domingo, 20 de julio de 2014

Solo ante el peligro

Poco a poco vuelvo a la normalidad. Sólo ha sido una semana de ausencia, pero salir de la monotonía, conocer lugares nuevos, viajar, dilata el tiempo y lo evapora a la vez. Da la sensación que han ocurrido montones de cosas en sólo cinco minutos. Incluso han ocurrido cosas en la Granada que dejé y que suele paralizarse en verano. Ya ha cerrado de forma definitiva la carnicería de la calle Mulhacén, y el bar que estaba junto a La Blanca Paloma. Un  grillo nos ameniza con su canto las primeras horas de la noche, escondido en algún arbusto del jardincillo que tengo bajo la azotea. En esta ciudad sólo ocurren cosas pequeñas, creo que por eso me gusta vivir aquí (aunque para los afectados cerrar un negocio debe ser una gran tragedia). 

Pero a nivel nacional, parece que muchos asuntos se han estancado. Basta abrir un periódico para ver imágenes que ya ilustraban alguna noticia hace meses. Como la fotografía del teniente Luis Gonzalo Segura. Decir la verdad le ha hecho merecer dos meses de reclusión. Y la injusticia y la rabia lo han obligado a ponerse en huelga de hambre. Supongo que el miedo de sus guardianes, más que el peligro real del teniente, han impuesto el traslado del oficial a un hospital militar (creía que ya no existían). ¿Qué ocurriría si la huelga de hambre llega a sus últimas consecuencias?


Foto robada a El País digital

Supongo que muchos de los que ahora callan por indiferencia, o porque en la actualidad existen demasiados frentes (Gaza, Podemos, Ucrania...) para preocuparse de minucias (la injusticia en el sector militar), comenzarían a gritar. Comprendo que sus compañeros del cuerpo callen (¿quién besa la mano que le quita la comida, o privilegios?). Pero, ¿y sus compañeros escritores? ¿Por qué callan ante la evidencia de un castigo injusto?

21 comentarios:

  1. Lamentable caso. Tampoco yo sabía que aún existían los hospitales militares. Me dijeron que ya no está el de Marina en San Fernando y, desde luego, no está en uso militar el que lo era de Sevilla.
    Pues no se, atravesaré unos días de vena poética (Mientras no sea de la otra), leyendo lo del grillo ahora me trae a la memoria a Garcia Lorca:
    ... Se apagaron las farolas y se encendieron los grillos.
    En metáforas era insuperable.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En Granada y Málaga también han desaparecido los hospitales militares. Han ido quitándole poco a poco privilegios a los militares. Cuando mis hermanos eran pequeños, podían comprar en los famosos economatos: marcas blancas con el logotipo del ejército del aire y, por supuesto, mucho más barato que cualquier supermercado normal. Cuando yo era pequeña, aún quedaban algunas farmacias militares; y los militares vivían con sus familias en pabellones (bloques de edificios, en realidad). Espero que, al menos, les sigan proporcionando la ropa.

      Bonita imagen del grillo cantando cuando se apagan las farolas (aunque si hay que sufrir al maldito bicho durante horas, pierde toda la poesía).

      ¿Existirá alguna imagen poética para un niño tocando el trombón a la hora de la siesta? (Es lo que estoy sufriendo en este momento).

      Eliminar
    2. Veo que no te han gustado mis comentarios. Lo malo de internet es que todo suena muy seco y contundente y al no verse las caras ni escucharse el tono de voz parece que el debate se hace más agrio. Si me quieres interpretar correctamente sacarás la conclusión de que solo pretendo expresar mi aversión a las manipulaciones demagógicas y a los clichés prefabricados que tanto daño nos están haciendo. Creo que es difícil encontrar un país más desunido que el nuestro ante cualquier situación. Y eso es una noticia muy mala porque los demonios circulan a sus anchas por nuestro interior envenenándonos.
      En cualquier caso si te ha incomodado mi opinión me lo dices con toda tranquilidad y se terminan las polémicas. Me cuesta trabajo aceptar que el debate y el intercambio de argumentos origine antipatías, siempre que se expresen con corrección y respeto, pero el camino de ida también puede ser el de vuelta sin hacer el menor ruido.

      Eliminar
    3. Internet es pérfido.

      Perdona, había comenzado leyendo desde arriba y respondiendo a don Manuel, en el momento que me llamaron para que bajara a comer. También había respondido a tu primer comentario, pero con las prisas (se llena de inmediato el bar de abajo porque sus menús son muy baratos y cocinan muy bien), se me olvidó darle al Publicar.

