miércoles, 13 de noviembre de 2013

Buenas intenciones

Como sucede con los accidentes de avión o de tren, en mi familia cualquier acontecimiento ocurre de dos en dos. Hace poco mi prima Ana se divorciaba del marido porque éste la dejaba por una chica de 23 años (la cual ya lo ha abandonado). Ahora le ha tocado el turno a mi prima Estefanía. Todas las historias, por lo general,  vistas con una u otra perspectiva, tienen diferentes matices (suelen ser grises). Pero la que ha implicado la separación de mi prima, es completamente negra, no hay perspectiva que tizne de gris los hechos.

Digamos que podría servir de guión para una película porno lo ocurrido entre mi prima y dos de sus compañeros de trabajo, consecuencia de una celebración etílica que terminó en borrachera, completamente detallado en fotografías del móvil. Fotografías que un alma caritativa hizo llegar al marido, quien asegura que hubiera preferido no saber. Pero ante las evidencia y para evitar ser el hazmerreír de sus conocidos, hizo lo que cabía esperar y se ha separado de Estefanía. Ahora anda bastante perdido, viviendo de nuevo con los padres, porque es uno de los muchos parados de larga duración de este país, y echando en falta su vida anterior. 

Pero quien más herido está con la separación, es mi tío. Hace un par de años sufrió un ictus apopléjico, y su yerno se había convertido en sus manos y sus pies. Ahora grita a pleno pulmón que quiere morirse porque se tira casi todo el día solo y le da vergüenza que sea su hija quien tenga que ocuparse de sus necesidades más elementales. 

Siempre he pensado que ante un engaño es mejor saber. En literatura, en los libros que leo, en las novelas románticas compradas en los aeropuertos o estaciones de autobuses y devoradas durante el viaje, delatar el engaño siempre conlleva consecuencias favorables; pero, por desgracia, en la vida real, pocas veces es así. 

4 comentarios:

  1. Compruebo que, en este caso, no se ha dado ninguno de los tres deseos de un compañero mio de nuestra delegación en Valladolid:
    Siempre decía que él solo le pedía tres deseos a Dios, a saber:
    1º.- Que mi mujer no me engañe.
    2º.- Que si me engaña, que yo no me entere.
    3º.- Que si me engaña y yo me entero, que no me importe.
    Claro, entonces no contaba con los móviles, de lo contrario, el segundo deseo sobraría.

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    1. Entre los móviles e Internet (sobre todo youtube) es imposible hacer algo (demasiado a menudo incluso dentro de la intimidad de la propia casa) sin que llegue al público en general.

      Buenas filosofía la de su amigo, y más común de lo que se piensa. Mucha gente quiere eso de Ojos que no ven, corazón que no siente

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  2. Si tu prima no está con su padre, ¿qué impide que su ex-marido siga cuidando al hombre? Y por otro lado, si no fuera por el qué dirán, ¿se habría separado de ella? Con lo complicada que se pone la vida algunas veces, y todavía la complicamos más nosotros.

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    1. Mi prima y mi tío sí viven juntos, pero mi tío está casi todo el día solo porque mi prima trabaja unas 10 horas al día, además lejos de casa, lo que la obliga a estar más de 12 horas fuera. Suele ir a un centro para mayores casi todas las mañanas y por la tarde se queda en casa, pero con un sistema de seguimiento por teléfono para las personas mayores. No sé cómo funciona exáctamente, pero lo llaman cada poco tiempo y él debe pulsar un botón. Si no lo hace, se personan en su casa.

      Yo creo que su exmarido no la habría dejado de no ser por la vergüenza de saber que los demás lo sabían.

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