lunes, 17 de diciembre de 2012

Del rosita cerdo al marrón melaza

Últimamente estoy viendo bastantes documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, e inevitablemente sobre Alemania y el nazismo. También estoy leyendo Diario de un skin. Todo supura racismo: asco y aversión hacia lo diferente y desconocido. Esta entrada iba a ser en defensa de la igualdad de razas, pero creo que cualquier persona sin carencias y sana mentalmente de nuestra sociedad no cree ni remotamente que su raza sea superior a cualquier otra. También sé que aún queda mucho para que se consiga la igual real.

Dos ejemplos de carencias (culturales ambas).

La semana pasada iba en autobús, desde la calle Arabial a la Estación de Autobuses. Delante de mí una profesora de instituto le estaba contando a una amiga que le había preguntado a sus alumnos qué les gustaría hacer antes de que el mundo se acabara (por la profecía de los Mayas). Las respuestas que le dieron fueron muy variopintas: terminar un juego de play, conducir un coche, casarse con su novio... Pero una de las respuestas pasmó a la profesora: Darle una paliza a un gitano. La profesora preguntó que por qué quería hacer eso;  le respondió que porque eran malos, porque robaban y violaban a las chicas payas... Por desgracia la profesora y su amiga se bajaron del autobús y yo me quedé con las ganas de saber si había conseguido sacar esa idea del cabezón del chaval. 

El verano pasado. Mi hermano, el que vive en Londres y su novia fueron a Los Ángeles de vacaciones. En el hotel donde estaban hubo un brote de gastroenteritis debido a unos alimentos en mal estado. Los llevaron al hospital y los pusieron en tratamiento. Antes de la noche todos estaban recuperados menos mi hermano. Mi cuñada, que es enfermera (cardióloga genetista -en Gran Bretaña las enfermeras tienen especialidad-) se interesó por el tratamiento que le habían puesto y se dio cuenta que con él habían seguido el protocolo para los hispanos no residentes  que consiste en atiborrarlos de medicamentos contra una serie de parásitos intestinales. Por fortuna sólo necesitó una noche más para estar perfectamente. 




2 comentarios:

  1. Hola! soy Consuelo, la del blog de AMM. Leo casi siempre esta entretenida página tuya y al final hoy me he decidido a entrar. Escribes muy bien y además me gustan mucho las anecdotas de familia que cuentas algunas veces.
    Esto del racismo a mi me llama la atención como pura rareza que no entiendo aún intentándolo.
    Cómo se puede sentir rechazo hacia una persona por su color? Por su origen?
    Estamos limitados a este planeta, no hay escapatoria y este lugar es de todos, no comprendo esa mania de sentirse superiores cuando lo maravilloso esta en la variedad. Como seres unicos y a la vez parte de un conjunto.
    Quizá lo que siento es lo contrario, es decir el gusto por la diferencia. Recuerdo el primer tiempo en Heidelberg, iba con un amigo a comer a la Mensa de la Universidad y me quedaba con la boca abierta y totalmente alucinada de ver tanta gente de tantos rasgos físicos diferentes.
    Pienso Rebeka que todo es cuestión de educación. Tuve suerte con el legado que me dejó mi madre. Igual me llevaba a las Estaciones de tren que al centro de Madrid y allí nos pasábamos horas, con un bocadillo y una botella de agua viendo gente y comentando e imaginando de donde vendrian, donde irian, etc, etc, etc
    Ahora me toca pasar el testigo a mi hijo, y es fácil, ellos tren sus comentarios de la calle o de la escuela, y nosotros no tenemos nada más que corregir si llega el momento y sobre todo dar ejemplo.

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    1. Qué alegría leerte también aquí, Consuelo!

      Yo creo que en España, gracias a la emigración, los niños están aprendiendo a aceptar con toda naturalidad a quienes físicamente son diferentes a ellos. En la clase de mi sobrina -tiene once años- la mitad de los alumnos son españoles y la otra mitad son de padres extranjeros, aunque algunos de ellos ya nacidos aquí. A la hora de jugar o de cotillear por el whatsApp, no hacen distinción de ningún tipo (muchos adultos deberíamos aprender de ellos -lo bueno es que son nuestro futuro-).

      Gracias por tu comentario

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