lunes, 9 de diciembre de 2013

Como el agua

Para muchos hace bastante que se dieron cuenta que la justicia no es igual para todos, pero para mí, en los últimos tiempos es cuando se ha convertido en una evidencia cristalina. Aunque es ridículo que haya tardado tanto en comprender lo que nadie se molesta en ocultar.

Hace algunos años, cuando mis hermanos, mi madre y yo aún vivíamos bajo el mismo techo, detuvieron a mi hermano mayor acusado de violación. Mandaron una citación a su trabajo informándole que estaba en búsqueda y captura (se quedó alucinado). Se presentó en una comisaría de policía y lo detuvieron directamente. Estuvo retenido desde el viernes por la tarde al lunes al mediodía. Fue muy complicado mantener oculto a mi madre lo que ocurría (mal cóctel la hipertensión y la depresión nerviosa ). Dos días y medio completos con dos noches en una habitación sin poder cambiarse de ropa ni asearse ni tener un mínimo de intimidad y sin apenas comer porque siempre ha sido muy quisquilloso con la comida y le repugnaba la que le proporcionaron. El sábado por la mañana, gracias a la mujer de la denuncia, pudieron deshacer el error: algún lumbreras había trastocado en la denuncia el nombre, dirección y DNI del violador por el del mi hermano, que sólo la había llevado al hospital. A pesar de quedar aclarado el tema al principio del fin de semana, hasta el lunes al mediodía no lo soltaron porque tenía que hacerlo un juez y al parecer no trabajaban en festivos (no sé si la situación ha cambiado).

Ayer venía de Motril en microbús. Había acompañado a mi sobrina a una exhibición de monta de caballos. Ella iba a su bola, con sus amigas, hablando. Me entretuve con una revista vieja de las muchas que había en los portaequipajes. En uno de los artículos (era de mecánica) hablaba de un accidente ocurrido en 1.998 en los Alpes italianos. Un avión rompió el cable de un funicular, provocando 20 muertos. El artículo detallaba minuciosamente lo ocurrido. El avión volaba demasiado bajo. Los pilotos lo achacaron al mal funcionamiento del altímetro (estaba a menos de 150 metros del suelo -a esa altura no hace falta ser un lumbreras ni tener vista de pájaro para saber que es excesivamente bajo, que, como mínimo, a esa altura, pueden producir rotura de cristales). El artículo sólo proporcionaba datos estrictos. La altura en cada momento del vuelo con una gráfica: un descenso regular a la aproximación del teleférico y un ascenso, algo más brusco, pero también regular, después de pasarlo. Blanco y en botella (y no es horchata). Los cabritos de los pilotos habían intentado pasar bajo el cable del teleférico, sin conseguirlo, seccionándolo. Como resultado: veinte muertos por los que nadie pagó. Sólo uno de los pilotos cumplió seis meses de cárcel por entorpecer a la justicia (quemó una cinta de vídeo que habían grabado durante el vuelo).



Una de las abogadas defensoras con las que hemos trabajado últimamente suele decir: En los tribunales no vence la verdad; los que ganan en los tribunales, imponen su verdad. Después de leer un día tras otro en los periódicos lo que ocurre con la doble contabilidad del PP y la no imputación de la Infanta Cristina en el caso Noós, me temo que esa abogada tiene tiene toda la razón. 

2 comentarios:

  1. .
    Suponer la existencia de la Justicia es como suponer la existencia de Dios, un cuento chino con la estructura narrativa del día de los Reyes Magos.
    Soliviantante la historia de tu hermano.
    Saludos.

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    1. Nunca creí en el Ratoncito Pérez (y eso que siempre me dejaba monedas -alguien debería hacer un estudio de lo espeluznante de que un ratón se cuele bajo las almohadas de los niños-), ni en los Reyes Magos ni en Papá Noel. Y en Dios sólo creí hasta los seis años (es posible que antes tampoco creyera en él, pero tenía el coco comido por las monjas). Así que toda mi fé se concentró en creer en la justicia (¡ingenua era!!!). Menos mal que la candidez se suele curar con el paso del tiempo.

      La historia de mi hermano encorajina bastante, sobre todo por la impotencia que se siente al no poder hacer nada. Fue como un secuestro legal.

      Saludos

      :-)

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