sábado, 16 de noviembre de 2013

Ensayo de paternidad

Esta semana pasada hemos tenido a mi sobrina en casa porque mi cuñada, aunque ya no tiene el restaurante, le gusta asistir a todos los cursos sobre cocina que encuentra. Este se celebraba en Tenerife y, a pesar de que Guille nunca piensa mal de nada ni de nadie, asegura que en realidad sólo han sido una mini vacaciones encubiertas. Ha sido divertido y extraño. Cuando era muy pequeña, la cuidaba muy a menudo. Ahora tiene la autonomía de una persona adulta, conocimientos que no compartimos e ideas propias de las que se puede aprender mucho. 

Ayer por la tarde teníamos una reunión con la tutora de mi sobrina. Citó a todos los padres con una diferencia de cinco minutos, pero se demoró con algunos más de la cuenta y cuando llegamos nosotros ya había cola. La mujer tiene fama de ogro. Una de las anécdotas que contaron mientras esperábamos: La profesora pone bastante empeño en que los niños permanezcan bien sentados durante sus clases. Una niña parecía incómoda en la silla y la profesora le exigió varias veces que se sentara bien. Al final la niña tuvo que confesar que tenía un grano muy doloroso, y la profesora le espetó: Si te duele, te fastidias

Cuando estuvimos en casa, le pregunté a mi sobrina si había ocurrido así. Me lo confirmó, menos la última parte. La profesora pidió disculpas a la niña y le dio permiso para ponerse en pie cuando lo necesitara. Me gustaría saber de dónde salió la alteración de la historia: de los alumnos o de los padres.

De mi sobrina, la tutora nos dijo que es una niña muy inteligente y muy segura en sí misma, pero también muy distraída, que siempre parece estar pensando en las musarañas pero que cuando le hace alguna pregunta a traición, responde sin problemas (esto último lo dijo casi con admiración). 

Puede que verse obligada a decir las verdades que algunos padres no quieren escuchar es lo que la ha convertido, para algunos, en un ogro. 

7 comentarios:

  1. Cuesta decir ciertas verdades a algunos padres porque no solo acabas convirtiéndote en un ogro sino que acabas siendo catalogado como un mal maestro. Sobre este asunto hay un pasaje, en tono divertido, en el libro "Matilda":
    http://donceldevr.wordpress.com/2013/08/06/elvira-y-matilda/

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    1. Tienes razón, es muy divertido ese pasaje. Seguro que muchos profesores piensan igual. Los padres, más que nadie, deberían ser conscientes de las limitaciones de sus hijos, pero están cegados porque son una parte de ellos mismos. Lo malo es cuando se lo toman a la tremenda y golpean a los profesores por haberle puesto a sus hijos una mala nota o por haberle hecho una crítica negativa. Como dicen mis hermanos: De tal palo, tal tarugo.

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  2. Los que vivimos la infancia en una época de extremada disciplina, en algunos casos rayana en la crueldad, pensábamos que el momento permisivo que luego llegó sería como una "ley del péndulo", que después pararía en el centro, en la cordura y el sentido común pero, al menos yo, compruebo que, el todos los órdenes, el péndulo sigue en el extremo opuesto y parece como sujeto por algo o alguien. Se ve cada caso que llaman justicia... Puajjj

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    1. Mi madre cuenta unas barbaridades de su infancia que sobrepasa el sadismo: pegarle con una regla metálica en la yema de los dedos. Ahora, tiene razón, el péndulo se ha ido al otro extremo y son los padres los que tienen un comportamiento sádico y perjudicial para sus propios hijos: si los protegen tanto de terceros, ¿cómo podrán defenderse cuando sean mayores?

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  3. Para que exista un movimiento de péndulo, necesitas masa, fuerza centripeta para mantener la masa en una trayectoria circular y la gravedad como fuerza impulsiva. En una analogía: la masa somos nosotros, la gravedad son las circunstancias que siempre están allí, y la fuerza impulsiva es el sentido común y la cordura... que no está. por lo cual la masa va directo contra el piso. Por eso pareciera que algo lo sostiene. Te lo dice alguien que ha visto ambas épocas y las dos carecen de ese factor.

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    1. Así será. Pero como decía otro amigo mio (Me refería a otro diferente al de un comentario anterior. En este caso sevillano), no entiendo como un avión vuela o un barco de "jierro" flota, por más que me lo expliquen. En esto de las leyes físicas no paso del "principio de Arquímedes" y poco más. Bueno... algo más sí.
      Lo cierto, es que cuando joven estaba en contra de la situación organizativa en España, tan fuera de lo que yo consideraba lógico de que el pueblo tenga la última palabra y ahora estoy viendo y escuchando tanta ilógica, tanta corrupción y tantos "derechos", que ya no se que pensar. Tal vez mi mente haya quedado "oxidada" por el paso de los años, o que la fuga de neuronas se me haya acelerado. ¿ No serán necesarios un grupo de hombres y mujeres (a lo mejor más de éstas) que impongan la... sensatez encima de la mesa?. Iba a decir ¡los cojones!, pero no lo he dicho.

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    2. Éste es un mal momento, por lo menos en España, para esperar que haya equilibrio gracias a la sensatez, la cordura y el sentido común. A los profesores los están machacando por los recortes. No sólo llevan tres años con los sueldos congelados, también tienen que luchar con la escasez de materiales y con la imposibilidad de que muchos padres puedan comprarles a sus hijos lo imprescindible. Así cualquiera se desanima a la hora de ir a trabajar. Me pregunto si este gobierno está intentando hacer a la sociedad cada vez más ignorante. Cuanto más ignorantes, más manejables seremos.

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