jueves, 12 de diciembre de 2013

Hablemos del tiempo

En la casa de mi madre, desde la muerte de mi padre, nunca se ha celebrado la Navidad. Los primeros mantecados y turrones que probé (hasta los 8 años no me gustaban los dulces), fueron de estraperlo. Los compraba mi hermano mayor a escondidas de mi madre y nos atiborrábamos cuando ella no estaba presente. No era una exageración. Sufría ataques de ansiedad por cualquier razón. Lo que sí comenzamos a celebrar cuando mis hermanos se marcharon cada uno por su lado (yo seguía en el instituto primero, y luego en la universidad) fue El Fin de Semana del Ajopollo. No recuerdo quién lo bautizó así. La razón, sí: mi madre siempre nos preparaba patatas al ajopollo en algún momento de esos días en los que nos reuníamos todos mis hermanos y nuestras parejas en su casa. Luego mi hermano menor se marchó a vivir a Londres, yo a Barcelona, y esa celebración pasó al olvido; pero este año las circunstancias nos permite volver a la tradición.

Esta mañana la pasé con dos de mis hermanos (necesitaban unos dibujos). Mientras nos tomábamos un bocadillo en la terraza, salió a colación los temas tabús para este fin de semana. Según cada uno de nosotros, no se podrá hablar:

- Mi madre. Tema tabú, mi padre. No puede hablar de él aún.
- Mi hermano mayor: No soporta el cutre-corazón (Belén Esteban y personajillos semejantes).
- Su novia actual: nada que sea escatológico. Al parecer, tiene un estómago muy sensible.
- Mi hermano mediano: el fútbol. Termina enfadándose porque no comprende cómo la gente puede gastarse tantos millones en un juego que él considera aburrido y ridículo.
- Su esposa: de la crisis. Es capaz de llorar como una magdalena al saber que cualquier conocido no tiene ni para comer.
- Mi sobrina: de la anorexia. Porque, por ser adolescente flacucha, todos parecen pensar que la sufre y la atiborran a comida.. 
- Mi hermano pequeño: de la muerte. Se pone de mala leche. 
- Su pareja: De cualquier enfermedad. Es hipocondríaca.
- Guille: no vendrá. Es el único que no tiene tema de conversación tabú.
- Yo: de política. Parte de mi familia tiende  a la derecha y no llego a comprender cómo pueden defender a un tipo como Rajoy cuando lo está haciendo tan mal.

¿De qué hablamos?... El cielo está ligeramente cubierto con nubes blancas muy altas, aborregadas...


8 comentarios:

  1. Mamá solía decir (no sé si aún lo dirá): Yo no entiendo de política, ni de futbol, menos de historia, lo que sí sé, y todo el mundo sabe es de comida, hablemos de eso!!!... aunque no sé si podría traer a colación lo de tu sobrina. Y que hay sobre cuentos de terror? sólo es una recomendación personal, muy muy personal, ya que ambos temas provienen de familia.

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    1. Al final hablamos de todo un poco, incluida la comida. Y, curiosa la coincidencia, también de cuentos de terror: de los que nos contaba mi abuela. Aunque cuando ella los contaba, yo nos consideraba de miedo, no me asustaban. Mi madre considera que no eran los más apropiados para contarle a una niña. Rayos que caían en mitad de las noches de verano y mataban a una familia completa, perros rabiosos que mordían a una recién casada e infectaba al amante y al marido, hijos esquizofrénicos que intentaban operar a la madre enferma... eran historias muy divertidas.

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  2. Me apuesto el cuello a que, habléis de lo que habléis, al final acabaréis hablando de todos los temas tabú. Ya contarás.

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    1. ¡Bingo!!! Sí, terminamos hablando de todo. Cuanto más tabú parecía el tema, más de lleno nos tirábamos de cabeza en él. Exceptuando tema padre, de quien hablamos, pero cuando mi madre no estaba presente. Incluso se trató de temas escatológicos. Lo más curioso es que mi cuñada, la efímera, trabaja como analista en un laboratorio médico.

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  3. La verdad que se presenta un complicado tema de coloquio con tal diversidad de pareceres. Pero se me ocurre uno muy entretenido y relacionado con las ciencias y las artes, incluida la Astronomía: La Mitología greco-judeo-latina. Se aprende mucho, es muy divertido y se se quiere no se llega a confrontación alguna, dejando al margen la virginidad de la Virgen María y el misterio de la Santísima Trinidad. Después surge un placentero sueño y al día siguiente: ¡Navidad!.
    Me ha sorprendido mucho la mención a "estas alturas" de la palabra "estraperlo". Algo tuvo que ver con ella un hijo de Alejandro Lerroux, dos austriacos y un truculento juego de ruleta. La escuchaba, casi ya en desuso, cuando era muy niño, para referirse a la adquisición en el "mercado negro" de productos, básicamente alimenticios.
    ¡Que se diviertan, es lo importante!
    P.D. Tampoco me son de gusto los temas escatologicos. También debo tener un estomago delicado.

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    1. La palabreja estraperlo era una coña que se inventó mi hermano para hacernos comprender que los dulces navideños debían permanecer ocultos a la vista de mi madre. Creo que la sacó de algunos de los libros de las posguerra española que leía por aquel tiempo (ahora sólo lee libros de robótica y mecánica).

      He buscado en la Wikipedia el tema de Alejandro Lerroux. Curioso el origen de algunas palabras (ésta entre ellas).

      Muchas gracias. No lo pasamos muy bien.

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  4. Toda familia es un universo, pero en algún caso, se trata de universo complicado y desde luego, divertido.
    Moda, el último CD que haya comprado el/la más musical de la familia, el desarrollo del pueblo/ciudad, los hjos de aquel vecino tan simpático, todos ausentes desde..., los planes para primavera, macetas y plantas de jardín/interior...
    Si no hablási, entre tenedor y tenedor de ajopollo, es porque no os gusta.

    Un abrazo,

    AG

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    1. También hablamos de moda -imposible no hacerlo con mi sobrinilla, que nos ha salido extrañamente pija (lo de extraño, porque no hay ningún otro miembro de la familia que lo sea). Y de plantas: la hierbabuena que planta mi madre le crece con tanta lozanía (palabra que utiliza ella) que parece arbustos. Hasta hablamos de tu blog. Le aconsejé a mi hermano que leyera la entrada de los aljibes en Granada.

      Un saludo

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