo facil escapar...así que aguantaré

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nosotros, de momento, tampoco lo tenemos fácil. Dejaríamos muchas cosas atrás y puede que sólo para una mejoría momentánea. Aún estamos dudando.

      Eliminar
  4. ¿Habéis mirado Estados Unidos?
    En todo caso, si decidís marcharos, os aconsejo que vayáis con la idea de estar, por lo menos, cuatro años en el lugar donde vayáis. Se necesita tiempo para acostumbrarse a vivir en otro país, a estar lejos de la familia y los amigos. Esa es mi experiencia y la de otras personas que conozco. En todo caso, lo importante es ser feliz, y se puede ser feliz en cualquier parte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mandamos algunos currículos a EEUU, pero en todos nos exigían un alto grado de conocimiento del idioma (mi marido lo tiene, pero yo no).

      Aseguran que la crisis, al menos para la construcción y los menos pesimistas, terminará en 2018. Aunque supongo que si nos vamos y nos establecemos, a no ser que nos echen a patadas, será para no volver.

      Eliminar
  5. Es muy trisrte que os tengáis que ir... pero también puede ser un revulsivo que os motive. Miradlo así y que tengáis acierto en vuestras decisioens.

    Un abrazo,

    AG

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es triste lo que están haciendo con este país y que nos obliguen a irnos. A mi marido le va a costar más que a mí la decisión de irnos, si finalmente lo hacemos. Se ha tirado casi toda la vida vivienda en el mismo barrio, rodeado de las misma personas. A mí me dará pena alejarme de mi familia, pero me gusta conocer lugares nuevo, y como se conocen realmente es viviendo en ellos durante algún tiempo.

      Eliminar