viernes, 8 de noviembre de 2013

En busca del tiempo perdido

Poco a poco recuperamos el tiempo que el trabajo nos usurpó esta semana. Un compañero tuvo a mediados del mes pasado un amago de infarto. Creyó que iba a recuperarse antes, pero ha pasado el tiempo y no pudo salir del hospital. Nos pidió ayuda porque si no terminaba a tiempo el proyecto que tenía entre manos, lo habrían penalizado económicamente. Un bloque de cinco pisos para una familia sola. Los padres y cuatro hijos. Todos viviendo juntos, pero todos con intimidad. No es la primera vez que hacemos algo parecido, pero en los demás casos, los hijos ya eran adultos. Aquí, el mayor tiene 23 años y la menor, 14. Lo hemos terminado una semana antes de lo previsto. Tuvimos que empezar desde cero porque no conseguimos encontrar lo ya realizado por el anterior arquitecto. Incluso para Guille ha sido divertido. Algunos días ni se daba cuenta de la hora y trasnochaba tanto como yo. Hoy le hemos dedicado casi todo el día a Morfeo (teníamos muchas horas de sueño que recuperar). Lástima que haya sido tan breve.


4 comentarios:

  1. No entiendo eso de una penalización al no poder cumplir una obligación, por una causa ta justificada como es la falta de salud.

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    1. Es por culpa de una clausula antigua de los contratos. Antes de la crisis, cuando en cualquier estudio de arquitectura trabajaban una docena de personas, como poco, era posible ponerlas. Pero ahora casi todos los arquitectos trabajamos solos, y cualquier problema implica dejar colgado un trabajo.

      Supongo que el promotor habría sido comprensivo y no le habría hecho pagar la penalización, de depender sólo de él. Pero es como una cadena. No empezar a tiempo implicaba dejar sin trabajo a un constructor y sus empleados y, el no terminar a tiempo, obligaría al cliente a seguir pagando un alquiler.

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  2. "El infierno son los otros". No sé dónde leí eso pero en este caso con doble razón. Cuatro plantas para toda la familia. El horror..., las nueras, las consuegras, los nietos... El horror...
    Un saludo.

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    1. Jajaja, buena forma de verlo. Menos mal que no tendrá el bloque siete plantas (se podría comparar con el Infierno de Dante). Supongo que en cuanto los hijos se casen y puedan independizarse, cada uno terminará en un extremo del mapa y los padres cuidando las mascotas y plantas de todos sus hijos.

      Saludos

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