martes, 11 de septiembre de 2012

Solos ante el peligro

Mis pies son un asco. Son así de nacimiento. El dedo pequeñito es más grande que el anterior a él y el que equivaldría al índice en las manos, más largo que el gordo (unos pies nada sensuales). También están llenos de durezas como consecuencia de caminar y correr más de 40 kilómetros a la semana. Durante un tiempo intenté cuidármelos. Utilizar sólo calzado comprado en ortopedias (me lo aconsejó mi primo podólogo); pero únicamente conseguí gastarme un dineral en calzado y llevar zapatos salidos de la imaginación de quien odia la belleza (seguro que es una enfermedad mental muy común -se lo tengo que preguntar a mi tío Fermín-).

Los pequeños o grandes incidentes ocurren a mi alrededor y suelen rozarme como mucho, sin darme de lleno. El primer año que viví en Barcelona hubo un brote de salmonelosis debido al aire acondicionado de un edificio de oficinas. Por fortuna, todos los infectados, más de diez, se recuperaron. Cuando mi madre llamaba preocupada por las noticias que escuchaba en la tv, yo le aseguraba que Barcelona era muy grande y que eso ocurría en el otro extremo de la ciudad, cuando en realidad mi vecino del apartamento de arriba y el de abajo, estaban enfermos. Durante el primer año de la carrera, unos amigos salieron de juerga un fin de semana. Yo me excusé de ir con ellos en el último momento. Iban cinco, dos  se metieron en una pelea y los detuvieron a todos. El fin de semana perdido en un calabozo de la policía y todos los padres al borde de un ataque de nervios (pueden hacerlo, te pueden retener con una causa aparente remota y luego soltarte sin pedirte perdón si quiera)...

Hace pocas semanas Mercadona retiró una serie de productos de su marca blanca (Deliplus). Al parecer mezclaron dos sustancias que juntas, son cancerígenas. Yo utilizaba mucho la crema antisequedad para los pies.  Aseguran que los productos no son dañinos, que la cantidad de esas sustancias, son mínimas.  Pero, preguntas:

  1. Si no son dañinas, ¿por qué las retiran? El gasto ha debido de ser bárbaro. Sólo a mí me han devuelto más de cinco euros -los aproveché para ir a Aromas -tienda de cosmética que está en la misma acera que Mercadona, y comprar un body milk de la marca Nivea porque ya no me fiaba de las marcas blancas de los supermercados-. 
  2. ¿A qué llaman cantidad mínima? ¿Es acumulativa? Por que yo he utilizado durante, como poco, cuatro años la crema para hidratar los pies, todos los días. Algunos, dos o tres veces. 
  3. ¿Y si nos ocurre algo a los consumidores?¿Cómo demostrar que ellos son los culpables? En el ambiente hay cientos de productos cancerígenos. Por eso debemos evitar estar en contacto con más, porque así aumentamos la probabilidad de enfermar. 
  4. Y, la más importante: ¿Los productos no pasan un sistema de seguridad y calidad antes de ser puestos en el mercado? ¿Cómo han podido tardar tanto en descubrir el error? ¿Estas empresas tan importante no tienen personal especializado que impida semejantes meteduras de pata? 
Si el ministerio de Sanidad  no nos protege, ¿quién lo hace? Puede que sea como dice mi madre: "No ocurren más cosas porque Dios no quiere"

6 comentarios:

  1. Hace pocos días descubrí el blog de José Manuel López Nicolás. Es profesor titular del Departamento de Bioquímica y Biología molecular en la Universidad de Murcia. Escribió esta entrada sobre las cremas de Mercadona:

    http://scientia1.wordpress.com/2012/09/06/la-surrealista-relacion-entre-las-cremas-del-mercadona-y-mi-famosa-barbacoa-veraniega/

    Puede que responda a alguna de tus preguntas.

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  2. Muchas gracias por el enlace. Es un blog muy divertido (y para ser un profesor universitario, se explica muy bien). Me ha aclarado bastantes puntos, pero me parece que su perspectiva es muy aséptica (existen decenas de formas por las que la crema puede entrar en el interior del cuerpo: desde la llaga que se produce por el roce de un zapato al bebé que tienes en brazos y, en un descuido, te mordisquea el hombro)

    Esta entrada la escribí porque me parecía que la noticia de las cremas había pasado con bastante indiferencia por los medios. Después de leer el comentario del profesor, me doy cuenta que simplemente yo estaba bastante despegada de todas las noticias (culpa de la pereza de las vacaciones).

    Una cosa que me ha tranquilizado bastante, es leer en uno de los comentarios que hacen los co-globeros a la entrada del profesor, que el error en la composición de las cremas se ha tardado tanto en descubrir porque de los dos compuestos dañinos si se mezclan, en las etiquetas no aparecía uno de ellos. Siempre he confiado más en los "científicos locos" que van por ahí con su contador geiger descubriendo radiactividad en los residuos de un contenedor de un hospital, que en la propia Administración del Estado. Me explico: me extrañaba que ninguna persona en estos, por lo menos, cuatro años, al leer la etiqueta, no hubiera hecho saltar la liebre.

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  3. Pues vaya alegría que acabo de llevarme. Yo también tengo lo que sería el dedo índice del pie más largo que el "gordo". Me he enterado que a esa particularidad se le denomina PIE EGIPCIO. Seguro que yo soy descendiente directo de Ranses II.

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  4. Perdon, por la investigación que he realizado me doy cuenta que he cometido un error. El pie con el segundo dedo más largo que el "gordo" es el llamado PIE GRIEGO, el egipcio es el más comun.
    A mi me da igual, pues ahora, en vez de descender directamente de Ramses II, desciendo de Alejandro Magno.

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    1. Menos mal, pobre egipcios, bastante tienen con sus gatos ( http://www.taringa.net/posts/mascotas/2054182/gatos-egipcios.html ). Al menos se han librado del pie tan anti estético (no sabía que era tan común -un alivio, ya no me siento un bicho raro-). Todos los días se aprende algo nuevo.

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  5. Sigue siendo el pie más raro:
    Pie egipcio, a sea, del "gordo" decreciendo hasta el "chico" el 60%, le sigue el pie "cuadrado", 25% y los que todos los dedos estan al mismo nivel ¡que feos! y por último, los nuestros: EL PIE GRIEGO, cuando el del lado del "gordo" es el más largo. Un 15%. ¡Pues mejor, somos especiales!

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