miércoles, 1 de junio de 2011

Indignada con los Indignados


Nos habíamos ilusionado tanto con este puñado de locos, que ahora la caída parece comenzar a ser dolorosa (aunque puede que todo haya sido simplemente una ilusión).

"No nos moverán" dice una canción antigua de protesta. Pero, ¿tenemos derecho a la inmovilidad si estamos coartando la libertad de terceros? Al principio pensaba que las quejas de los comerciantes de la zona de la Plaza del Carmen sólo era una excusa cobarde del Ayuntamiento para librarse de la "mosca cojonera" en la que yo esperaba se convirtieran los acampados. No sé qué es en realidad. Pero, ante la duda, por qué no ponerle remedio? No es necesario empecinarse en quedarse expresamente delante del Ayuntamiento. Hay decenas de ubicaciones tan válidas como esta: Delante de la Diputación, de cualquier edificio público, en cualquier plaza, en cualquier parque... o quedarse donde están, pero encaramados a los árboles y las fachadas, así no se entorpece la limpieza de la plaza ni el transito por el interior de la misma (ya que esas parecen ser las quejas). Sólo hay que echarle un ápice de imaginación. Moverse de donde están no significa ceder; significa que se tiene respeto por quienes consideran que sus derechos están coartados.

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