      No estoy capacidad para reprochar ni despreciar la opinión ajena. Y si son diferentes a la mía o enfocadas desde otra perspectiva, son más interesantes y dan para pensar (qué aburrido sería que todos pensáramos igual).


      Compagino el blog con las llamadas a clientes, algún final de obras y los quehaceres caseros. Si tardo en responder, no es que me haya enfadado (eso nunca ocurriría por la opinión de alguien) es que no me ha dado tiempo. Mil perdones por tardar en hacerlo (en responder tus comentarios).

      Eliminar
    4. Después de la insólita experiencia en el otro lugar había empezado a pensar en que mi opinión repele cuando no resulta coincidente. Allí ya había expresado - aunque no lo quisieron entender - que criticar o discrepar no tiene por qué entenderse en clave de hostilidad ni mucho menos negatividad. Quiero decir que censurar a la izquierda actual no debe entenderse en modo alguno como torpedear emboscado desde la derecha. Yo, con todas mis carencias, procuro mantener un criterio independiente y situarme al margen de la manipulación, sobre todo de la mediático-política. Si me conocieras verías cómo no discrimino al mostrar mis acuerdos ni tampoco mis desacuerdos: procuro no dejarme contaminar por el maniqueísmo y practicar la iconoclasia e incluso el eclecticismo, pues de todo se saca utilidad y la verdad absoluta no existe.
      En cuanto al teniente, supongo que todo lo que fue descubriendo le revolvía las tripas. Lo que no se entiende es por qué en vez de abandonar la pocilga permaneció en ella escribiendo la novela-denuncia, novela que, por cierto, y si no he leído mal, ha alcanzado unas ventas de 10.000 ejemplares, cifra que, incluso a su mitad y hasta su tercera parte, quisieran para si cualquiera de nuestros grandes escritores.
      Mezclo todo esto ("me repugna lo que veo pero sigo", "escribo y me va estupendamente", "huelga de hambre heroica que luego rentabilizaré en entrevistas televisivas") y no me gusta el cóctel. Me recuerda a esas empleadas de hogar que, de repente, no soportan a los dueños de la casa donde trabajan, y deciden airear las intimidades domésticas en cualquier canal canalla que pague bien.
      Y no tenes necesidad de dar explicaciones, aunque se las agradezco a tu buena educación.

      Eliminar
    5. Hay un dicho irlandés que dice: Si te gustan las rosas, debes aceptar sus espinas. No todo lo que existe en el ejército es negativo (mi padre era militar y pasé casi toda la infancia en destacamentos y bases militares). Muchos oficiales, sobre todo los que ya son de bastante edad, piensan que el ejercito es su casa y que pueden hacer los que les venga en gana.

      Sin duda, sin todo el jaleo formado por los militares, el libro de este teniente no habría tenido ni una décima parte del éxito que ha cosechado. Seguro que estos dos meses de calabozo le van a ser muy rentables.

      Eliminar
    6. Exacto. La segunda parte consistiría en investigar si absolutamente todo lo que denuncia es constatable o se dejó guiar por la exageración y hasta la mentira para darle más sensacionalismo al libro. Mmmmmm

      Eliminar
    7. Hay que tener en cuenta que el libro originalmente era puramente de ficción, y sin duda el teniente habrá cambiado algunos hechos. Pero lo más grueso, eso de pasar dinero destinado al alimento de la tropa a los bolsillos privados -directamente- o al confort de los oficiales, es algo que estoy segura que es verdad porque ya ocurría hace años, cuando mi padre vivía, y no creo que haya modificado esa práctica.

