miércoles, 3 de julio de 2013

Al ritmo de las voces

Me encanta haber vuelto a correr de madrugada, mientras casi el resto del mundo duerme. Las personas somos animales de costumbres y solemos hacer lo mismo a la misma hora. De momento, el horario de mis salidas me lo impone el trabajo, que se ha acumulado estos dos meses, previos a los cierres de los Colegios de Arquitectos, siempre clausurados en agosto. Es como si los promotores temieran que no fuéramos a regresar de estas vacaciones forzosas. Cuando consiga un mínimo de normalidad, la costumbre dominará a los remordimientos de conciencia por dejar un trabajo a medias y podré salir siempre a la misma hora. Recuperaré a los desconocidos recurrentes: a ese señor que baja la basura en pijama, a la pareja de novios que se despiden muy cariñosos en  un portal, a los patinadores que zigzaguean por las riberas del Genil cruzando los puentes... y que si un día desaparecen por las buenas, el pesimismo hace imaginar que sólo la fatalidad impide esos minutos, o segundos, de coincidencia en este universo (y puede que sólo se deba a un reloj que se atrasa o adelanta). 

Antes corría al ritmo de la música pop coreana; ahora que pretendo culturizarme, tengo cargado el ipod con conferencias de escritores y me he dado cuenta que la voz de cada uno de ellos es apropiada para correr en alguna parte en concreto de esta ciudad. La de Elvira Lindo, por ejemplo, es adecuada, con sus titubeos entre frases y suavidad siseante, para subir y bajar la árida escalinata del Palacio de Congresos. Si sustituyera a la señora Lindo por Pérez-Reverte, con su voz acelerada y mala baba intrínseca, terminaría jadeando y agotada. La dulzura argentina de Andrés Neuman es la más adecuada para recorrer las escarpadas pendientes del Albaicín y la de Javier Marías, un poco monótona, siempre al mismo ritmo, sin que los sentimientos obliguen a altibajos en el tono, pero que exudan buenas maneras y corrección, es la que mejor permite disfrutar del renovado Camino de Ronda, que parece una estepa completamente llana a corta distancia, pero que si nos fijamos en el horizonte, se distingue sin dificultad una empinada loma. 






4 comentarios:

  1. ¡Que barbaridad!. Cada día me encuentro con algo distraido en este blog.
    Sí, las personas somos animales de costumbres y yo acostumbro a estar encamado a esas horas de la madrugada. Será por reminiscencias del pasado, cuando en el buque de guerra si querían "joderte" con un castigo severo, te ordenaban: Te voy a meter la "media", o sea de dos a cuatro de la madrugada, cuando te destruian un descanso relajado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso de la media es una forma muy refinada de tortura: no dejan descansar ni a primera hora de la noche, ni después de la guardia (cuánta mala leche). Incluso es preferible que no dejen dormir durante toda la noche.

      Eliminar
  2. .
    ¡Música pop coreana! Sí; de otra manera no se explica el footing de madrugada.

    :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ja! Podría ser peor: podría gustarme la música pop tailandesa o la japonesa o ¡incluso la china!!!

      Es que hace mucha caló para salir durante el día.

      :-)

      Eliminar