lunes, 14 de octubre de 2013

El estigma de los que ya no tienen

Me gusta escuchar las conversaciones de mi cuñada y sobrina cuando piensa que nadie las oyen. Mientras subían en el ascensor, la niña regañaba a la madre por hacer los deberes delante de la televisión (se está sacando el bachillerato porque sólo tiene el equivalente a FP). Llegaron a media mañana después de haber escapado del dentista (pretendían sacarle a la madre la muela del juicio). Traían pastel y regalos: se habían acordado de mi cumpleaños. 

Inevitable preguntarles cómo les van las clases. Mi cuñada está muy contenta: es la lista de la clase (a mi sobrina se le escapa una risilla sarcástica). A la niña también le va bien, pero está enfadada con uno de los profesores, con el de gimnasia. Hace unos días regañó a un alumno por ir con zapatos de calle a clase de educación física; a la semana siguiente llevó unas zapatillas tipo Vans y el profesor igualmente se enfadó. Mi sobrina está enfurruñada porque el profesor no fue capaz de llegar a la conclusión más evidente: los padres no tienen dinero para comprarle unas zapatillas de deporte al niño. 

Cuando se van, tres horas después de su llegada, me percato de lo vacía que está siempre la casa. Dejan mucho silencio y un trozo enorme de tarta. Este año ha sido un cumpleaños algo mohíno. Lo único que me hubiera gustado recibir: la vuelta de Guille, se ha pospuesto una semana más. 

Para deshacerme de la repentina tristeza, salí  a comprarme un autorregalo. Buscaba el libro de Antonio Muñoz Molina sobre el río Hudson, pero al parecer aún no está publicado. Me conformé con Secretos a Voces, de Alice Munro, de quien aún no he leído nada. ¿Quién sabe? a lo mejor es como abrir una caja de sorpresas.

2 comentarios:

  1. Yo he empezado Dear Life, de Alice Munro, era el único que tenían de ella en la biblioteca. Es el primero de ella que leo. Terminé el otro día Winter Journal, de Paul Auster, me ha gustado muchísimo.
    Felicidades por tu cumpleaños (ah, claro, ahora caigo, es el mismo día que el de mi nieto, se me había olvidado, el 9 de octubre, ¿verdad?).

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    1. Muchas gracias. Efectivamente: el día 9 ¡Qué casualidad! Aunque a efectos legales, es el día 14 (mi tío Pere que fue a apuntarme en el registro después de una juerga tremenda y no recordaba en qué día había nacido).

      Así, visto por encima, el libro de Munro parece de una escritura muy sencilla, casi infantil.

      Diario de Invierno aún no lo he leído. Paul Auster es uno de los escritores que me gustan bastante (casi todo lo que escribe).

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