      Eliminar
  2. Consideraciones al respecto:
    - A mí no me gusta opinar sin conocimiento de causa y lo que aparece en la prensa, sobre todo en determinados temas, lo pongo en cuarentena porque ya sabemos todos lo que vende.
    - La crítica al ejército suele ser superficial y se incurre con facilidad en su descalificación aplicando los baremos civiles, desconsiderando que los militares, para bien o para mal, tienen los suyos propios. Creen en la disciplina y ese convencimiento les infunde otro concepto de justicia tan discutible como el de los que lo criticamos. Su mundo corre paralelo al nuestro.
    - El antibelicismo es lógico pero es muy peligroso caer en el maniqueísmo. Sin ir más lejos me hago la siguiente pregunta, muy pertinente en estos días de sangre en Oriente Medio. ¿Serían menos feroces e inhumanos los palestinos de tener ellos la fuerza con que los machaca Israel? Sinceramente, no lo creo. Digamos que los buenos lo son porque no pueden ser malos. De tener fuerza no les temblaría el pulso si pudieran exterminar asta el último de los judíos. Reconocer este extremo es importante.
    - Quien entra en un club debe informarse bien de sus reglas antes de estampar su firma de aceptación. Lo que no se puede es decir sí a todo y una vez dentro decir no a lo que me desagrada. El ejército no deja de ser un club.
    - Quien desde dentro de un partido o sindicato intenta dinamitar, aunque solo sea haciendo una crítica ideológica, es expedientado o incluso expulsado y a nadie nos extraña. Seamos, por tanto, un poco menos subjetivos, sin satanizar a los oficialmente perversos.
    Dicho esto, ninguno sabemos de "esta guerra" más que lo que nos cuentan los otros poderes (no menos peligrosos) mediáticos, siempre al acecho de ofrecer el mejor caramelo a sus lectores para que sigan consumiendo el producto de la casa.
    Tal vez se llegue a saber el fondo auténtico de lo ocurrido y entonces podremos enjuiciar y exigir responsabilidades para desagraviar al teniente. No antes. Lo esperable es se le haya tratado con arbitrariedad pero menos de lo que unos y otros nos cuentan. Mi postura personal después de la lentitud inhumana de las potencias democráticas para detener la masacre en los Balcanes, unido al conflicto iraquí, que tantas lágrimas derramó, mientras los ciento sesenta mil muertos en Siria no conmueven a occidente lo más mínimo, me ha hecho poner un filtro a tanta retórica que nos confunde a diario.
    - Propondría a los acusadores de la prensa que limpien sus páginas de la repugnante pornografía que tan suculentas ganancias les reporta. Simplemente esta actitud hipócrita que publicita el mercadeo de las mujeres me preocupa mucho más que el incidente militar en cuestión. Pero, y lo digo una vez más, han educado a su antojo hasta nuestra sensibilidad y no vemos tan mal lo que debería horrorizarnos por ser, en cierto modo, responsables indirectos del tráfico indecente de cuerpos con amo y señor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que los escritores soléis utilizar para vuestras novelas temas que conocéis bien. Este hombre es militar, y su novela trata sobre la vida militar. El personaje de su novela tiene unas ideas y se enfrenta ante unos hechos que, al parecer, han resultado ser más reales que ficción.

      Al teniente lo han metido en el calabozo por las opiniones de su personaje de ficción. Es como si tú (o cualquier otro escritor) inventarais un personaje neonazi con sus opiniones racistas, y pretendieran juzgarte a ti por lo que sale de la boca de ese personaje inventado.

      Por otra parte, están los hechos que ha revelado en la novela. Si son falsos, ¿por qué se molestan? Si son reales, ¿por qué no los investigan?

      No creo que nadie deba aceptar una injusticia, y menos aún que deba ser castigado por ella. Vivimos, supuestamente, en una democracia y no es comprensible que ante un posible delito -malversación de fondos públicos- el único castigado sea quien pretende poner un poco de justicia.

      Eliminar
  3. Un conocido escritor sudamericano cuyo nombre debo ocultar dijo más o menos. "Soy enemigo acérrimo de lo políticamente correcto porque nací hombre, no cordero mansurrón".
    Y creo que tiene razón porque la mayoría de nuestros cerebros (me estoy incluyendo) han renunciado a tener opinión propia para seguir la senda que cuatro mentes lúcidas nos marcan. Tenemos miedo de decir: "No permito que mi criterio esté anestesiado por los dictados políticos". En cierto modo nos creemos rebeldes pero nos mantienen perfectamente encerrados en el redil que nos han asignado. Pataleamos, damos unas carreritas, pero la libertad está ahí afuera, tras la valla que no podemos traspasar.
    Repito para evitar suspicacias, en esta crítica me he incluido desde el principio, aunque estoy orgulloso de al menos saber que mi libertad es un pequeño bocadillo que mis carceleros me entregan magnánimos a media tarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre me ha confundido bastante el término políticamente correcto. No sé si se refiere a no aceptar las normas democráticas o a rechazar los convencionalismos sociales. Lo segundo me parece bien, siempre que no se llegue a extremos molestos (soltar todo lo que se piensa, resulta perjudicial, más para una misma, que para terceros). Si es lo primero, no creo que aceptar las normas democráticas sea de borregos. Ya sabes: Mi libertad empieza donde termina la de los demás

      Eliminar
    2. Lo políticamente correcto es una especie de catecismo invisible que algunos imponen férreamente bajo la amenaza de descalificar a quienes lo incumplen, como fascistas y asesinos. La pinza está puesta constantemente. Creo que no debe aceptarse ese sentimiento monopolizador de la democracia un tanto chulángano: O estás conmigo o contra mí. Allá tú.
      Antes las situaciones puede haber diferentes percepciones, todas ellas legítimas sin que nadie tenga derecho a afearlas. Pero se pretende fijar unos carriles y el trayecto completo....

      Eliminar
  4. Me intento informar y llego incluso a conocer la opinión de algunos escritores y periodistas. Bien, metámoslos dentro de la cancha y preguntémosles. ¿Se atrevería alguno de ellos a escribir una novela para utilizarla de plataforma hostil contra la editorial que lo contrata? ¿Haría también eso un periodista hacia su director, poniendo de manifiesto la corrupción y el favoritismo que ve en los despachos? Esta retórica de que escribo pero no lo digo yo, sino mis personajes es cuando menos cuestionable. Me recuerda a aquel diálogo de una serie de televisión. "Señor Juan, señor Juan, no comprendo que con lo buena persona que es usted diga la gente que es un hijoputa".

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si un escritor hiciera eso: poner a parir a la editorial que lo edita, basándose en hechos reales, y lo despidieran (ellos no tienen la capacidad de meterlo en el calabozo), habría un juicio por despido improcedente. No creo que sea delito el favoritismo de unos escritores sobre otros (supongo que todo dependerá del beneficio que saquen de ellos). Pero las editoriales son privadas.

      El ejército se sostiene con parte de mis impuestos. Si un grupito de oficiales desvían dinero del alimento de la tropa para instalarse una sauna, y encima meten en el calabozo a quien ha tenido la responsabilidad (o falta de perspicacia) de darlo a conocer, creo que tengo la obligación de enfadarme por la injusticia que aún existe en un sector de nuestra sociedad.

      Eliminar
    2. Estoy totalmente de acuerdo con tu último párrafo. Lo que ya me parece menos ético es que el acusador se lucre con la denuncia. Además tengo entendido que hubo bastantes excesos por su parte en la crítica, excesos innecesarios cuando lo que se airea descalifica de inmediato al denunciado.
      Respecto al primer párrafo veo que no me expresé bien. Quería decir que a ningún autor que publica en una editorial cualquiera (no un empleado interno) se le ocurre escribir una novela para poner en boca de sus protagonistas los trapos sucios de esa editorial. Lo que haría sería escapar a toda prisa y buscar otra. Y luego airear o callar.

      Eliminar
    3. Y hablando de dedos acusadores, acabo de encontrar esta noticia que viene bastante a cuento:

      http://ecodiario.eleconomista.es/politica/noticias/5958296/07/14/Pablo-Iglesias-no-ha-donado-todavia-el-dinero-prometido-a-una-productora.html#.Kku8LbrgG74Fy45


      Eliminar
    4. Llevo un tiempo queriendo escribir una entrada sobre Pablo Iglesias. Es un caso curioso, sobre todo por los temores y animadversión que le tienen la mayoría de políticos encumbrados (tanto de la izquierda como de la derecha como del supuesto centro). Este hombre parece que va a conseguir hacer correr ríos de tinta.

      Eliminar
  5. Veo muy animado este "foro". Yo sigo con lo del grillo. Sí, ese bicho cantando constantemente toda una noche, resulta un incordio, pero para los enamorados que cruzan los límites de la población, "pasando las zarzamoras los juncos y los espinos", debía sonarles a música celestial. Luego se entera el "andoba" que era una casada infiel y solo le regala un costurero (creo que pasó algo mas), eso sí: grande, de raso pajizo...
    Como decía, para mi, a García Lorca nadie lo igualó en inventiva metafórica.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, el intercambio está siendo civilizado y divertido, como no podía ser de otra forma entre colegas educados. Pero BK está ocupada y yo tengo también algunas cosas pendientes. Volveremos más tarde. Y, como decían en los cuentos de Bruguera: "No os perdáis el próximo episodio titulado......"

      Eliminar
    2. El pobre grillo, me temo, ha pasado a mejor (o peor) vida. Llevo dos días sin escucharlo cantar. Temía que volviera Guille y el grillo continuara por aquí porque a Guille le molestan mucho los ruidos exteriores. Pero ahora me da pena no escucharlo cuando se apagaban las farolas.

      Eliminar